Las siete en punto
de la tarde. Kesha terminó sus deberes, se estiró, cansada en la
silla giratoria de la mesa de escritorio de su cuarto y resopló.
-¡Vaya
día...!-Murmuró para sí.
Se llevó las manos
al coletero y se puso más fuerte la coleta. Se bajó de la silla,
cogió el ordenador y se sentó en la cama, con los pies cruzados y
el portátil en frente.
Se encendió en
pocos minutos, se metió en internet y esperó a que el msn se
cargara.
Cogió su móvil
que estaba en su mesita de noche y vio si tenía algún mensaje en el
Whatsapp.
Tenía un mensaje
de Yuriko.
Lo miró y ponía:
-Hola, ¿estás
estudiando? Seguro que si, porque eres una empollona... sin ofender,
claro, jeje. Bueno, que si tienes algún problemas con los apuntes,
no dudes en llamarme y preguntarme, ¿oki doki? Bss nena.-Y al lado
una carita sonriente.
La pelirroja le
contestó:
-Sí, estaba
estudiando y no vuelvas a llamarme empollona o te arranco la
cabeza.-Una carita sonriente, en modo sarcástico.-No he tenido
ningún problema, pero gracias.. Besos!!
Enviar.
La chica dio
pequeños toquecitos en el colchón de su cama, aquel ordenador
tardaba demasiado en conectarse.
-Pero qué le
pasa..-Se preguntó.
Al fin apareció la
página del msn.
-¡Por
fin!-Exclamó.
Cambió su estado a
Conectada y comenzó a mirar sus contactos. Yuriko no estaba, pero un
mensaje de móvil le hizo comprobar que su amiga estaba hablando por
el Whatsapp.
-Empollona,
empollona, empollona...¿Me has arrancado la cabeza? Veo que no.
La pelirroja
resopló.
-No me
tientes..-Escribió.
Volvió a mirar el
msn. Bryan estaba conectado.
Lo puso en seguida.
-Hola.-Tecleó.
Tras unos segundos
el chico le contestó.
-Hola.
A la pelirroja le
llegó una petición de videochat. Lo aceptó enseguida.
Se vieron cara a
cara. Él, sentado en su cama, con una camiseta blanca y una camisa
encima a cuadros, con unos vaqueros azules.
Ella con el pijama
de una vaquita. La camiseta negra, con una vaca y bajo ellas unas
letras en azul: I LOVE MOO.
El pantalón
parecido a la pie de una vaca, con el cordón azul.
-Me encanta tu
pijama.-Señaló el chico con una sonrisa.
Ella se miró y
sonrió.
-¡A mí también!
¿A que es precioso?
-Sí. Te queda muy
bien.
-Mira, parezco una
modelo y todo.
La chica se
levantó, dejó el portátil en la cama y levantó un poco la cámara
para que pudiese verla mejor. Se puso una mano en la cintura y
comenzó a caminar como si de una modelo se tratase. Una vuelta sobre
sí misma y le regaló un beso en el aire.
Él soltó una
carcajada.
-Me ha encantado mi
baile personal.
-¿Sí? Pues ese
era el único que tenía. Se han acabado los bailes por hoy.
Y ambos sonrieron.
El pitido del móvil
de la chica los sobresaltó.
-Yuriko.-Indicó
moviendo el móvil.
-Espero que no
vuelva a ser otra clase de japonés. En la otra ya me dio bastante.
No sé como aguanté.
Kesha soltó una
carcajada.
-Tampoco fue para
tanto.
-Si...
Se calla, mientras
ella lee el mensaje.
-No te tiento
porque me tengo que ir ya, pero que sepas que mañana vuelvo a
molestarte. Un beso.-La frase acompañada de un lacasito amarillo
guiñando un ojo y dándose la vuelta.
-Adiós. Un beso.
Hasta mañana.-Y una carita besando a otra.
Apagó el móvil.
Miró a su amigo y
sonrió.
-¿Qué? ¿Otra
clase?-Preguntó él.
La chica negó con
la cabeza.
-No. Ya no, y mucho
mejor. No le recuerdes lo de la clase por si acaso. No vaya a ser que
mañana nos de el día con el japonés.
-Sí, tienes razón.
Y de repente, la
puerta de la chica se abrió.
Candy entró
aceleradamente en el cuarto y miró a su hermana con una sonrisa.
-¿Qué tal?
-¿Qué tal
qué?-Preguntó la pelirroja.
-Que, como estoy.
¿Estoy guapa?
La hermana mayor
miró a su hermana detenidamente. Sí. Estaba realmente preciosa, y
es que a sus dieciséis años, Candy era la chica más guapa de su
clase y una de las más apreciadas en todo el instituto. Ese día
llevaba un precioso vestido azul, de diferentes tonalidades, que
entallaba perfectamente en sí.
Su pelo dorado
estaba onduado y le llegaba hasta la espalda. Iba maquillada, pero
poco. Su sonrisa
natural le hacía especial y sus preciosos tacones que conjuntaban
con el vestido le sentaban a la perfección.
-Sí. Estás
preciosa.
-¿En serio?-La
rubia sonrió mirándose detenenidamente.
-Sí. Cien por cien
segura.
-Gracias. ¡Ah, por
cierto! Cámbiate, viene William a cenar hoy. Dentro de media hora
aproximadamente.
La pelirroja
resopló.
-Podías habérmelo
dicho antes.
-Estaba cambiándome
y poniéndome mona...Lo siento..¡Adiós!-Y salió por la puerta,
cerrándola tras de sí.
-Vale, Bryan. Tengo
que dejarte. Ya lo has oído, ¿no?
-Sí. Pero me
quedaré aquí. Quita la cam y después me enseñas como estás. Así
te doy yo el visto bueno.
-Vale.
Apagaron la cam y
Kesha escribió.
-Tardo unos
minutos.-Y una carita sonriente al lado.
-Estaré esperando.
La chica abrió el
armario.
Se puso un vestido
celeste de flores, una chaqueta vaquera sin mangas y unas botas
bajitas, marrones con tacón.
Se dejó el pelo
suelto y bien peinado. Encendió la cam y miró a través de ella,
donde su amigo estaba.
-¿Y bien?-Preguntó
dando una vuelta sobre sí misma.
-Estás guapísima.
-¿En serio?
-Ajá.
-¡Qué bien!
Gracias Bryan.
-Nos vemos mañana
en clase.
-Sí. Adiós.
Un último saludo y
ambos apagaron las cams.
La chica bajó.
-¿Qué tal
estoy?-Preguntó a su hermana.
-Muy guapa. Espero
que William no cambie de idea y te quiera a ti. Estás realmente
preciosa.
-No me va a querer
a mi, no seas tonta.
-Bueno... Eso
espero que si no.-La rubia cogió un cuchillo y señaló a su
hermana.-Te las verás conmigo.
La pelirroja soltó
una carcajada, y su hermana esbozó una sonrisa.
Richard bajó,
también elegante, con un traje de chaquet negro y una corbata rosa.
-¿Cómo
estoy?-Preguntó con aire misterioso.
-Bien...-Respondió
Candy. Intercambio de miradas entre las hermanas y volvieron a mirar
a su padre.
-¿Y esa
corbata?-Preguntaron al unísono.
-¿No os gusta? El
rosa me queda extremadamente bien.
-Sí...-Asintió
Kesha.-¿Pero no decías que odiabas ese color?
-Ya. Pero si me
queda tan bien, no puedo rechazarla, ¿no?
Kesha y Candy se
miraron. La verdad es que le sentaba de maravilla aquella corabata.
-Estás muy
bien.-Sonrió Candy en último lugar.
La pequeña Susi
bajó de las escaleras. Llevaba un precioso vestidito marrón claro,
unos leotardos burdeos y los zapatos a juego.
-¡Qué guapa está
mi niña!-Kesha se agachó y le dio un enorme abrazo.
-¿Estoy guapa de
verdad?-Preguntó Susi.
-Preciosa.-Recalcó
Candy esbozando una sonrisa.
Tras unos minutos
preparando todo, el timbre los sobresaltó.
Candy fue la que
abrió la puerta.
William, con un
precioso traje de chaqueta negro y una preciosa sonrisa saludó:
-Hola.
Y ante a la atónita
mirada de sus hijas, Richard se acercó a él y le dio un abrazo.
-Bienvenido sea el
novio.
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Espero que os guste y...¡Comentad!
La ropa de las fotos era preciosa (y lo digo yo, que me pongo vestidos una vez al año xD)
ResponderEliminarBryan es genial, Kesha tiene mucha suerte de tenerlo como amigo :)
Y me ha hecho mucha gracia Richard, es un personaje que me cae genial ;) Por cierto, me alegro de que haya aceptado a William tan abiertamente. "Bienvenido sea el novio" jajaja
Un beso, intentaré continuar mañana ^^