Huelo a chocolate, por lo
que supongo que mi madre estará haciendo uno de sus múltiples y
ricos bizcochos.
-¡Esto huele a
maravilla!-Exclamo mientras me pongo a su lado.
Se gira y me contempla de
arriba a abajo.
-Estás preciosa,
cariño.-Me contesta con una sonrisa.-Vas a ser la universitaria más
guapa de todas.
-Mamá no exageres.-Le
digo algo azorada.-Estoy normal.
Ella ríe un poco y me
besa en la frente.
-Bueno. Vete y ten
cuidado, ¿vale?
-Sí, mamá.-Le contesto.
-Pásalo bien.
Un último saludo y salgo
de casa. Comienzo a caminar hacia la universidad con paso firme.
Cuando llego la música
inunda mis oídos. Me introduzco en el gran gentío y llego hacia la
barra.
Pido una Coca-Cola y, con
mi vaso, sigo caminando.
-Silvia.-Me grita alguien.
Doy una vuelta y veo a
Laura, una de mis mejores amigas.
-Hola.-Saludo secamente
aún con una sonrisa.
-¿Qué tal nena?
-Bien. ¿Y tú?
-Disfrutando a tope de la
fiesta.-Después frunce el ceño y mira mi vaso.-¿Hoy no hay
alcohol?
Niego con la cabeza.
-Por ahora no.
Me señala su vaso de
vodka y ríe.
-Pues yo ya he
empezado.-Tras beber un pequeño trago de su bebida
continúa.-Bueno... ¿has visto a...?
Le miró incrédula.
-¿A quién?
-Ya sabes... Él.
-No. He llegado hace unos
minutos.
-Pues date la vuelta.
Vuelvo a girarme y me lo
encuentro. Riendo con una pandilla de amigos. Para mi sorpresa me
mira unos segundos, contemplo su preciosa sonrisa y sus ojos azules y
vuelvo a darme la vuelta, algo colorada.
-Se ha percatado de ti y
ahora viene hacia aquí. Os dejos solos.-Se despide mi amiga.
-No te vayas.-Le pido.
Demasiado tarde. Se aleja entre el barullo de la fiesta y
resoplo.
Unas manos se posan en mis
ojos. Cálidas y suaves. Noto su aroma, su perfume y me encanta.
-Niall, sé que eres
tú.-Digo sonriendo.
Una risita y quita sus
manos de mis ojos. Me doy la vuelta y le saludo con la mano.
-Hola.
-¿Disfrutas de la fiesta?
-No.-Niego rotundamente,
no quería encontrarme con él porque sabría que me pondría
nerviosa y no sabría qué decir. Pero... ahora mismo está delante
de mis ojos.
-Entonces has encontrado
al chico adecuado para que te alegre la fiesta.
Río suavemente.
-Sí, he tenido mucha
suerte.-Le digo con tono irónico.
-¿Lo dudas?
-Sí.
-Eso no puede ser.-Me
contesta con una sonrisa.
-Es lo que hay.-Me encojo
de hombros y sonrío.
-Bueno ven. Tengo una cosa
preparada para cuando te viera.
Me coge de la mano y
comienza a caminar hacia el exterior de la universidad.
-¿A dónde vamos?
-Ahora lo verás.
Sigue caminando hasta
llevarme a un pequeño parque.
-Aquí es.-Me dice.
No entiendo nada, a pesar
de ello me divierte la idea.
Saca un suave pañuelo
rojo del bolsillo de su pantalón y me tapa los ojos.
-¿Ves algo?-Dice haciendo
aspavientos con las manos.
-No. Nada.
-¿Cuántos dedos tengo?
-Mmm. ¿Dos?
Una leve risa me confirma
que he fallado.
-Bien. Veo que no ves
nada.
Me toma de la mano de
nuevo y comienzo a caminar a oscuras.
-¿Hacia dónde me llevas?
-Hacia la felicidad.-Me
dice autoritariamente, para después soltar una carcajada.
-Já. Qué
gracioso.-Jacto.
Tras unos segundos me
dice.
-Estamos aquí.
-Por fin.-Murmuro entre
dientes.
Me retira el pañuelo de
los ojos. Me quedo anonadada cuando veo la sorpresa. Una pequeña
mesa con mi comida favorita y, alrededor muchas velas de un color
verde suave. Está todo bien colocado y es precioso.
-¿Te gusta?-Me pregunta.
-Me encanta. Pero, ¿a qué
viene esto?
Respira profundamente y me
coge de las manos fuertemente, no tanto para hacerme daño pero sí
lo suficiente para que no pueda soltarme.
-Silvia. Te quiero. Estos
años en la universidad me has demostrado que eres una persona
especial. Me encanta cómo eres, tu sonrisa, ese aroma que sólo está
impregnado en ti, tu alegría contagiosa y me encanta sobretodo
cuando te pones colorada cuando me miras.
Sonrió suavemente,
sabiendo que ha dado justo en el clavo con lo último que ha dicho.
-Así que te he preparado
esto para poder preguntártelo de una vez por todas.-Traga saliva y
continúa.-Silvia, ¿te gustaría salir conmigo?
Sonrió sin saber qué
decir y, al fin, asiento.
Se acerca a mí y me
susurra un te quiero, haciendo que me estremezca. Se separa y sonríe.
-El chico de la sonrisa
perfecta.-Digo para mí misma.
Contemplo sus ojos azules
como el cielo, perdiéndome en ellos y entonces, ocurre...
Nuestros labios se unen,
como dos polos opuestos que compenetran a la perfección, sonrío
entre sus labios. Agarro su cuello, entrelazando mis manos y él hace
lo mismo pero en mi cintura. Nos quedamos así un rato hasta que nos
separamos por falta de aire. Suelto una leve risita y me doy cuenta
de que este es, sin duda, el mejor día de mi vida.
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Silvia ¿te gustó tu historia con Niall? Espero que sí :)
Este es el primer relato, ¿qué les pareció?
Los haré de todaas las que me lo habéis pedido, pero empiezo por las que antes comentaron para tener un orden por así decirlo.
Bueno, ¡disfrútenlo!
Besitos :)
TE A-MO en serio!! y lo mejor de todo esque el chico que me gusta tambien es rubio con ojos azules y mis amigas cuando me ven lo primero que me dicen es si lo he visto asique lo has clavado! en serio me encanta!! Gracias, besos xxx.
ResponderEliminarAiiish! De nada cariño! Lo he hecho encantada!! Me alegro mogollón de que te haya gustado, en serio!!
EliminarBesitos :)