Al día siguiente,
Kesha se despertó. Se estiró mientras bostezaba e intentó recordar
en el lugar en el que se encontraba. Rápidamente reaccionó y
sonrió: ¡Estaba en París! Miró el reloj. Las ocho y media. A las
nueve habían quedado todos para desayunar, habría que ir
levantándose.
Miró a la chica
que tenía justo al lado. Dormía pacíficamente. Se acercó a ella y
suavemente le dijo con voz melosa:
-Heather, tienes
que despertarte.
-Hmmmm....
-Vamos, Heather.
¡Despierta!
-Media hora más.
-Pero entonces no
llegamos a desayunar. ¡Vamos, despiértate!
La última vez la
morena no le prestó atención y metió su cabeza bajo la alhomada
para no seguir oyendo más.
-Tú lo has
querido.-Murmuró Kesha.
La pelirroja anduvo
unos pasos atrás y, cogiendo carrerilla, corrió hacia la cama y se
tiró de plancha encima de su amiga.
-¿QUÉ
HACES?-Gritó Heather bajo Kesha, casi ahogándose.
-¿Te vas a
despertar ahora?-Preguntó Kesha malevolamente.
-Bájate de mi
espalda. ¡AHORA!
La pelirroja sonrió
y se bajó.
La morena se
levantó y cogiendo a Kesha por el cuello de la camiseta le advirtió
muy seria:
-Esta me las
pagarás.
-Solo ha sido una
broma.-Intentó disculparse la pelirroja, atemorizada.
Heather le soltó,
y sin prestarle atención, soltó un bufido y comenzó a caminar
hacia el baño, enfurecida.
Kesha se sentó
lentamente en su cama y tragó saliva. Rápidamente cogió la ropa de
la noche anterior y corrió hacia la puerta, la abrió y cerró con
un fuerte portazo.
Heather salió del
baño y soltó una carcajada.
-Ya me tiene miedo.
¡Me encanta!
Kesha corrió hacia
la habitación de Yuriko y Abie. Llamó a la puerta.
-Buenos días.-Le
saludó su amiga oriental.
-¿Buenos? ¡Para
ti!-Exclamó su amiga mientras entraba en la habitación.
-¿Por
qué?-Preguntó Abie.
-Porque..
porque...-Kesha se sentó en la cama y respiró pronfudamente. Y en
unos minutos les explicó a sus amigas lo que le había pasado.
-¿Y qué haces
aquí?-Preguntó Yuriko, cuando Kesha había terminado de explicar la
historia.
-Vengo a cambiarme
aquí, si no os importa.
-Claro que no.-Le
sonrió Abie.-Entra en el baño, vístete y arréglate. Nosotras te
esperamos.
-Gracias.-Suspiró
la pelirroja.
Tras unos minutos
las tres terminaron de vestirse. Aún quedaban unos minutos para las
nueve, pero debían ir bajando.
Caminaron hacia el
ascensor.
-Planta
cero.-Canturreó Abie mientras pulsaba el botón.
Cuando las puertas
estaban casi cerradas, alguien las abrió y entró Heather con una
sonrisa.
-Hola
chicas.-Saludó a Abie y Yuriko. Después se dirigió a Kesha y le
sonrió.-¿Por qué te has ido?
-Porque dabas
miedo.-Respondió la pelirroja.
-¿Te doy miedo?
-Cuando te pones
así: Sí. Y mucho.
Heather soltó una
carcajada.
-Lo sé. Era lo que
pretendía. Darte miedo.
-Eres mala...
-¡Mira quién fue
hablar! La que se tira encima de la gente para despertarlos.
Kesha agachó la
cabeza y esbozó media sonrisa. En eso, tenía razón.
-Es verdad. Pero no
te despertabas.
-¿Y?
-¡Pues que íbamos
a llegar tarde!
-¡Pero hay otra
maneras de despertar a los demás!
-Tienes razón. Lo
siento.
-No importa tonta.
-¿Un abrazo?
Heather le lanzó
una mirada asesina.
-¿Un...puñetazo...cariñoso?-Volvió
a preguntar Kesha, cautelosamente.
-Eso está
mejor.-Respondió la morena.
Se acercó a la
pelirroja y le dio un suave puñetazo en el hombro.
Las puertas del
ascensor se abrieron. Las chicas salieron, y caminaron hacia la
puerta del comedor, donde los chicos ya se encontraban allí.
-Buenos
días.-Saludaron las chicas en cuanto llegaron.
-Buenos días.
Tras saludos, besos
y abrazos de buenos días, entraron en el comedor y, tras buscar una
mesa, cogieron un plato con lo que querían comer.
Tras coger el
desayuno, se sentaron en una mesa redonda, casi al final del
establecimiento. Hablaron sobre el paseo que iban a hacer por París
y lo emocionados que estaban.
Tras desayunar se
dirigieron fuera del hotel. El hotel estaba cerca de todo, así que
no tuvieron que pedir taxis ni nada.
Kesha cogió su
móvil y se conectó a Skype. Allí, su hermana Candy le pidió una
videoconferencia.
Kesha sonrió y, poniéndose un mechón de pelo tras su oreja, aceptó.
-Hola Candy.
-Hola Kesha.
Saludaron casi al
mismo tiempo.
-¿Cómo estás por
ahí, hermana?-Preguntó Kesha a Candy.
-Bien. Estoy con
unas amigas haciendo un trabajo.
-Genial.
-¿Y vosotros?
-Vamos a ver un
poco París.
-¡Qué guay! Haz
muchas fotos, ¿en?
-Claro que sí. Por
cierto, espera.-Kesha levantó la vista de su móvil y se dirigió
hacia sus amigos.
-¡CHICOS, ES
CANDY! ¡Saludad!-La pelirroja dirigió el móvil hacia los demás y
éstos comenzaron a saludar.
-Hola Candy.
-¿Qué hay
renacuaja?
-Hey rubilla.
Y cosas por el
estilo.
La pelirroja soltó
una carcajada y volvió a dirigirse a su hermana.
-¡Veo que lo
pasáis bien!-Exclamó Candy con una sonrisa.
-Sí. Muy bien.
-Me alegro, pero
tengo que colgar la videoconferencia. Mis amigas me reclaman.
-Lo entiendo. ¡A
estudiar mucho!
-Calla. Que si no
me pongo celosa de ti.-Bromeó la menor sacando la lengua.
-Vaaale. ¡Adiós!
-Adiós. ¡Pásalo
bien!
Y la
videoconferencia se cortó. Kesha sonrió, apagó su móvil y corrió
hacia sus amigos.
Puso las manos en
los ojos de Bryan e intentó decir con voz más grave de lo habitual:
-¿Quién soy?
-¡Kesha!
La chica sonrió.
-¿Cómo lo has
sabido?
-No sabes poner voz
de chico...
-¡Eso no es
verdad!-Se quejó simulando que estaba enfadada.
-Claro que sí. No
sabes imitar.
-Jum. ¡Que sí!
-Lo que tú digas
pelirrojita.-Y con la mano le revolvió el pelo.
Ella soltó una
carcajada.
-¡Ay..!
Déjame.-Intentó exclamar lo más seria posible.
Y tras mirarse
comenzaron a reír.
Niall los miraba a
tan solo unos pasos por detrás. Iba caminando, sin hablar,
contemplando la escena y las manos en los bolsillos. Estaba serio.
Cosa rara en él. Parecía afectarle mucho algo.
Kesha miró hacia
atrás y lo vio.
-¿Qué te
pasa?-Preguntó poniéndose seria y colocándose a su lado.
-Nada.-Respondió
escuetamente.
-Algo te pasa...
-No. Simplemente
estoy pensativo.
-¿Y en qué
piensas?
El rubio la miró a
los ojos.
-En nada.
-No se puede pensar
en nada. En algo habrás pensado.
El irlandés miró
hacia el horizonte.
-Da igual. No lo
entenderías.
La pelirroja arrugó
la frente y puso una mueca.
-¿No lo
entendería? ¿Crees que soy tonta?
-No. Simplemente no
lo entenderías.
-Por lo menos,
puedes decírmelo.
-No Kesha. Porque a
ti te quieren todos los chicos. Por el contrario a mi, no.
-Es que no me
importa que me quieran todos los chicos. A mi, solo me importa uno.
El rubio la miró
de nuevo. A esos ojos color miel y a esa sonrisa pícara. Él sonrió
y ambos bajaron la vista, ruborizados.
-A mi también me
importa solo una persona.-Afirmó él.
Y tras eso,
volvieron a mirarse con una sonrisa.
-¡LA TORRE
EIFFEL!-Gritó Harry, haciendo que rompieran sus miradas.
En efecto, ante
ellos se encontraba la tan preciada torre Eiffel con unas preciosas
vistas.
-¡Vaya..!-Exclamó
Yuriko impresionada.
Harry sonrió y
miró a la chica que tenía a su lado. Heather miraba la torre de
París ensimismada. El chico sonrió, le giró suavemente el rostro
hacia él y con un intercambio de sonrisas se besaron, con la torre
Eiffel y todo París, (la ciudad del amor) como testigo de su amor
verdadero.
Los demás los
miraban disimuladamente con una sonrisa.
-¡Quiero
subirme!-Gritó Kesha cuando Harry y Heather terminaron.
-Y yo.-Gritó
Harry, volviendo a su estado alocado normal.
-¡Pues vamos!
Los diez se
pusieron en la cola para subir.
Para matar el
tiempo, hablaban sobre tonterías o simplemente hacían alguna broma.
Tras unos minutos
un par de chicas se les acercaron.
-Hola.-Saludaron
ambas al unísono.
-¡Hola!-Saludó Yuriko quien fue la primera que las vio.-¿Qué hacéis por aquí?
-Vivimos
aquí.-Ironizó Lou con una sonrisa.
-Me refería a que
hacíais aquí en la Torre Eiffel.-Explicó la oriental sonriendo en tono burlón
-Hemos venido a
desayunar por aquí cerca y estábamos dando una vuelta.-Respondió
Clare.
-Bien. ¿Queréis
acompañarnos a subir la torre?-Preguntó Louis.
-Por mí bien. ¿Qué
te parece Lou?
La preciosa morena
de ojos azules casi cristalinos asintió.
Se metieron con
ellos en la cola.
Tras unos minutos
llegaron. Comenzaron a subir la torre Eiffel y cuando llegaron a la
cima comenzaron a mirar todo París. Una preciosas vistas de toda
París se podían ver desde allí.
-Esto es
precioso.-Susurró Kesha.
-¿Precioso solo?
¡Es impresionante!-Yuriko era la que más impresionada estaba. Un
lugar realmente perfecto. ¡Lo que le gustaría a ella vivir allí!
Abie tampoco perdía
vista de nada. Le encantaba estar allí. Era realmente perfecto. Una
mano se le posó en el hombro y se sobresoltó un poco. Pero al ver
quién era sonrió aliviada.
-Esto es
perfecto.-Le dijo a Liam.
-Sí. Realmente
perfecto. Me encantaría vivir aquí.
Y ambos se quedaron
mirando las preciosas vistas. Sobraban las palabras. Lo único que
servía allí era el sentido de la vista, para que pudieran ver las
preciosas calles, las zonas verdes, y, en general, toda París
cubierta de ese manto que parecía hipnotizar a los visitantes.
-Esto es
genial.-Murmuró Heather.
-¡Vaya...! Quien
iba a decir que a la malhumorada Heather le iba a gustar la ciudad
del amor.-Bromeó Harry, sonriendo pícaramente.
-Idiota.-Jactó
Heather con una sonrisa.
Harry le dio un
beso en la mejilla. Rápido, fugaz.
-Tienes razón. Es
un lugar magnífico y más aquí contigo.
La morena lo miró.
Harry se había girado y en ese momento estaba mirando el horizonte.
La chica sonrió y también giró la cabeza para seguir contemplando
las increíbles vistas.
Tras mirar un poco
todo aquello, bajaron de la torre Eiffel.
-Bueno. ¿Dónde
vamos ahora?-Preguntó Kesha, emocionada.
-Me gustaría ir a
ese puente de los candados.-Respondió Heather con una media sonrisa.
-¡Qué buena idea,
morena!-Le apremió Louis.
-Gracias...-Sonrió Heather feliz.
A todos les gustó
la idea y comenzaron a caminar hacia el puente de los candados.
Tras unos minutos,
llegaron.
-¿Alguno trae
algún candado?-Preguntó Clare.
Los diez se miraron
entre ellos y negaron con una sonrisa.
-No importa.-Les
dijo Lou.-Yo traigo un par de ellos.
-¿En serio te
gusta esta pijada?-Le preguntó su amiga, sorprendida.
-Sí. Y a ti
también. ¿O es que no te acuerdas de aquel candado que pusimos
juntas como amistad enterna?
La rubia se quedó
pensativa, hasta que chasqueó los dedos.
-Tienes razón...
No me acordaba.
-Ay. ¡Estás
atontada!
Clare le miró mal
y le dijo una palabra malsonante en francés, cosa que Lou le
respondió y comenzaron a hablar, o mejor dicho, a pelearse en
francés, mientras los demás le miraban extrañados. Siete de los
diez no entendían mucho. Los únicos que seguían la conversación
eran Kesha, Yuriko y Bryan, ya que desde pequeños habían estado
dando francés y español como segundos idiomas.
-S'il vous
plait, cesser de discuter!-Exclamó Bryan en francés, para que
pararan de discutir tras unos minutos.
Ambas chicas
miraron al moreno que acababa de hablar.
-Va.-Se rindió la
rubia, cruzándose de brazos.
-Está bien.-Dijo
Lou.
Cruzó una mirada
con la rubia y, rápidamente, la apartaron al unísono.
-Tomad.-Dijo Lou bruscamente, dándole un candado a Louis.
-Gracias.-Le
contestó él con una sonrisa amablemente. No quería que ahora
aquella morenita francesa también se peleara con él.
-¿Quién tiene
rotuladores?-Preguntó Louis.
-Yo.-Contestó
Heather. La chica abrió su bolso y, tras rebuscar un rato, dio con
lo que buscaba. Un permanente negro.
Cada uno escribió
su firma y tras eso engancharon el candado en el puente.
-¡Esperad! ¡Falta
una cosa!-Exclamó Kesha chasqueando los dedos.
Los demás le
miraron interrogante, pero ella les hizo un ademán de mano para que
esperaran.
Cogió de nuevo el
rotulador negro y puso en la parte superior, en un pequeño hueco
libre, "The Adventures Warriors"
Yuriko sonrió.
-¡Nuestro nombre
de grupo!
-Ajá.-Afirmó la pelirroja mientras cerraba el tapón del rotulador.
-Muy bien.-Le apremió Harry.-Ha sido una gran idea.
La chica sonrió,
algo avergonzada, pero realmente feliz.
Caminaron hacia las
dos francesas, que parecían que habían olvidado su pelea y en ese
momento hablaban tranquilamente.
-Bueno chicas,
nosotros tenemos que volver al hotel, antes de que se cierre el
comedor.-Anunció Niall.
-Vale. Pero...
antes de iros. ¿Esta noche tenéis algo que hacer?-Perguntó Clare.
Los diez se miraron
entre ellos mientras negaban.
-No, nada.-Negó
Louis, en nombre de todo el grupo.
-Pues si queréis
podéis venir a una discoteca de aquí de Francia con nosotras.
-Por mí bien. ¿Qué
os parece chicos?-Preguntó Louis a sus amigos.
Los demás
aceptaron de buena gana.
-Bien. Pues os
recogemos Lou y yo sobre las ocho. ¿Bien?
-Estupendo. Adiós.
-Adiós.
Se despidieron y
los diez comenzaron a caminar hacia el hotel. Cuando llegaron
quedaron en que dentro de un cuarto de hora estarían en el comedor.
-Yuriko espérame
arriba que voy a pedir sábanas.-Le pidió Abie a su compañera de
cuarto.
-Perfecto. Adiós.
La morena caminó a
recepción. Allí una joven de aspecto alegre le atendió
educadamente:
-¿Qué desea?
-¿Le importaría
llevar a mi habitación un par de sábanas?
-Claro. ¿Cuál es?
-La 213.
-Perfecto. Ahora
mismo irán a llevársela.
-Gracias. Adiós.
Abie esperó el
ascensor durante unos segundos. Se fijó en un par de hombres que
hablaban entre ellos silenciosamente. La morena, sin poder
resistirse, agudizó el oído y disimuladamente comenzó a oír algo.
-Es la 214..-Decía uno. Abie
frunció el ceño. Esa era la habitación de Louis y Bryan, a pesar
de ello, disimuló y siguió oyendo-...Tienes que entrar esta tarde y
matarlos.
La morena abrió
los ojos como platos y se llevó las manos a la boca para reprimir
las ganas de gritar. ¿Por qué esos tipos querían matarlos? No
sabía la respuesta, pero lo único en lo que podía pensar ahora era
que la vida de dos de sus amigos corrían peligro.
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Tum, tum, tum, tum (El sonido de los tambores xD)
Aquí el capítulo 28. Ha sido con una parte romántica y el fina pues un poco abierto para dejaros con la intriga :)
Espero que os guste y dejéis vuestro lindo comentario
Besitos:)
Madre mia ,¿¡Matarlos!?
ResponderEliminar¿Como puedes dejarnos asi? eso no se hace
Bueno espero el siguiente jajaja
Me ha encantado el capitulo, bueno como siempre
Besitos :D
Jajaja, siento haberos dejado con la intriga :P
EliminarMe alegro de que te haya gustado el cap
Besitos:)
MATARLOS?? Ahhhhhahgg
ResponderEliminarNo se si voy a poder esperar al siguiente cap.
Este cap esta ge-niall!!
Muakis!!
Lo subiré ahora!!
EliminarBesitos:)
¡¿Qué?! No, no, no, no. No es posible. NO PUEDES DEJARME CON ESE FINAL DESPUÉS DEL DÍA TAN SÚPER TRANQUILO Y GENIAL QUE HABÍAN PASADO. Tiene que haber un error, no pueden matarlos. ¿Por qué iban a hacerlo?
ResponderEliminarMe voy a leer el siguiente para averiguarlo.
Un beso