Abie miró a
aquellos hombres que susurraban en la recepción del hotel. Uno de
ellos se fijó en ella y rápidamente, la morena apartó la vista
atemorizada.
Se cruzó de brazos
esperando impacientemente la llegada del ascensor. Pasaron unos
segundos casi interminables y..¡Bien! Las puertas del ascensor se
abrieron y la chica entró lo más rápido que pudo y marcó el botón
para ir a la planta 2.
Antes de que se
cerraran del todo las puertas, alguien abrió y ambos hombres
aparecieron metiéndose de lleno en el ascensor.
-Hola.-Saludaron
cortésmente.
-Ho..hola.-Respondió
la chica, intentando que su nerviosismo se notara lo más mínimo.
Antes de que se
cerraran del todo las puertas un par de chicas de unos dieciséis
años entraron escandalosamente.
-Bonjour!-Gritaron
las dos a la vez.
La morena sonrió
aliviada y les saludó con la mano.
La chica al fin
llegó a la planta deseada.
Se despidió
rápidamente y cuando se cerraron las puertas del ascensor, comenzó
a
correr hacia su
habitación.
-¡Yuriko abre!
¡Yuriko!-Gritaba mientras llamaba con los nudillos en la puerta.
La oriental abrió
y preguntó molesta:
-¿Pero a qué
vienen esos portazos?
-Tengo que hablar
contigo, con Heather y Kesha.
-¿Ahora?
-Sí. ¡Ahora! ¿Te
has cambiado ya?
-Sí, pero...
A la chica no le
dio tiempo de terminar la frase porque su amiga le había cogido de
la muñeca y tiraba de ella.
Salieron del cuarto
y Abie llamó a la habitación 212.
-¿Qué
pasa?-Preguntó Heather, abriendo de mala gana.
-Os tengo que
contar una cosa súper fuerte.-Contestó Abie cerrando la puerta del
dormitorio.
-¿Súper
fuerte?-Preguntó Yuriko arqueando las cejas.-¿Qué puede ser más
fuerte que no he acabado de peinarme?
La morena resopló.
-He escuchado a dos
tíos hablando en recepción.
-¿Y?-Preguntó
Heather.-Estoy desperdiciando unos segundos de mi vida, ¿por esta
tontería?
-No es ninguna
tontería.-Negó Abie, señalándola con el dedo seriamente.
-¿Qué es
Abie?-Preguntó Kesha echando la cabeza hacia delante para hacerla
comprender que estaba escuchándola perfectamente.
-Esos tíos
hablaban de matar a alguien.
Kesha y Yuriko se
miraron entre ellas, impactantes, y volvieron a mirar a la chica que
estaba hablando.
-¿En
serio?-Preguntó Kesha.
-Sí.
Totalmente.-Respondió Abie rotundamente.
-¿Y?-Preguntó
Heather levantándose de la cama.-No nos afecta. Si mata a alguien,
¡que lo mate! No es nuestro problema, no podemos hacer nada o nos
matarán a nosotros.
-Ya. Eso sería si
no hubiese escuchado el número de habitación.
-Y...¿qué número
era?-Preguntó Yuriko.
-La 214.
Hubo un gran
silencio, lleno de dudas, de temores, de miedos, hasta que Kesha
reaccionó y se le escapó un grito.
-¡Bryan y Louis!
-¿Qué
hacemos?-Preguntó Yuriko.
-Hay que
avisarles.-Respondió Heather, decidida.
-¡NO!-Le paró la
pelirroja, agarrándola del brazo fuertemente.
-¿Por qué no?
¡Están en peligro!-Dijo Heather zarfándose de la mano de su amiga.
-Porque si lo que
plantean es matarles y saben que alguien ha descubiero su plan,
vendrán a por Abie y también a por todos los demás. Es
decir....¡Nos matarían a todos!
Heather gruñó.
-¡Es todo por tu
culpa!-Vociferó señalando a Abie.
-¿Mi
culpa?-Preguntó ella, temblorosa.
-¡No!-Gritó
Yuriko.-No es por su culpa.
-¿Ah, no?-Preguntó
Heather impresionada.
-No. Abie no tiene
la culpa de nada.-Contestó la oriental.
-Si no hubiese
escuchado una conversación ajena no nos habríamos
enterado.-Respondió la morena.
-En eso no tienes
razón, Heather.-Le explicó Kesha.-Sin ella no hubiésemos podido
descubrir que quisieran matarlos y a lo mejor mañana ya no estarían
con nosotros.
-¡Eso es!-Apremió
Yuriko.
-Vale, muy bien.
Pero, ¿qué hacemos?-Preguntó Heather nerviosa, moviéndose de un
lado para otro de la habitación.
-No lo sé.-Suspiró
Kesha sentándose en la cama, mientras nerviosa, se movía y removía
un mechón de su pelo rojizo.
Yuriko se levantó
de donde estaba y caminó hacia la puerta.
-Lo más sensato
será que actuemos con normalidad. Y Abie: Si ves a los tíos nos
avisas para que sepamos quiénes son y los pillemos con las manos en
la masa. ¿Va?
La morena asintió
con la cabeza.
Las chicas salieron
y bajaron hacia el comedor.
Allí los chicos
les recibieron con una sonrisa. Eran las últimas en llegar.
Se sentaron y
comenzaron a comer.
-Esta
noche...¡Fiesta!-Gritó Louis emocionado.-La verdad, es que va a ser
divertido, ¿verdad?
-No va a estar
mal.-Respondió escueta Heather, tan normal como siempre, mientras
pinchaba con su tenedor un trozo de lechuga.
-¡Qué seca
eres!-Le recriminó su novio.
-Pues no me
escuches si no quieres.-Le contestó sin mirarle a los ojos.
-¡Ay! Era broma
tontita.-Sonrió Harry mientras le revolvía el pelo de forma
cariñosa.
-¡Déjame!-Se
quejó la chica apartándose. Reacción que hizo que todas las
miradas se centraran en ella por haber gritado.
-¿Qué te
pasa?-Preguntó Harry sorprendido.
La morena resopló,
con las manos apartó el plato que tenía en frente y se levantó.
-No tengo hambre.
Los demás
intentaron no centrarse en ella y siguieron su comida.
Heather salió del
comedor. No tenía hambre ni tenía humor para nada y menos con
aquella noticia que Abie le acababa de dar. Se metió en el ascensor
y subió hacia la planta 2.
Caminó hacia su
habitación, pero antes de que pudiera abrirla se fijó que había
una puerta entreabierta. Se acercó a ella y miró el número: 214.
Tragó saliva. ¿Qué
hacía? ¿Entraba? ¿O era mejor quedarse fuera?
Toda la vida había
seguido el camino del riesgo, y esa vez no iba a ser una excepción.
Así que abrió la puerta completamente. Todo estaba oscuro. Pero
gracias a la tenue luz del pasillo pudo ver un poco mejor.
Cogió el móvil y
lo encendió para poder ver mejor.
-¿Hola? ¿Hay
alguien ahí?-Preguntó.
Comenzó a caminar,
y a cada paso que daba, podía notar que su respiración era cada vez
más agitada y que los latidos de su corazón comenzaban a sentirse
más y más.
Tragó saliva. ¿Qué
era eso que estaba escuchando?
Parecía como unas
pisadas. Se dio la vuelta para comprobarlo pero cayó al suelo tras
recibir un fuerte golpe en la cabeza.
~~~~
Los chicos acabaron
de cenar. Se levantaron de sus asientos y caminaron hacia el
ascensor.
-¿Qué le habrá
pasado a Heather?-Preguntó Harry, una vez más, preocupado por su
novia.
-No lo sé. Pero
estate tranquilo, Harry. Será un enfado que le durará poco.-Le
intenta animar, Louis.
Las chicas no
dijeron nada. En ese momento tenían otras cosas en qué pensar mucho
más importantes que una rabieta de la morena malhumorada.
Llegaron a la
planta dos.
Louis y Bryan se
extrañaron.
-La puerta está
abierta.-Dijo Louis.
-Juraría que la
cerré antes de salir.-Contestó Bryan.
Las tres chicas se
miran entre ellas.
-¡No abrid!-Gritó
Kesha.
Demasiado tarde.
Bryan abrió la puerta y metió la tarjeta en un mecanismo para
encender la luz. De repente las luces de la habitación se
encendieron.
No había nada ni
nadie sospechoso.
-¿No hay
nadie?-Preguntó Kesha, aún sin sentirse segura en aquella
habitación.
-No. ¿Quién va a
haber? Seguro que fue un descuido nuestro.-Aclaró Bryan sonriendo.
Las tres chica se
miraron entre ellas. Era el momento de contarles la verdad.
-Escuché a dos
tíos diciendo que iban a matar a los chicos de la habitación
214.-Explicó Abie.
Los seis chicos le
miraron.
-¿Es eso
cierto?-Preguntó Liam.
La chica asintió
con la cabeza.
-Deberíais
habérnoslo contado.-Dijo Louis.-No nos ha pasado nada, de milagro.
-No sabíamos como
ibáis a tomároslo ni cómo ibáis a reaccionar.-Contestó Kesha.
-Ya. Pero nos
habrían cambiado de habitación o algo.-Le dijo Bryan.
-Es verdad.
Tras aclararlo
todo. Los chicos fueron a salir, cuando Harry miró la puerta del
cuarto de baño.
-¿Y si están
aquí?
El chico de
cabellera rizada abrió lentamente la puerta.
-¡Heather!-Gritó.
La chica se
encontraba en el fondo de la bañera atada de tal forma que no podía
moverse, con el agua rebosando.
Harry cerró el
grifo y desató rápidamente a su novia.
La morena salió
rápidamente y cogió una gran bocanada de agua. Tosió un par de
veces y comenzó a respirar pronfundamente.
Tras eso, todos la
envolvieron en mantas y la pusieron en la cama.
-Esos tíos me....
me han dejado insconciente y cuando me he despertado estaba atada de
pies y manos a la bañera y la bañera comenzó a llenarse y... y no
podía hacer nada para cerrar el grifo.-Explicó, mientras aguantaba
las lágrimas.
-Tranquila. Ya
estás bien.-Le tranquilizó Harry mientras le besaba en la frente.
-Gracias chicos.
Sin vosotros no hubiese sobrevivido.
-¿Cómo pasó
todo?-Preguntó Louis.
-Entré en la
habitación que estaba con la puerta entreabierta y alguien me dio
por detrás. Después pues no recuerdo nada, hasta que me di cuenta
de que estaba en la bañera.
-Esos malnacidos se
van a enterar de lo que te han hecho.-Aseguró Harry.
La morena sonrió.
-Bueno. Es mejor
que descanses.-Le dijo Kesha.-Vamos al cuarto.
Cada uno se fue a
su dormitorio, aliviados de que a Heather no le hubiese pasado nada.
Aunque aún quedaba
un enigma por descifrar. ¿Volverían aquellos tipos a intentar
matarlos de nuevo? ¿Y si esa vez tenían más suerte... y lo
conseguían?
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Espero que os guste y comentéis!!
Besitos:)