Gracias por la visita. No olvides dejar un comentario tu opinión es muy importante!! Y si te gusta, ¡¡hazte segui!!

Capítulo 29: El agua como enemigo


Abie miró a aquellos hombres que susurraban en la recepción del hotel. Uno de ellos se fijó en ella y rápidamente, la morena apartó la vista atemorizada.
Se cruzó de brazos esperando impacientemente la llegada del ascensor. Pasaron unos segundos casi interminables y..¡Bien! Las puertas del ascensor se abrieron y la chica entró lo más rápido que pudo y marcó el botón para ir a la planta 2.
Antes de que se cerraran del todo las puertas, alguien abrió y ambos hombres aparecieron metiéndose de lleno en el ascensor.
-Hola.-Saludaron cortésmente.
-Ho..hola.-Respondió la chica, intentando que su nerviosismo se notara lo más mínimo.
Antes de que se cerraran del todo las puertas un par de chicas de unos dieciséis años entraron escandalosamente.
-Bonjour!-Gritaron las dos a la vez.
La morena sonrió aliviada y les saludó con la mano.
La chica al fin llegó a la planta deseada.
Se despidió rápidamente y cuando se cerraron las puertas del ascensor, comenzó a
correr hacia su habitación.
-¡Yuriko abre! ¡Yuriko!-Gritaba mientras llamaba con los nudillos en la puerta.
La oriental abrió y preguntó molesta:
-¿Pero a qué vienen esos portazos?
-Tengo que hablar contigo, con Heather y Kesha.
-¿Ahora?
-Sí. ¡Ahora! ¿Te has cambiado ya?
-Sí, pero...
A la chica no le dio tiempo de terminar la frase porque su amiga le había cogido de la muñeca y tiraba de ella.
Salieron del cuarto y Abie llamó a la habitación 212.
-¿Qué pasa?-Preguntó Heather, abriendo de mala gana.
-Os tengo que contar una cosa súper fuerte.-Contestó Abie cerrando la puerta del dormitorio.
-¿Súper fuerte?-Preguntó Yuriko arqueando las cejas.-¿Qué puede ser más fuerte que no he acabado de peinarme?
La morena resopló.
-He escuchado a dos tíos hablando en recepción.
-¿Y?-Preguntó Heather.-Estoy desperdiciando unos segundos de mi vida, ¿por esta tontería?
-No es ninguna tontería.-Negó Abie, señalándola con el dedo seriamente.
-¿Qué es Abie?-Preguntó Kesha echando la cabeza hacia delante para hacerla comprender que estaba escuchándola perfectamente.
-Esos tíos hablaban de matar a alguien.
Kesha y Yuriko se miraron entre ellas, impactantes, y volvieron a mirar a la chica que estaba hablando.
-¿En serio?-Preguntó Kesha.
-Sí. Totalmente.-Respondió Abie rotundamente.
-¿Y?-Preguntó Heather levantándose de la cama.-No nos afecta. Si mata a alguien, ¡que lo mate! No es nuestro problema, no podemos hacer nada o nos matarán a nosotros.
-Ya. Eso sería si no hubiese escuchado el número de habitación.
-Y...¿qué número era?-Preguntó Yuriko.
-La 214.
Hubo un gran silencio, lleno de dudas, de temores, de miedos, hasta que Kesha reaccionó y se le escapó un grito.
-¡Bryan y Louis!
-¿Qué hacemos?-Preguntó Yuriko.
-Hay que avisarles.-Respondió Heather, decidida.
-¡NO!-Le paró la pelirroja, agarrándola del brazo fuertemente.
-¿Por qué no? ¡Están en peligro!-Dijo Heather zarfándose de la mano de su amiga.
-Porque si lo que plantean es matarles y saben que alguien ha descubiero su plan, vendrán a por Abie y también a por todos los demás. Es decir....¡Nos matarían a todos!
Heather gruñó.
-¡Es todo por tu culpa!-Vociferó señalando a Abie.
-¿Mi culpa?-Preguntó ella, temblorosa.
-¡No!-Gritó Yuriko.-No es por su culpa.
-¿Ah, no?-Preguntó Heather impresionada.
-No. Abie no tiene la culpa de nada.-Contestó la oriental.
-Si no hubiese escuchado una conversación ajena no nos habríamos enterado.-Respondió la morena.
-En eso no tienes razón, Heather.-Le explicó Kesha.-Sin ella no hubiésemos podido descubrir que quisieran matarlos y a lo mejor mañana ya no estarían con nosotros.
-¡Eso es!-Apremió Yuriko.
-Vale, muy bien. Pero, ¿qué hacemos?-Preguntó Heather nerviosa, moviéndose de un lado para otro de la habitación.
-No lo sé.-Suspiró Kesha sentándose en la cama, mientras nerviosa, se movía y removía un mechón de su pelo rojizo.
Yuriko se levantó de donde estaba y caminó hacia la puerta.
-Lo más sensato será que actuemos con normalidad. Y Abie: Si ves a los tíos nos avisas para que sepamos quiénes son y los pillemos con las manos en la masa. ¿Va?
La morena asintió con la cabeza.
Las chicas salieron y bajaron hacia el comedor.
Allí los chicos les recibieron con una sonrisa. Eran las últimas en llegar.
Se sentaron y comenzaron a comer.
-Esta noche...¡Fiesta!-Gritó Louis emocionado.-La verdad, es que va a ser divertido, ¿verdad?
-No va a estar mal.-Respondió escueta Heather, tan normal como siempre, mientras pinchaba con su tenedor un trozo de lechuga.
-¡Qué seca eres!-Le recriminó su novio.
-Pues no me escuches si no quieres.-Le contestó sin mirarle a los ojos.
-¡Ay! Era broma tontita.-Sonrió Harry mientras le revolvía el pelo de forma cariñosa.
-¡Déjame!-Se quejó la chica apartándose. Reacción que hizo que todas las miradas se centraran en ella por haber gritado.
-¿Qué te pasa?-Preguntó Harry sorprendido.
La morena resopló, con las manos apartó el plato que tenía en frente y se levantó.
-No tengo hambre.
Los demás intentaron no centrarse en ella y siguieron su comida.
Heather salió del comedor. No tenía hambre ni tenía humor para nada y menos con aquella noticia que Abie le acababa de dar. Se metió en el ascensor y subió hacia la planta 2.
Caminó hacia su habitación, pero antes de que pudiera abrirla se fijó que había una puerta entreabierta. Se acercó a ella y miró el número: 214.
Tragó saliva. ¿Qué hacía? ¿Entraba? ¿O era mejor quedarse fuera?
Toda la vida había seguido el camino del riesgo, y esa vez no iba a ser una excepción. Así que abrió la puerta completamente. Todo estaba oscuro. Pero gracias a la tenue luz del pasillo pudo ver un poco mejor.
Cogió el móvil y lo encendió para poder ver mejor.
-¿Hola? ¿Hay alguien ahí?-Preguntó.
Comenzó a caminar, y a cada paso que daba, podía notar que su respiración era cada vez más agitada y que los latidos de su corazón comenzaban a sentirse más y más.
Tragó saliva. ¿Qué era eso que estaba escuchando?
Parecía como unas pisadas. Se dio la vuelta para comprobarlo pero cayó al suelo tras recibir un fuerte golpe en la cabeza.

                                                       ~~~~

Los chicos acabaron de cenar. Se levantaron de sus asientos y caminaron hacia el ascensor.
-¿Qué le habrá pasado a Heather?-Preguntó Harry, una vez más, preocupado por su novia.
-No lo sé. Pero estate tranquilo, Harry. Será un enfado que le durará poco.-Le intenta animar, Louis.
Las chicas no dijeron nada. En ese momento tenían otras cosas en qué pensar mucho más importantes que una rabieta de la morena malhumorada.
Llegaron a la planta dos.
Louis y Bryan se extrañaron.
-La puerta está abierta.-Dijo Louis.
-Juraría que la cerré antes de salir.-Contestó Bryan.
Las tres chicas se miran entre ellas.
-¡No abrid!-Gritó Kesha.
Demasiado tarde. Bryan abrió la puerta y metió la tarjeta en un mecanismo para encender la luz. De repente las luces de la habitación se encendieron.
No había nada ni nadie sospechoso.
-¿No hay nadie?-Preguntó Kesha, aún sin sentirse segura en aquella habitación.
-No. ¿Quién va a haber? Seguro que fue un descuido nuestro.-Aclaró Bryan sonriendo.
Las tres chica se miraron entre ellas. Era el momento de contarles la verdad.
-Escuché a dos tíos diciendo que iban a matar a los chicos de la habitación 214.-Explicó Abie.
Los seis chicos le miraron.
-¿Es eso cierto?-Preguntó Liam.
La chica asintió con la cabeza.
-Deberíais habérnoslo contado.-Dijo Louis.-No nos ha pasado nada, de milagro.
-No sabíamos como ibáis a tomároslo ni cómo ibáis a reaccionar.-Contestó Kesha.
-Ya. Pero nos habrían cambiado de habitación o algo.-Le dijo Bryan.
-Es verdad.
Tras aclararlo todo. Los chicos fueron a salir, cuando Harry miró la puerta del cuarto de baño.
-¿Y si están aquí?
El chico de cabellera rizada abrió lentamente la puerta.
-¡Heather!-Gritó.
La chica se encontraba en el fondo de la bañera atada de tal forma que no podía moverse, con el agua rebosando.
Harry cerró el grifo y desató rápidamente a su novia.
La morena salió rápidamente y cogió una gran bocanada de agua. Tosió un par de veces y comenzó a respirar pronfundamente.
Tras eso, todos la envolvieron en mantas y la pusieron en la cama.
-Esos tíos me.... me han dejado insconciente y cuando me he despertado estaba atada de pies y manos a la bañera y la bañera comenzó a llenarse y... y no podía hacer nada para cerrar el grifo.-Explicó, mientras aguantaba las lágrimas.
-Tranquila. Ya estás bien.-Le tranquilizó Harry mientras le besaba en la frente.
-Gracias chicos. Sin vosotros no hubiese sobrevivido.
-¿Cómo pasó todo?-Preguntó Louis.
-Entré en la habitación que estaba con la puerta entreabierta y alguien me dio por detrás. Después pues no recuerdo nada, hasta que me di cuenta de que estaba en la bañera.
-Esos malnacidos se van a enterar de lo que te han hecho.-Aseguró Harry.
La morena sonrió.
-Bueno. Es mejor que descanses.-Le dijo Kesha.-Vamos al cuarto.
Cada uno se fue a su dormitorio, aliviados de que a Heather no le hubiese pasado nada.
Aunque aún quedaba un enigma por descifrar. ¿Volverían aquellos tipos a intentar matarlos de nuevo? ¿Y si esa vez tenían más suerte... y lo conseguían?
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Espero que os guste y comentéis!!
Besitos:)

Capítulo 28: Paseo por París


Al día siguiente, Kesha se despertó. Se estiró mientras bostezaba e intentó recordar en el lugar en el que se encontraba. Rápidamente reaccionó y sonrió: ¡Estaba en París! Miró el reloj. Las ocho y media. A las nueve habían quedado todos para desayunar, habría que ir levantándose.
Miró a la chica que tenía justo al lado. Dormía pacíficamente. Se acercó a ella y suavemente le dijo con voz melosa:
-Heather, tienes que despertarte.
-Hmmmm....
-Vamos, Heather. ¡Despierta!
-Media hora más.
-Pero entonces no llegamos a desayunar. ¡Vamos, despiértate!
La última vez la morena no le prestó atención y metió su cabeza bajo la alhomada para no seguir oyendo más.
-Tú lo has querido.-Murmuró Kesha.
La pelirroja anduvo unos pasos atrás y, cogiendo carrerilla, corrió hacia la cama y se tiró de plancha encima de su amiga.
-¿QUÉ HACES?-Gritó Heather bajo Kesha, casi ahogándose.
-¿Te vas a despertar ahora?-Preguntó Kesha malevolamente.
-Bájate de mi espalda. ¡AHORA!
La pelirroja sonrió y se bajó.
La morena se levantó y cogiendo a Kesha por el cuello de la camiseta le advirtió muy seria:
-Esta me las pagarás.
-Solo ha sido una broma.-Intentó disculparse la pelirroja, atemorizada.
Heather le soltó, y sin prestarle atención, soltó un bufido y comenzó a caminar hacia el baño, enfurecida.
Kesha se sentó lentamente en su cama y tragó saliva. Rápidamente cogió la ropa de la noche anterior y corrió hacia la puerta, la abrió y cerró con un fuerte portazo.
Heather salió del baño y soltó una carcajada.
-Ya me tiene miedo. ¡Me encanta!
Kesha corrió hacia la habitación de Yuriko y Abie. Llamó a la puerta.
-Buenos días.-Le saludó su amiga oriental.
-¿Buenos? ¡Para ti!-Exclamó su amiga mientras entraba en la habitación.
-¿Por qué?-Preguntó Abie.
-Porque.. porque...-Kesha se sentó en la cama y respiró pronfudamente. Y en unos minutos les explicó a sus amigas lo que le había pasado.
-¿Y qué haces aquí?-Preguntó Yuriko, cuando Kesha había terminado de explicar la historia.
-Vengo a cambiarme aquí, si no os importa.
-Claro que no.-Le sonrió Abie.-Entra en el baño, vístete y arréglate. Nosotras te esperamos.
-Gracias.-Suspiró la pelirroja.
Tras unos minutos las tres terminaron de vestirse. Aún quedaban unos minutos para las nueve, pero debían ir bajando.
Caminaron hacia el ascensor.
-Planta cero.-Canturreó Abie mientras pulsaba el botón.
Cuando las puertas estaban casi cerradas, alguien las abrió y entró Heather con una sonrisa.
-Hola chicas.-Saludó a Abie y Yuriko. Después se dirigió a Kesha y le sonrió.-¿Por qué te has ido?
-Porque dabas miedo.-Respondió la pelirroja.
-¿Te doy miedo?
-Cuando te pones así: Sí. Y mucho.
Heather soltó una carcajada.
-Lo sé. Era lo que pretendía. Darte miedo.
-Eres mala...
-¡Mira quién fue hablar! La que se tira encima de la gente para despertarlos.
Kesha agachó la cabeza y esbozó media sonrisa. En eso, tenía razón.
-Es verdad. Pero no te despertabas.
-¿Y?
-¡Pues que íbamos a llegar tarde!
-¡Pero hay otra maneras de despertar a los demás!
-Tienes razón. Lo siento.
-No importa tonta.
-¿Un abrazo?
Heather le lanzó una mirada asesina.
-¿Un...puñetazo...cariñoso?-Volvió a preguntar Kesha, cautelosamente.
-Eso está mejor.-Respondió la morena.
Se acercó a la pelirroja y le dio un suave puñetazo en el hombro.
Las puertas del ascensor se abrieron. Las chicas salieron, y caminaron hacia la puerta del comedor, donde los chicos ya se encontraban allí.
-Buenos días.-Saludaron las chicas en cuanto llegaron.
-Buenos días.
Tras saludos, besos y abrazos de buenos días, entraron en el comedor y, tras buscar una mesa, cogieron un plato con lo que querían comer.
Tras coger el desayuno, se sentaron en una mesa redonda, casi al final del establecimiento. Hablaron sobre el paseo que iban a hacer por París y lo emocionados que estaban.
Tras desayunar se dirigieron fuera del hotel. El hotel estaba cerca de todo, así que no tuvieron que pedir taxis ni nada.
Kesha cogió su móvil y se conectó a Skype. Allí, su hermana Candy le pidió una videoconferencia.
Kesha sonrió y, poniéndose un mechón de pelo tras su oreja, aceptó.
-Hola Candy.
-Hola Kesha.
Saludaron casi al mismo tiempo.
-¿Cómo estás por ahí, hermana?-Preguntó Kesha a Candy.
-Bien. Estoy con unas amigas haciendo un trabajo.
-Genial.
-¿Y vosotros?
-Vamos a ver un poco París.
-¡Qué guay! Haz muchas fotos, ¿en?
-Claro que sí. Por cierto, espera.-Kesha levantó la vista de su móvil y se dirigió hacia sus amigos.
-¡CHICOS, ES CANDY! ¡Saludad!-La pelirroja dirigió el móvil hacia los demás y éstos comenzaron a saludar.
-Hola Candy.
-¿Qué hay renacuaja?
-Hey rubilla.
Y cosas por el estilo.
La pelirroja soltó una carcajada y volvió a dirigirse a su hermana.
-¡Veo que lo pasáis bien!-Exclamó Candy con una sonrisa.
-Sí. Muy bien.
-Me alegro, pero tengo que colgar la videoconferencia. Mis amigas me reclaman.
-Lo entiendo. ¡A estudiar mucho!
-Calla. Que si no me pongo celosa de ti.-Bromeó la menor sacando la lengua.
-Vaaale. ¡Adiós!
-Adiós. ¡Pásalo bien!
Y la videoconferencia se cortó. Kesha sonrió, apagó su móvil y corrió hacia sus amigos.
Puso las manos en los ojos de Bryan e intentó decir con voz más grave de lo habitual:
-¿Quién soy?
-¡Kesha!
La chica sonrió.
-¿Cómo lo has sabido?
-No sabes poner voz de chico...
-¡Eso no es verdad!-Se quejó simulando que estaba enfadada.
-Claro que sí. No sabes imitar.
-Jum. ¡Que sí!
-Lo que tú digas pelirrojita.-Y con la mano le revolvió el pelo.
Ella soltó una carcajada.
-¡Ay..! Déjame.-Intentó exclamar lo más seria posible.
Y tras mirarse comenzaron a reír.
Niall los miraba a tan solo unos pasos por detrás. Iba caminando, sin hablar, contemplando la escena y las manos en los bolsillos. Estaba serio. Cosa rara en él. Parecía afectarle mucho algo.
Kesha miró hacia atrás y lo vio.
-¿Qué te pasa?-Preguntó poniéndose seria y colocándose a su lado.
-Nada.-Respondió escuetamente.
-Algo te pasa...
-No. Simplemente estoy pensativo.
-¿Y en qué piensas?
El rubio la miró a los ojos.
-En nada.
-No se puede pensar en nada. En algo habrás pensado.
El irlandés miró hacia el horizonte.
-Da igual. No lo entenderías.
La pelirroja arrugó la frente y puso una mueca.
-¿No lo entendería? ¿Crees que soy tonta?
-No. Simplemente no lo entenderías.
-Por lo menos, puedes decírmelo.
-No Kesha. Porque a ti te quieren todos los chicos. Por el contrario a mi, no.
-Es que no me importa que me quieran todos los chicos. A mi, solo me importa uno.
El rubio la miró de nuevo. A esos ojos color miel y a esa sonrisa pícara. Él sonrió y ambos bajaron la vista, ruborizados.
-A mi también me importa solo una persona.-Afirmó él.
Y tras eso, volvieron a mirarse con una sonrisa.
-¡LA TORRE EIFFEL!-Gritó Harry, haciendo que rompieran sus miradas.
En efecto, ante ellos se encontraba la tan preciada torre Eiffel con unas preciosas vistas.


-¡Vaya..!-Exclamó Yuriko impresionada.
Harry sonrió y miró a la chica que tenía a su lado. Heather miraba la torre de París ensimismada. El chico sonrió, le giró suavemente el rostro hacia él y con un intercambio de sonrisas se besaron, con la torre Eiffel y todo París, (la ciudad del amor) como testigo de su amor verdadero.
Los demás los miraban disimuladamente con una sonrisa.
-¡Quiero subirme!-Gritó Kesha cuando Harry y Heather terminaron.
-Y yo.-Gritó Harry, volviendo a su estado alocado normal.
-¡Pues vamos!
Los diez se pusieron en la cola para subir.
Para matar el tiempo, hablaban sobre tonterías o simplemente hacían alguna broma.
Tras unos minutos un par de chicas se les acercaron.
-Hola.-Saludaron ambas al unísono.
-¡Hola!-Saludó Yuriko quien fue la primera que las vio.-¿Qué hacéis por aquí?
-Vivimos aquí.-Ironizó Lou con una sonrisa.
-Me refería a que hacíais aquí en la Torre Eiffel.-Explicó la oriental sonriendo en tono burlón
-Hemos venido a desayunar por aquí cerca y estábamos dando una vuelta.-Respondió Clare.
-Bien. ¿Queréis acompañarnos a subir la torre?-Preguntó Louis.
-Por mí bien. ¿Qué te parece Lou?
La preciosa morena de ojos azules casi cristalinos asintió.
Se metieron con ellos en la cola.
Tras unos minutos llegaron. Comenzaron a subir la torre Eiffel y cuando llegaron a la cima comenzaron a mirar todo París. Una preciosas vistas de toda París se podían ver desde allí.
-Esto es precioso.-Susurró Kesha.
-¿Precioso solo? ¡Es impresionante!-Yuriko era la que más impresionada estaba. Un lugar realmente perfecto. ¡Lo que le gustaría a ella vivir allí!
Abie tampoco perdía vista de nada. Le encantaba estar allí. Era realmente perfecto. Una mano se le posó en el hombro y se sobresoltó un poco. Pero al ver quién era sonrió aliviada.
-Esto es perfecto.-Le dijo a Liam.
-Sí. Realmente perfecto. Me encantaría vivir aquí.
Y ambos se quedaron mirando las preciosas vistas. Sobraban las palabras. Lo único que servía allí era el sentido de la vista, para que pudieran ver las preciosas calles, las zonas verdes, y, en general, toda París cubierta de ese manto que parecía hipnotizar a los visitantes.
-Esto es genial.-Murmuró Heather.
-¡Vaya...! Quien iba a decir que a la malhumorada Heather le iba a gustar la ciudad del amor.-Bromeó Harry, sonriendo pícaramente.
-Idiota.-Jactó Heather con una sonrisa.
Harry le dio un beso en la mejilla. Rápido, fugaz.
-Tienes razón. Es un lugar magnífico y más aquí contigo.
La morena lo miró. Harry se había girado y en ese momento estaba mirando el horizonte. La chica sonrió y también giró la cabeza para seguir contemplando las increíbles vistas.
Tras mirar un poco todo aquello, bajaron de la torre Eiffel.
-Bueno. ¿Dónde vamos ahora?-Preguntó Kesha, emocionada.
-Me gustaría ir a ese puente de los candados.-Respondió Heather con una media sonrisa.
-¡Qué buena idea, morena!-Le apremió Louis.
-Gracias...-Sonrió Heather feliz.
A todos les gustó la idea y comenzaron a caminar hacia el puente de los candados.
Tras unos minutos, llegaron. 


-¿Alguno trae algún candado?-Preguntó Clare.
Los diez se miraron entre ellos y negaron con una sonrisa.
-No importa.-Les dijo Lou.-Yo traigo un par de ellos.
-¿En serio te gusta esta pijada?-Le preguntó su amiga, sorprendida.
-Sí. Y a ti también. ¿O es que no te acuerdas de aquel candado que pusimos juntas como amistad enterna?
La rubia se quedó pensativa, hasta que chasqueó los dedos.
-Tienes razón... No me acordaba.
-Ay. ¡Estás atontada!
Clare le miró mal y le dijo una palabra malsonante en francés, cosa que Lou le respondió y comenzaron a hablar, o mejor dicho, a pelearse en francés, mientras los demás le miraban extrañados. Siete de los diez no entendían mucho. Los únicos que seguían la conversación eran Kesha, Yuriko y Bryan, ya que desde pequeños habían estado dando francés y español como segundos idiomas.
-S'il vous plait, cesser de discuter!-Exclamó Bryan en francés, para que pararan de discutir tras unos minutos.
Ambas chicas miraron al moreno que acababa de hablar.
-Va.-Se rindió la rubia, cruzándose de brazos.
-Está bien.-Dijo Lou.
Cruzó una mirada con la rubia y, rápidamente, la apartaron al unísono.
-Tomad.-Dijo Lou bruscamente, dándole un candado a Louis.
-Gracias.-Le contestó él con una sonrisa amablemente. No quería que ahora aquella morenita francesa también se peleara con él.
-¿Quién tiene rotuladores?-Preguntó Louis.
-Yo.-Contestó Heather. La chica abrió su bolso y, tras rebuscar un rato, dio con lo que buscaba. Un permanente negro.
Cada uno escribió su firma y tras eso engancharon el candado en el puente.
-¡Esperad! ¡Falta una cosa!-Exclamó Kesha chasqueando los dedos.
Los demás le miraron interrogante, pero ella les hizo un ademán de mano para que esperaran.
Cogió de nuevo el rotulador negro y puso en la parte superior, en un pequeño hueco libre, "The Adventures Warriors"
Yuriko sonrió.
-¡Nuestro nombre de grupo!
-Ajá.-Afirmó la pelirroja mientras cerraba el tapón del rotulador.
-Muy bien.-Le apremió Harry.-Ha sido una gran idea.
La chica sonrió, algo avergonzada, pero realmente feliz.
Caminaron hacia las dos francesas, que parecían que habían olvidado su pelea y en ese momento hablaban tranquilamente.
-Bueno chicas, nosotros tenemos que volver al hotel, antes de que se cierre el comedor.-Anunció Niall.
-Vale. Pero... antes de iros. ¿Esta noche tenéis algo que hacer?-Perguntó Clare.
Los diez se miraron entre ellos mientras negaban.
-No, nada.-Negó Louis, en nombre de todo el grupo.
-Pues si queréis podéis venir a una discoteca de aquí de Francia con nosotras.
-Por mí bien. ¿Qué os parece chicos?-Preguntó Louis a sus amigos.
Los demás aceptaron de buena gana.
-Bien. Pues os recogemos Lou y yo sobre las ocho. ¿Bien?
-Estupendo. Adiós.
-Adiós.
Se despidieron y los diez comenzaron a caminar hacia el hotel. Cuando llegaron quedaron en que dentro de un cuarto de hora estarían en el comedor.
-Yuriko espérame arriba que voy a pedir sábanas.-Le pidió Abie a su compañera de cuarto.
-Perfecto. Adiós.
La morena caminó a recepción. Allí una joven de aspecto alegre le atendió educadamente:
-¿Qué desea?
-¿Le importaría llevar a mi habitación un par de sábanas?
-Claro. ¿Cuál es?
-La 213.
-Perfecto. Ahora mismo irán a llevársela.
-Gracias. Adiós.
Abie esperó el ascensor durante unos segundos. Se fijó en un par de hombres que hablaban entre ellos silenciosamente. La morena, sin poder resistirse, agudizó el oído y disimuladamente comenzó a oír algo.
-Es la 214..-Decía uno. Abie frunció el ceño. Esa era la habitación de Louis y Bryan, a pesar de ello, disimuló y siguió oyendo-...Tienes que entrar esta tarde y matarlos.
La morena abrió los ojos como platos y se llevó las manos a la boca para reprimir las ganas de gritar. ¿Por qué esos tipos querían matarlos? No sabía la respuesta, pero lo único en lo que podía pensar ahora era que la vida de dos de sus amigos corrían peligro.
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Tum, tum, tum, tum (El sonido de los tambores xD) 
Aquí el capítulo 28. Ha sido con una parte romántica y el fina pues un poco abierto para dejaros con la intriga :)
Espero que os guste y dejéis vuestro lindo comentario
Besitos:)

Capítulo 27: Una confesión y ¡KARAOKE!


Llegaron al hotel, los chicos se bajaron de ambos coches.
-Gracias por traernos.-Dijo Louis a Clare.
-De nada.-Respondió ésta con un ápice de sonrisa.-Nos vemos.
-Adiós.
La chica se despidió de los demás y poniendo la música a todo volumen, salió de allí junto con su amiga Lou.
Los diez chicos entraron en el hotel. Pidieron las llaves de las habitaciones y se subieron en el ascensor.
-¿Qué planta es, Liam?-Preguntó Niall, que era el que estaba más cerca de los botones del ascensor.
-La planta 2.-Respondió éste.
Tras unos segundos llegaron arriba.
Caminaron por un largo pasillo hasta que Kesha gritó:
-¡Esta es la nuestra! La 212.
-Entonces entremos.-Afirmó Heather.
-Dentro de media hora abajo para cenar.-Propuso Louis.-¿Qué os parece?
A todos les gustó la idea.
Kesha y Heather abrieron la puerta y pudieron contemplar una preciosa habitación con dos camas, una mesita de noche en medio con una lamparita que brillaba, una mesa en la que se situaba la televisión y un pequeño baño.


-¡Qué guay!-Gritó Kesha.-Me pido la cama de la derecha a la mesita.-Y acto seguido se tiró de plancha en ella.
-Pues yo la otra.-Contestó escuetamente su amiga.
-Bueno, vamos a cambiarnos. ¿Qué te vas a poner?
-No sé. Cualquier cosa que encuentre.
-¿Qué te parece si yo te busco la ropa y tú a mi me buscas la mía?-Propuso la pelirroja.
-Si te hace ilusión...
Heather abrió la maleta de Kesha.


Miró la ropa y tras debatir un poco entre ella misma, eligió una sudadera gris con dos ojos muy grandes y un bigote, así como unos vaqueros, unos botines y el gorro gris de lana que a veces llevaba al instituto.


Kesha, por el contrario, rebuscó por la maleta, viendo solo ropa de tonalidades oscuras como rojo, negro, marrón... Aún así hubo unas cuantas cosas que le gustó. Así que eligió para su amiga un chaleco, unos leggins y unas converse negran en las que en una ponía: Watson y la otra: Sherlock.



-Toma.-Kesha le tendió a su amiga la ropa que había elegido para ella.
Heather también le tendió la ropa que ella misma había elegido.
-Me encanta esta sudadera.-Dijo Kesha sonriente.
-No está mal..-Respondió la morena secamente.
Tras unos minutos terminaron de cambiarse, se peinaron y bajaron hacia una pequeña salita, justo al lado del comedor, donde había unos cuantos sillones blancos así como unas mesas pequeñas. Ambas chicas se sentaron y esperaron unos cuantos minutos hasta que llegaron los seis chicos.
-¿Quiénes faltan?-Preguntó Zayn.
-Yuriko y Abie.-Respondió Liam, quien se había fijado.
Tras un par de minutos, Yuriko llegó a la sala, pero no iba acompañada de Abie, si no sola.
-Chicos. Abie no quiere bajar.-Explicó la oriental.
-¿Por qué?-Preguntó Kesha.
-No lo sé. Dice que no tiene mucha hambre.
-¡Qué raro...! No hemos comido nada desde que salimos. Además ella no ha comido ni lacasitos ni conguitos.-Refelixionó Liam.
-Entrad vosotros. Voy a ver lo que le pasa.-Propuso Kesha.
Los chicos entraron en el comedor. Y al final, fueron las tres chicas las que subieron hacia la habitación de Yuriko y Abie.
Entraron en la habitación.
-Abie. ¿Estás dormida?-Preguntó Kesha, al ver a su amiga tumbada en la cama, al lado contrario de la puerta principal.
-No.-Contestó ésta. Sorbió por la nariz y se dio la vuelta.
-¿Qué te pasa?-Preguntó Yuriko.
-Nada. Solo que no tengo hambre.
-Pero no has comida nada, nena.-Le dijo Kesha.
-Es que...-Su voz se quedó en un hilo de voz. Miró a otro lado con los ojos brillantes y el labio tembloroso. Le dolía que sus amigas le viesen sufrir, pero más sufría ella misma con...-Tengo anorexia.
Las otras tres se quedaron sin habla. No sabían qué decir ni qué hacer. Hasta que fue Heather la que reaccionó.
-Por eso ¿no quieres comer?
-Sí.
-Pero tienes que hacer un esfuerzo.-Le pidió Kesha cogiéndole la mano, para que se sintiera más fuerte.
-Sí. Lo sé, pero me veo mal cada vez que me miro al espejo.
-No estás mal. Estás genial y ojalá todas las chicas tuvieran tu cuerpo. ¡Hasta yo, quiero tenerlo!-Sonrió Yuriko, intentando animarla.
La morena esbozó una sonrisa.
-Gracias...
-Anda, tranquila, te ayudaremos.-Prometió Kesha.
La pelirroja se acercó a ella y le dio un gran abrazo.
-No contadle nada a los chicos, ¿vale?-Dijo Abie a sus amigas.
-Tranquila, no lo haremos.-Aseguró Yuriko, quien cumplía con sus promesas al pie de la letra.
Tras unos minutos bajaron.
Entraron en el comedor y, tras coger la comida, se sentaron con los chicos.
-¡Cuánto habéis tardado!-Les recriminó Harry con una sonrisa.
-Lo sentimos.-Se disculpó Abie, sintiéndose un poco culpable.
-No te disculpes Abie, éste Harry es tontito.-Bromeó Yuriko sonriente.
-Calla oriental.-Le recriminó el de cabellera rizada.
-Watashi no yō ni kanjiru.-Jactó Yuriko, que significaba: No me da la gana.
-¿Watashino qué?-Preguntó Harry interrogante.
La oriental soltó una carcajada.
-Déjalo.
Harry se encogió de hombros, pero en su interior se preguntaba: ¿Qué habría dicho aquella jovencita japonesa?
La comida transcurrió alegremente. Las chicas vieron que Abie hacía intentos de comer y se tragó algún que otro bocado. No era un mal comienzo, aunque tampoco aún le quedaba mucho camino para que comiese una comida en condiciones.
Tras cenar subieron a sus cuartos.
-Bueno. ¿Nos acostamos ya?-Preguntó Heather.-¿O vamos a algún lado?
-Kesha y yo nos vamos a la piscina. Hoy hay un karaoke y habrá tíos buenos en bañador.-Respondió Yuriko con una sonrisa pícara.
Kesha miró a su amiga oriental y soltó una sonrisa mientras negaba con la cabeza. Su amiga no iba a cambiar nunca...
-Me voy con vosotras.-Afirmó Abie.-¿Os importa?
La pregunta de aquella tímida muchacha hizo que todos se sorprendieran, pero ni a Yuriko ni a Kesha les importaba. ¡Al contrario! Cuanta más gente, mejor fiesta...
-Pues entonces, vamos todos.-Propuso Louis.-Nos vemos ahora.
Cada pareja entró en su cuarto y a las once menos cuarto estaban todos en la piscina.
Una chica de unos veintitres años cogió el micrófono:
-¿Quién será la próxima pareja o trío que cante la siguiente canción?-La chica comenzó a mirar alegremente hasta que se paró en el lugar donde los diez chicos se habían situados.-¡Vaya! Veo por allí un grupo de chavales. Que suban al escenario un chico y una chica.
Los diez se miraron entre ellos. Abie fue la primera en actuar.
-¡Voy yo!-Gritó ilusionada.
-Pues voy contigo.-Le dijo Liam con una sonrisa.
Ambos subieron al escenario, mientras los demás lo aplaudían por su valentía.
La chica del escenario reconoció a Liam Payne, pero para no montar mucho alboroto, prefirió no decirlo en público. Fue muy discreta.
-Bueno. La canción que tenéis que cantar es: California de Katy Perry.

Know a place where the grass is really greener
Warm, wet and wild, there must be something in the water
Sipping gin and juice, laying underneath the palm trees
The boys break their necks trying to creep a little sneak peek

You could travel the world
But nothing comes close to the golden coast
Once you party with us, you’ll be falling in love
Oh, oh, oh, oh, oh, oh

California girls, we’re unforgettable
Daisy Dukes, bikinis on top
Sun-kissed skin, so hot will melt your popsicle
Oh, oh, oh, oh, oh, oh
California girls, we’re undeniable
Fine, fresh, fierce, we got it on lock
West coast represent, now put your hands up
Oh, oh, oh, oh, oh, oh

Sex on a beach we get sand in our stilettos
We freak in my jeep, Snoop Doggy dog on the stereo

You could travel the world
But nothing comes close to the golden coast
Once you party with us, you’ll be falling in love
Oh, oh, oh, oh, oh, oh

Toned, tan, fit and ready
Turn it up cause its gettin’ heavy
Wild wild west coast
These are the girls I love the most
I mean the ones, I mean like she’s the one
Kiss her, touch her, squeeze her

The girls a freak, she drives a jeep
The men on the beach,
I’m okay, I won’t play, I love the bay
Just like I love LA
Venice Beach and Palm Springs
Summer time is everything

Come on boys, hanging out
All that ass hanging out
Bikinis, tankinis, martinis, no weenies
Just to get in betweeny
Katy my lady (yeah)
You looking here baby (uh huh)
I’m all up on you
Cause you representing California

California girls man
I wish they all could be California girls (x2)
There’s only a few children who do what we do

Las voces eran tremendamente compatibles. Parecían un dúo de cantantes profesionales. Abie, tan tímida y frágil, cuando cantaba tenía una preciosa voz fuerte y de una chica sumamente valiente.
Todos aplaudieron a la pareja y estos bajaron del escenario con una sonrisa.
-Ahora voy yo.-Sonrió Kesha.
Sonrió malévolamente y, cogiendo del brazo a Heather, tiró de ella y la arrastró hasta el escenario.
-No quiero cantar.-Decía la morena, oponiéndose.
Pero al final ambas acabaron en el escenario.
-Te odio.-Masculló Heather entre dientes mientras sonreía falsamente.
-Lo pasaremos bien.-Murmuró Kesha, convenciéndola.
-Pues vosotras cantaréis: Give it up.
Heather caminó hacia el centro del escenario y dijo por el micrófono, bien alto:
-Acabemos con esta tortura cuando antes.
La música comenzó:

Someday I'll let you in
Treat you right
Drive you out of your mind(yo)

You've never met a chick like me
Burn so bright
I'm gonna make you fly

Always want what
you can't have
Is it so bad if you
don't get what you
wanted
Make you feel good
as i whip you,
into shape yeah,
Boy, let's get it started!

Give it up
You can't win
'Cause I know where you've been
Such a shame,
you don't put up a fight

Thats a game
that we play
at the end of
the night
It's the same
old story
but you never
get it right,
Give it up!

Come a little closer,
come a little closer,
Baby,baby

So stop trying to walk away
no you won`t never leave me behind(noo)
you better belive that I'm here to stay(thats right)
cos your the shade and I'm the sun shine(oooow)

Look at me boy
Cause I got you
Where I want you
Isn't it so exciting?
When I shake you
When I break you
Take a backseat,boy
'Cause now I'm drivin'

Give it up
You can't win
'Cause I know where you've been
Such a shame,
you don't put up a fight

Thats a game
that we play
at the end of
the night
It's the same
old story
but you never
get it right,

Give it up(yeeeeeeah)

Come a little closer,
come a little closer,
baby,baby
come a little closer,
come a little closer ,
baby,baby

Come a little closer,
come a little closer,
baby

yeah
You are my baby
and I'll make you crazy tonight

Look at me boy
Cause I got you
Where I want you
Isn't it so exciting?
When I shake you
When I break you
Take a backseat,boy
'Cause now I'm drivin'

Give it up
You can't win
'Cause I know where you've been
Such a shame,
you don't put up a fight
It's a game
that we play
at the end of
the night
It's the same
old story
but you never
get it right,

Give it upppppwwwo
ooooaaawwwwwo
yeah

Ambas terminaron mirándose, una a la otra. Cantaron también realmente bien.
Tras eso bajaron y hubo un descanso donde se cogieron bebidas y lo pasaron en grande charlando. Algunos se tiraron a la piscina, y otros fueron tirados. Pero era la primera vez en mucho tiempo que los diez se encontraban juntos sin roces ni discusiones, sino como una pandilla de amigos que los lazos de la amistad los mantenían unidos.
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Aquí el capítulo 27!! Siento haberos hecho esperar, pero ya sabéis que los estudios me ocupan la mayor parte de mi tiempo (por no decir todo)
Bueno, espero que lo disfrutéis y comentéis
Besitos:)

Sección de problemas para las lectoras, en marcha:)

Hola:)
Sé que llevo mucho tiempo sin escribir, y creo que hoy subiré el cap, o si no puedo, mañana. Pero no os haré esperar mucho, os lo prometo:)
Bueno, esta entradita era para avisaros de que la Sección de Problemas para ayudar a las lectoras pues está en marcha. Dar las gracias a Anónimo que dio esta idea. Y ahora, sabiendo que os gusta (por la encuesta que hice) pues la voy a hacer.
Espero que comentéis mucho en la nueva sección y entre todas podamos solucionar vuestros problemas.
Besitos y gracias por leer el blog:)

Capítulo 26: Equivocaciones y embarques


Tras unos minutos de paz y tranquilidad entre los presentes, una voz femenina, fuerte y clara, proveniente del algún lugar, anunció:
-¡Atención, por favor, los pasajeros del vuelo número doce que pasen por la puerta de
embarque!
-Es el nuestro.-Anunció Liam levantándose y alisándose la camiseta con las manos.
-Sí.-Afirmó Louis.-Vayamos a pedir los billetes.
Cada uno cogió su maleta y anduvieron hacia la puerta de embarque. Allí, una chica que parecía muy simpática les pidió los billetes.
-No los tenemos. Nos tienen reservados diez plazas por un concurso que se hizo en un instituto.-Explicó Louis.
-Ah. Ya sé cual es.-La chica miró una cosa en su archivo y anunció.-¿Has dicho diez? Pues solo tengo nueve plazas reservadas. Uno de vosotros tendrá que quedarse fuera.
Se miraron entre ellos.
-Que se quede Kesha.-Dijo Heather.
-¿Por qué yo?-Preguntó la aludida, un tanto molesta.
La morena se encogió de hombros.
-Nadie se va a quedar aquí.-Intervino Abie.-Podemos pagar una plaza ahora, ¿no?
La chica negó con la cabeza.
-Lo siento, pero no podemos hacer eso.
-¿Nos deja pensarlo un momento?-Pidió el mayor de todos.
-Claro. Estaré por aquí por si lo necesitan.
Los chicos se miraban entre ellos.
-Me quedo yo. No me importa.-Fue Liam el que habló.
-No te vas a quedar aquí solo.-Le contradijo Harry.-No vamos a permitir que te quedes aquí cuando nosotros vamos a estar en París disfrutando.
-Pero no hay otra solución...
-Sí. Sí que la hay.-Afirmó Kesha.-¿Alguien tiene el número del director?
-Nosotros.-Respondió Niall.
-Bien. Vamos a llamarlo y a contarle nuestro problema. ¡Él seguro que nos lo soluciona! Tiene que haber un error con las reservas.
Aceptaron la idea. Louis llamó al director y tras unos minutos hablando con él, apagó el móvil y sonrió.
-Está solucionado. Podemos entrar en el avión los diez.
-Pero, ¿qué error ha habido?-Preguntó Yuriko.
-Por lo visto se confundieron al hacer la reserva.
-Menos mal...Bueno, ¡Entremos!
Kesha y Yuriko fueron las primeras en entrar. Corrieron por el pasillo, bajaron las escaleras y salieron al exterior, donde una ligera brisa les despeinó el cabello. Desde allí veían aquel precioso avión blanco donde iban a montarse para embarcar en un viaje alucinante.
-Vamos nena.-Gritó Yuriko animando a su amiga.
La pelirroja la miró con una sonrisa y ambas comenzaron a correr hacia el avión, como si fueran dos niñas pequeñas.
-Me pido el lado de la ventana.-Pidió Kesha.
-No. Ese es mío.
Se miraron y comenzaron a correr y a darse empujones para competir sobre quien llegaría primero al asiento de al lado de la ventana.
Al final fue Yuriko la que ganó y gritó.
-¡Ajá! Yuriko es la vencendora.
-Calla.-Le espetó su amiga dándole una colleja.
-No me pegues mal perdedora.
-¿Mal perdedora? ¡Pero si me has pegado un bocado y todo para ganar!
-¡Mentira!
-Es verdad.
-Tonterías..-Resopló la oriental dando fin a la conversación.
Los demás entraron y se fueron sentando poco a poco. Harry y Heather en el asiento detrás de Kesha y Yuriko. Al lado de ellos, Zayn y Bryan. A la derecha de las dos amigas Niall y Louis y frente a ellos Liam y Abie. Ésta última, algo cortada, se sentó suavemente en su asiento y le sonrió al chico que estaba a su lado. Después abrió una pequeña mochila en la que llevaba un par de cosas y sacó el libro de "Perdona si te llamo amor" de Federico Moccia.
-¿Lo estás leyendo?-Preguntó el chico.
-Sí. Está genial.-Respondió ella alzando la vista hacia él.-¿Lo has leído?
-No. Pero me gustaría.
-Si quieres, cuando termine te lo puedo prestar. ¿Qué te parece?
-Vale. Me haría mucha ilusión. ¡Gracias!
-No hay de qué.
Tras unos minutos él retomó la conversación.
-Cuando termine el viaje tú y yo tenemos una cita pendiente.
La chica se puso colorada al oír la palabra "cita"
-¿Qué?-Preguntó.
-Sí. Quedamos en mi casa, tú me traes el libro y tú te llevas el libro que quieras para poder leerlo y así todas las veces que quieras. O como si te quieres llevar cinco libros del tirón.
La morena sonrió.
-Gracias. Será genial.
Y tras eso. La chica comenzó a sumergirse en su libro, y él en el suyo.
Heather abrió una botella de agua y se tomó un poco de ella.
-¿Quieres?-Preguntó a Harry.
-No, gracias. Para ti.
-Vale.-La chica se encogió de hombros y volvió a guardarla.
Miró por la ventana y pudo comprobar que solo se veía una gran manta blanca que cubría por todo el avión.
-No se ve nada.-Se quejó.
-Es normal. Estamos en el aire.
-Ya..
Se quedaron callados un rato, hasta que él sacó unos auriculares del bosillo de sus vaqueros.
-¿Escuchamos música?
-Vale. ¿Cuál tienes?
-Mmm. Muchas. Di una y te diré si la tengo o no.
-Vale.-Se quedó pensativa y preguntó.-¿Die Young de Kesha?
-Sí Esa la tengo.-Buscó en su lista de reproducción y encontró la canción que buscaba. Cada uno cogió un auricular y tras ponérselo comenzó a sonar la canción..
"I hear your heart beat to the beat of the drums
Oh, what a shame that you came here with someone
So while you're here in my arms
Let's make the most of the night like we're gonna die young
We're gonna die young
We're gonna die young
Let's make the most of the night like we're gonna die young..."
Heather comenzó a tatarearla. Le encantaba. Entonces recordó aquel día. En el instituto, ese día en que todo empezó. El día que comenzó a salir con ese idiota que estaba a su lado. Ese chico del que se había enamorado, por primera vez. Ese, que comenzó siendo un "cualquiera" y terminó siendo lo que ahora mismo era. Su novio, y la persona con la que querría compartir una bonita historia de amor.
Lo miró y lo fichó mirando hacia a algún punto fijo.
Sonrió. Esa sonrisa suya que le mataba, pero a la vez, le hacía perder el control. Ese famoso que todas piensan que está con todas, pero que se había enamorado de ella. ELLA. ¡Quién podía haberlo imaginado! Una chica solitaria, cabezota, malhumorada y con una gran perspicacia y picardía.
Él se dio cuenta y también la miró. La chica giró rápidamente la cabeza, centrándose en aquella espesa manta blanca a la que llamaban cielo. Él se acercó y cuando ella se dio la vuelta, le dio un inesperado beso. Limpio, natural, fresco, sincero. Sí. Un beso como en las películas, solo que en ese caso era real...
Kesha abrió la bolsa de los "Conguitos" de colores y cogió uno.
-¿Quieres?-Preguntó a la oriental.
-¿Qué?-Gritó esta, al no oír por la música a alto volumen que salía de sus cascos color leopardo.
-¿Que si quieres Conguitos?
-No. No quiero ningún perrito.
Kesha resopló. Agarró los cascos y les dio un tirón, haciendo que se callesen al suelo.
-¿Pero qué haces?-Preguntó la oriental, molesta.
-Que no te enteras con tu música. Te he preguntado que si quieres conguitos y me has contestado que no quieres perritos.
-Pero no tenías por qué tirarme los cascos al suelo.
-Pues te aguantas. Pon la música a menos volumen.
-No quiero.
-Pues haber si te vas a quedar sin cascos, monada.
-Vaaaale.
-¡Bien!
-Anda dame conguitos.
-Y la palabra mágica, ¿qué?
-O me das conguitos o te arranco la cabeza.
La pelirroja agarró fuertemente la bolsa e hinchó de aire sus mofletes.
-¿Qué haces? Dame conguitos.-Exigió la oriental.
-No. No quiero.-Replicó la pelirroja como una niña pequeña.
-Que me des uno.-Insistió la otra.
Yuriko intentó coger esa bolsa de las manos de su amiga y al final formaron un gran estruendo cuando una se callón encima de la otra, dándose de bruces contra el suelo.
-Au...-Se quejó la pelirroja frotándose la cabeza.
-¡Mías!-Gritó la oriental con la bolsa en la mano.-¡Buajaja! De nuevo, gano yo.
-Me da igual. El porrazo me ha dolido tanto que ni tengo hambre.
-¿Estás bien?-Preguntó la oriental ofreciéndole la mano para levantarse.
-Es que eres muy bruta..
-No te quejes. Que no querías darme la bolsita de conguitos.
-Es verdad.
Se miraron y sonrieron. De repente un chico se acercó a ellas.
-Perdone, señoritas. Algunos pasajeros se han quejado de vuestros ruidos. Siento molestarlas, pero por favor, bajen el volumen.
-Lo sentimos. No volverá a ocurrir.-Se disculpó Kesha, algo azorada.
-Eso espero. Disfruten del vuelo.-El muchacho sonrió, haciendo vivarachos sus preciosos ojos miel.
Se dio la vuelta y Kesha soltó.
-¡Qué guapo...!
-Y que lo digas.
Ambas, momentáneamente, miraron por el hueco libre y lo pudieron ver, de espaldas.
-Y tiene buen culo.-Afirmó la oriental.
El comentario hizo que ambas amigas se miraran y soltaran una carcajada.
Niall y Louis, que estaban a su lado, escucharon la conversación.
-Estáis locas.-Resopló el irlandés.
-¿Locas? ¡Venga ya! Si viniese una chica buenísima, ¿no le miraríais el culo? ¡Já! No me lo creo...-Jactó la oriental.
-Pues claro que sí. Pero no tan descaradamente como vosotras.-Afirmó Louis.
-Es que las chicas somos así. Muy descaradas y no nos importa-Explicó Kesha.
-¿Todas?-Preguntó el rubio.
-Bueno... no todas, pero la gran mayoría.-Expecificó la pelirroja.
Hablaron un rato más hasta que anunciaron que iban a embarcar y que debían ponerse los cinturones de seguridad.
-¡Estamos en París!-Chilló Yuriko, radiante de felicidad.
-Sí. ¡Qué guay!-Afirmó su amiga.
En unos minutos llegaron. Bajaron del avión y fueron a recoger las maletas.
-Y...¿quién nos lleva al hotel?-Preguntó Liam, cuando ya todos estaban con su equipaje.
-Según el director, una señora nos venía a recoger.-Respondió Louis.
Se sentaron justo al lado de la puerta giratoria que daba a la salida de la parada de taxis.
Tras unos minutos, una chica rubia, con el flequillo en forma de cortinilla hacia el lado, de ojos marrones, casi negros, en los que llevaba puesto unas gafas negras de
pasta, se acercó a ellos.
Los chicos se sorprendieron al ver quien era la supuesta "señora" que iba a ir a recogerlos ¡Si tenía la misma edad que ellos! Llevaba los brazos con tatuajes de diferentes formas y colores. La ropa que llevaba era algo corta para la estación que estaban. Unos shorts vaqueros muy ajustados que cubrían solo lo necesario, unas botas negras, una camiseta del mismo color de las botas en la que ponía en letras dorada: Je t'aime, que dejaba ver un piercing en el ombligo, un abrigo sin mangas con una capucha con los bordes de pelitos de un color más claro y una mochila rosa a la espalda.
-Soy Clare. ¿Vosotros sois los que ganastéis el concurso?
-Sí. Nosotros.-Afirmó Niall.
-Ah. Bien.. Os tengo que llevar a un hotel de por aquí. ¿Vamos?
-¿Eres tú la que nos lleva?-Preguntó Heather.
-Sí. ¿Por qué?
-Nos dijeron que eras una mujer y tú eres una cría.
-Tendré la misma edad que tú. Así que no me llames cría.-Respondió seca.
-O si no qué.
Ambas se miraron con furia. Heather de brazos cruzados, y despreocupada por la situación. Clare con una mueca de fastidio y los puños cerrados.
-Tengamos la fiesta en paz.-Dijo Louis, separándolas.
La rubia los condució hacia un descapotable rosa fucsia.
-Como no cabemos todos, he llamado a mi amiga Lou para que lleve ella también unos cuantos... Estará al caer.
De su mochila sacó un paquete de tabacos, cogió un cigarrillo y lo posó en sus labios.
Rebuscó un poco y encontró un mechero de color leopardo, encendió el cigarrillo y dio una bocanada de humo.
Después, ante la sorpresa de los demás, sacó una botella de vodka casi al terminar se bebió gran parte de lo que quedaba del tirón.
Louis al verla le cogió la botella.
-¿Qué haces?-Preguntó la rubia, molesta.
-¿Vas a conducir y aún así bebes?
-Sí. ¿Y?
-Estamos en el coche contigo. Podríamos morir todos por culpa de la bebida.
-Me da igual. No eres mi padre. Dame eso.
-No.-Respondió el firme. Y ante la sorpresa de la chica lo tiró, haciendo que la botella se hiciese añicos y el líquido que estaba en él, se derramase por el suelo.
-¡Tío!-Se quejó.-Esta botella me costó la mitad del sueldo de un pequeño servicio que hice.
-Pues deja de derrochar dinero en comprar bebida. Y utilízalo en cosas necesarias.
-No me da la ganas. ¿Quién te crees que eres para hablarme así? Y que sepas que me debes una botella, que si no, te las verás conmigo.
De la rabia tiró el cigarrillo y lo pisó fuertemente con el talón de sus botas.
-No te la pienso pagar.
-Idiota...-La chica cogió otro cigarrillo y fue a encenderlo cuando Liam se lo cogió.
-Si quieres el dinero. Haznos un favor y no fumes.
La rubia resopló. Cogió el cigarro y lo volvió a meter en el paquete.
-Todo sea por la pasta.-Se resignó.
De repente, un coche pintado de negro, y con la música de Avril Lavigne a todo volumen, entró en el aparcamiento del aeropuerta.
-Es mi amiga Lou.-Del coche salió una preciosa chica de ojos celestes, con el pelo de la misma forma de su amiga pero negro que llegaba hasta los hombros. Tenía un piercing bajo el labio en la parte derecha.
Llevaba un short vaquero, al igual que Clare, que tapaba lo justo y una sudadera de un grupo rockero escrito en francés.
Se presentó a los chicos.
-Bueno. ¿Nos vamos?-Preguntó a su amiga.
-Cuando quieras.
-Cuanto antes mejor..
Y tras repartirse en dos grupos. Los chicos se montaron en el coche rumbo al hotel.
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Aquí el capítulo 26!! Espero que os guste y comentéis:)
Por cierto. Ahora hay dos nuevos personajes. Los pondré en la sección de personajes.. Así que..¡¡corred a verlo!! :)
Besitos y gracias a todas por leer y opinar:)