El móvil se le
resbaló de las manos en ese mismo momento.
-¿Hola?-Preguntó
el señor Gray en la otra vía del teléfono al escuchar algo
caer.-¿Hola?-Volvió a preguntar.
Kesha tragó saliva
y recobró el sentido. Cogió ágilmente su móvil y preguntó:
-Señor
Gray...¿Hasta qué horas son las visitas?
-Por la mañana de
nueve a doce y por la tarde de ocho a doce de la noche.
La chica miró el
reloj despertador que había en su mesita de noche. Las agujas negras
marcaban las diez y media.
-Gracias.-Respondió
la chica, colgando.
Se levantó de
inmediato de su cuarto. Abrió el armario y se puso unos pantalones
cortos, una camiseta y unos botines. Cogió su móvil, las llaves del
coche y bajó las escaleras.
Abrió la puerta
con sigilo.
-¿Dónde
vas?-Preguntó la voz de su padre tras ella, quien había salido de
la cocina con un bol de palomitas, para ir al salón.
La chica se dio la
vuelta y sonrió para no preocuparlo.
-Tengo que recoger
una cosa en casa de Yuriko. Pero vuelvo en seguida.
-Vale.-Contestó el
hombre sonriente-No tardes.
La chica salió de
su casa y se montó en su coche. Arrancó y comenzó a conducir hacia
su destino.
Llegó tras unos
minutos. Bajó corriendo y entró en aquel lugar, donde un par de
policías que hacía guardia, le indicaron el camino.
Los pasillos se
encontraban en la penumbra y solo se podía dislumbrar la luz que se
reflejaban en las pequeñas ventanitas con barrotes. Las paredes de
mármol estaban frías, representando cómo estaban las personas en
aquel lúgubre lugar.
La chica llegó
hacia un cruce, escuchó un grito ensordecedor, que parecía
procedente de una chica, y se sobresaltó. Se pasó las manos por la
frente, echándose a un lado su flequillo rojizo y suspiró,
intentando tranqulizarse a sí misma.
Giró a la derecha
y, tras unos pasos más, encontró a un hombre, sentado en una silla
con los pies sobre la mesa, en la que había una pequeña lamparita
que iluminaba unas esposas, unos bolis, un teléfono y poco más,
comía la mitad de un donut blanco, mientras vigilaba las celdas.
Saludó a la chica con un movimiento de su gorro y le preguntó qué
quería.
-Venía a hacer una
visita.-Respondió ella.
-Bien, tiene que ir
a la habitación que hay hacia allá.-Señaló el lado izquierdo.-Es
la primera habitación. No tiene pérdida.
-Gracias...
-Y ahora, dígame:
¿A quién quiere ver?-El hombre se puso en disposición, mientra
dejaba el donut en una servilleta, se limpiaba las manos, cogía un
boli y sacó una agenda para apuntarlo.
-Heather Gray.
-Bien. Espere en
donde le he dicho.
Kesha asintió con
la cabeza y fue hacia allí. Un policía le saludó, le pidió que
dijera con quién iba a hablar y le condujo hasta una silla verde
pistacho.
-Gracias.-Contestó.
El policía se
limitó a sonreír y se alejó de ella.
Kesha se sentó en
la silla, mientras esperaba, que por la otra parte del gran cristal
que la separaba de las celdas, apareciera su amiga.
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Una luz se divisó
en el pasillo y todas aquellas que estaban en sus celdas, se
despertaron para ver quién tenía visita. Heather se quedó boca
arriba en su cama. Estaba casi segura de que ella no era, pues su
padre había venido horas antes.
-¿Quién crees que
es Lyn?-Preguntó a la chica del pelo morado.
-Ni idea.-Contestó
ella con voz ronca a causa del sueño.
El policía se
detuvo en la celda, interrumpiendo su conversación.
-Heather, sal.
Tienes visita.-Dijo autoritariamente.
La morena se
extrañó.
-¿Yo?-Preguntó
seca.
-Sí, tú.
¡Andando!
La chica se levantó
de su cama. El policía le puso las esposas en las manos por motivo
de seguridad y le condujo hasta la sala de visitas.
Heather tragó
saliva al ver a la pelirroja en el otro lado del cristal. El hombre
que le había traído le quitó las esposas.
-Tienes 10
minutos.-Le advirtió.
La morena se sentó
en la silla y, ambas, casi al unísono, cogieron los teléfonos para
comunicarse.
-Hola.-Saludó
Kesha formando una sonrisa cerrada en su rostro.
-¿Cómo sabes que
estoy aquí?-Preguntó haciendo caso omiso al saludo de su amiga.
-Te llamé y me lo
cogió tu padre. Le pregunté que si te podías poner y me dijo que
estabas en la cárcel por intento de asesinato...
-Sí. Algo
así.-Heather le contó lo que verdaderamente pasó.
-Pero...¿no te
creen?-Preguntó la pelirroja indignada ante aquella injusticia.
-¡No! Eso es lo
peor de todo.
-¡Vaya lío!
-Lo sé. Pero voy a
salir de aquí, cueste lo que cueste.
-Te ayudaremos.
-¿Ayudaremos?-Preguntó
la morena.
-Sí. Los chicos y
yo.
-No.
-¿Por qué?
-No vayas a
decíselo a Harry.
-Pero...
-No quiero que se
preocupe por mí. En verdad, no quiero que nadie se preocupe por mí.
Es que...-Bufó.
-¿Qué pasa?
-Podría haber
salido de esta yo sola. No necesitaba a nadie.
-Pero creo que
necesitas mi ayuda.
-Vale.-Respondió.-Pero
no se lo vayas a decir a nadie.
-¿A nadie?
-A NADIE.
-Sí.-Dijo cruzando
los dedos de la otra mano en señal de que mentía.
-Manos arriba y
promételo.
La pelirroja
resopló. Puso las manos en alto y dijo por el teléfono:
-Lo prometo.
-Bien.-La morena
relajó los brazos y sonrió.-Gracias por venir.
-De nada. Aunque he
tenido que mentirle a mi padre y decirle que iba a casa de Yuriko.
-Pues...¿lo
siento?-Preguntó intentando acertar, mientras entrecerraba un ojo y
el otro lo abría mucho.
La pelirroja soltó
una sonrisita en voz baja.
-No. No te
preocupes. Por cierto, ¿estás bien? ¿Necesitas algo?
-Bueno... la verdad
es que no es como en casa, pero aún no me ha pasado nada malo.
-Crucemos los
dedos.-Contestó la pelirroja mientras alzaba su mano derecha y los
cruzaba con una sonrisa.
-Sí.
Un policía se
acercó a Kesha.
-Señorita. Le
queda dos minutos. Vaya despidiéndose.
La pelirroja
asintió con la cabeza y el guardia se alejó.
-Bueno. ¿Cuándo
es el juicio final?
-Este jueves. A las
nueve de la mañana.
Kesha hizo una
mueca.
-Tienes colegio. Lo
sé.-Se adelantó Heather al saber lo que estaba pensando su
amiga.-No hace falta que vengas.
-¡Claro que sí!
Voy a venir como que me llamo Kesha Stadler.
-Vale, vale.
-Pero Heather,
tengo que avisar a los chicos.
-¿Por qué?
-Porque...¿y si
sale mal el juicio y te quedas encerrada aquí durante quince o
veinte años?
Heather sintió un
escalofrío ante las palabras de su amiga. ¿Quince o veinte años?
-Pero...
-Es una
posibilidad.-Le interrumpió Kesha, preocupada.
Heather resopló.
-Está bien. Pero
no se lo digas hasta ese mismo día. ¿Vale?
-Vale.
-Bueno, vete ya. Es
la hora.
-Ten cuidado,
morena.
Heather sonrió.
-Gracias.
Kesha se levantó y
se despidió, a través del cristal, de su amiga. Se fue corriendo de
aquel lugar y llegó a su casa minutos después.
-Buenas noches,
papá.-Dijo nerviosa mientras subía las escaleras a toda prisa, para
que no le hiciera preguntas.
Pero Richard dormía
apaciblemente en el sofá, con el bol de palomitas medio vacío en su
regazo, a causa de la aburrida película.
Al día siguiente,
Kesha se levantó muy tarde por el cansancio acumulado en los días
que había estado en París. Se cambió, poniéndose una camiseta con
una carita feliz en color blanco y unos pantalones vaqueros cortos.
Bajó a la cocina, donde Susi comía felizmente galletas oreos y
leche, Richard preparaba tortitas y Candy escribía a toda velocidad
en su BlackBerry rosa.
-Buenos días,
dormilona.-Saludó su padre.
-Buenos días.
La pelirroja cogió
los cereales y la leche y se los sirvió en un bol. Cogió una
cuchara y comenzó a tomarlos mientras hablaba animadamente con su
familia.
De repente comenzó
a sonarle el móvil.
-¡Ui! Es
mío.-Avisó mientras lo cogía y se iba hacia el salón, donde se
sentó en el sofá.-¿Sí?
-Hola Kesha.-Saludó
Niall al otro lado del teléfono.
-Hey Niall. ¿Qué
pasa?
-Hola
Keshaaaaaaa.-Sonó la aguda voz de Harry en el fondo.
-Calla Harry.-Se
oyó a decir a Niall.-Hemos quedado en casa de Louis para pasar una
súper tarde y quedarnos a dormir. ¿Te apuntas?
-¡Claro que
sí!-Exclamó la pelirroja, feliz.
-Bien, te recogemos
dentro de media hora. Hasta luego.
-Adiós
rojita.-Volvió a gritar Harry, estrepitosamente.
La chica rió y
colgó el teléfono.
Cogió todo lo que
le hacía falta y se preparó para irse.
-Papá. Esta noche
duermo en casa de Louis. Los chicos y yo nos vamos a quedar allí.
-Vale. ¿Llevas los
libros preparados para mañana?
-Sí.
-Estupendo. ¡Pásalo
bien!
-Adiós.
Kesha salió fuera,
donde la limusina de los chicos se encontraba aparcada en la acera.
-Hola.-Saludó ella
mientras entraba en el coche.
-Eeee.-Dijo Zayn a
modo de saludo, alzando una mano.
Liam le saludó con
la mano mientras sonreía pacíficamente.
-Anda. Pero si
tenemos aquí a la roja más roja del mundo.-Bromeó Harry.
-¡Anda! No sabía
que los rizos hablaran.-Le devolvió la broma la pelirroja
sonriendo.-Bueno, ¿cuál es el plan?
-Pues vamos a hacer
millones de cosas.-Afirmó Louis, quien estaba a su lado.-Comeremos
helado, palomitas, piza, chocolate....
-¡Chocolateeeee!-Gritó
Niall eufórico.
Todos rieron con el
irlandés.
-Veremos pelis
guays.-Añadió Liam.
-Y Hora de
Aventuras.-Comentó Zayn autoritariamente.
-¡Sí!-Sonrió la
chica, para luego gritar pegando un pequeño saltito-¡Flinn y Jake!
Llegaron tras unas
risas más y bajaron del coche. Se metieron en la casa del mayor de
todos. Ya que, cada uno tenía una casa en Londres, además de una en
conjunta.
Entraron al salón
y Kesha abrió los ojos como platos ante aquella gran habitación.
-¡Vaya...!
-¿Te
gusta?-Preguntó Louis abriendo las puertas correderas que daban
acceso al enorme y precioso jardín.
-¡Es
flipante!-Exclamó la chica.-¡Y cuántos libros! ¿Seguro que esto
no es de Liam?
El aludido le miró
sonriente.
-Ahí has dado
justo en el clavo. Son míos. Pero tampoco hay tantos, si te das
cuentas hay millonadas de discos.
La pelirroja se
fijó mejor y se dio cuenta de que era verdad. Había más discos que
otra cosa, a parte, de algún que otro libro entre ellos.
-Niall, enséñale
la habitación. Vamos a ir pidiendo la pizza.-Dirigió Louis.
-¿Pedirla?-Preguntó
la pelirroja.-¿Por qué no la hacemos nosotros? ¡Es más divertido!
Liam y Zayn le
dieron el visto bueno en seguida, ya que lo habían hecho otras veces
y les encantaba, y Louis se encogió de hombros a modo de convicción.
-¡NOOO!-Gritó
Harry, como un poseso.-Yo quiero pedirla para hablar por teléfono.
-Pues pedimos
nachos.-Dijo Zayn con una sonrisa.-Asunto zanjado.
-YO LLAMO.-Vociferó
Harry corriendo hacia la cocina a por el teléfono.
Liam y Louis se
miraron y negaron con la cabeza y la chica soltó una risita ante tal
escena.
-Anda ven que te
enseñe la habitación.-Le dijo Niall con una bonita sonrisa.
Los dos subieron
por una gran escalera de caracol hacia la segunda planta. El rubio le
llevó hacia una puerta cerrada. La abrió y le enseñó la bonita
habitación de invitados.
-Pon la maleta
encima del banquito.-Dijo señalando la banqueta en la que había un
libro con la pasta celeste y roja, y un fino gorro blanco.-Además,
el rubio abrió una puerta blanca que había en la habitación.-Hay
un cuarto de baño para lo que quieras.
-Gracias. Lo tendré
en cuenta.
-Bueno, tómate tu
tiempo y baja cuando quieras.-Le dijo el irlandés y salió de la
habitación.
La pelirroja dejó
la maleta a un lado. Abrió la ventana y una ráfaga de aire le
removió el cabello. Con la mano se los apartó delicadamente y la
cerró.
Se sentó en la
cama y acarició la colcha de seda blanca con figuritas en color
roja. Se levantó en seguida y bajó las escaleras.
-Ya estoy
aquí.-Avisó.
-Pues ven un
momento.-Le pidió Louis, quien estaba sentado en el sofá del salón.
Kesha fue hacia
allá y se sentó al lado del mayor.
-¿Qué pasa?
-Estamos viendo las
películas que vamos a ver.-Le explicó Zayn, quien se encontraba
tumbado en la alfombra, en el suelo, con los codos apoyados en el
suelo y la cara entre las manos.
-Tenemos unas
cuantas opciones.-Dijo Liam.-La última de Saw, Expediente 39,
Insidious o Posesión Infernal.
-¿Cuál
prefieres?-Preguntó Louis.
-¿Cuál os da
menos miedo?-Volvió a preguntar la chica.
-A
mí...¡NINGUNA!-Vociferó Harry dándose una fuerte palmada en el
pecho, aparentando ser fuerte.
-¿Qué tal
Posesión Infernal?-Preguntó Kesha.-He visto todas las de Saw y
también Insidous.
-¿En
serio?-Preguntó la voz de Zayn quien se removió de su sitio.-¿No
te dio miedo?
La pelirroja negó
con la cabeza.
-Estuvo bastante
bien.
-Pues no se hable
más. ¡Posesión Infernal!-Exclamó Louis, contento.
-Venga, vayamos
haciendo las pizzas.-Dijo Liam.-Pronto traerán los nachos que ha
pedido Harry.
Todos se fueron a
la cocina. Sacaron la masa de la pizza y todos los ingredientes.
Comenzaron a moverse por la cocina, haciendo las pizzas, trayéndolas,
llevándolas. Los chicos comenzaron a cantar Live While We're
Young, mientras se movían de un lado para otro. Kesha los miraba
con una sonrisa, aunque sin cantar.
-Yeah, we'll be
doing what we doing. Just prending that we're cool, so tonight.-Cantó
Niall acercándose a Kesha mientras ésta, comenzaba a reír.
Todos se callaron y
miraron a la chica.
-Let's go
crazy!-Comenzó a cantar ella pegando un salto y se unieron todos
los demás mientras seguían haciendo aquellas deliciosas pizzas.
-And live while
we're young!-Todos vociferaron la última parte, cantándola
eufóricamente.
-¿Pizzas
listas?-Preguntó Harry, a voces.
-¡Listas!-Respondieron
los demás.
Pusieron la mesa
entre todos, y llevaron las pizzas a la mesa. Encendieron la tele y
pusieron rápidamente Hora de Aventuras.
El timbre sonó.
-Ya voy yo.-Dijo
Louis, cogiendo dinero-Serán los nachos.
Los demás
siguieron disfrutando de las pizzas mientras veían los dibujitos y
soltaban alguna que otra carcajada.
Louis abrió la
puerta, encontrándose con una preciosa chica rubia.
-¿Holly?-Preguntó
él.
-Hola Louis.-Saludó
ella con una gran sonrisa.-Venía a veros. Hace tiempo que no nos
vemos y, pasaba por aquí. ¿Puedo pasar?
-Claro. Pasa, pasa.
Ambos entraron
hacia el salón. Los demás miraron hacia Louis y Harry se atragantó
al ver a la chica y comenzó a toser.
-Perdón.-Dijo tras
carraspear un poco.
La rubia miró a
Kesha con el ceño fruncido.
-Hola.-Saludó con
una sonrisa claramente fingida y falsa.-¡Qué de tiempo! ¿Lo habéis
pasado bien en París?
Se acercó a la
pelirroja y le dio dos besos en la mejilla, dejándole un poco de
carmín en ella a causa del pintalabios.
Kesha se lo quitó
con la servilleta educadamente mientras le sonreía a la rubia.
-Sí.
Mucho.-Respondió ella.
-Harry, querido.
¿Qué tal te va con Heather?
-Bien...-Respondió
él, sin entrar más en detalle.
-Me alegro
muchísimo.-Le dio dos besos y le dio un gran abrazo.-Bueno, me voy
ya.
-¿Quieres
quedarte?-Preguntó el de cabellera rizada.
Zayn, quien estaba
a su lado, le pegó una con el codo en la costilla.
-Au...-Se quejó en
voz baja, frotándose la parte afectada.
Holly vio la
escena, aunque se hizo la tonta y respondió sonriente.
-No. Gracias. Tengo
muchas cosas que hacer.
-Bueno, nos alegra
que nos hayas visitado.-Le dijo Louis.-Te acompaño a la puerta.
Louis desapareció
de la habitación, y tras despedir a la chica, volvió al salón.
-¡Veamos las
pelis!-Gritó Liam para calmar el ambiente.
Todos le dieron el
visto bueno, y, olvidándose de la extraña visita de la rubia,
sacaron los helados de chocolate, vainilla y oreo, además de las
chuches y patatas, prepararon un gan bol lleno de palomitas de
mantequilla, sacaron los batidos, se sentaron en el sofá y
comenzaron a ver Posesión Infernal.
La película
transcurría. Harry, acurrucado a un lado del sofá, se removía en
su asiento, y se tapaba con su camiseta azul cada vez que había
alguna escena sangrienta o comenzaba la típica música de miedo.
Louis, a su lado tomaba helado de chocolate, mientras disfrutaba de
la película. Liam en el otro rincón del sofá, tomaba una bolsa de
Doritos y algunas veces retiraba la cara para no ver la escena. Zayn,
tumbado en el suelo, disfrutaba de la película mientras bebía de su
pajita roja batido de chocolate. Kesha estaba sentada de piernas
cruzadas con el gran bol de palomitas en su regazo, y Niall, a su
lado, cada dos por tres cogía una, no sin perder de vista lo que
ocurría en la pantalla.
Tras un par de
horas, la película finalizó.
-¡Ha estado
genial!-Exclamó Louis, después señaló a Harry-Y tú estabas
muerto de miedo.
-¿Yo? ¡Qué
vá!-Negó éste.-Serían alucinaciones tuyas.
El mayor de todos
miró a Liam, quien también había estado sentado en el sofá y se
había fijado en Harry y movió el dedo índice al lado de su sien,
como diciendo que estaba loco.
Recogieron las
cosas y cenaron todos juntos mientras reían y hacían bromas.
-Bueno, vayamos a
acostarnos. Mañana hay clases.-Dijo Liam.
Todos subieron las
escaleras y se despidieron.
Kesha caminó,
junto con Niall, (pues su habitación estaba al lado de la suya)
hacia la habitación.
Llegó a su puerta
y despidió a Niall con la mano.
-Buenas noches.
-Que duermas bien,
princesa.
-¡Qué cursi!-Le
espetó la chica, en broma.
El rubio se
ruborizó un poco.
-Es broma tonto.-Le
dijo la chica, poniendo una mano en el hombro del chico y dándole un
dulce beso en los labios.
-¡A dormir!-Gritó
Louis y un cojín le dio al irlandés en la cabeza, mientras se
escuchaban unas cuantas risitas.
La pareja miró
hacia atrás. Viendo como los cuatro chicos de la banda los miraban
sonriendo y
soltando risitas.
-¡Y vosotros
también!-Exclamó la chica.
Kesha entró en su
habitación, se duchó, se puso su pijama y se acostó. No cabía
duda, que había sido, un día genial, con sus mejores amigos.
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Aquí el capítulo 41!! Espero que les gusteee y comenteen :)