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Capítulo 38: Sucesos horripilantes.


Corrió por los pasillos blancos del establecimiento. Miró de una lado para otro y encontró a su padre, sentado, enterrando su cabeza entre sus brazos.
Cuando llegó a su lado, lo miró y vio el sufrimiento en sus ojos, al igual que las lágrimas a punto de salir. Su padre no sabía nada de lo mal que lo había pasado Heather cuando estuvo con él. En todo el tiempo que Jonathan y Heather habían sido pareja, aquellas charlas que tuvieron, hicieron que entre ambos hombres hubiese surgido una gran amistad.
Se sentó a su lado y le acarició suavemente la espalda.
-S..seguro que se pone bien.-Dijo lo menos nerviosa posible.-Es... una persona muy fuerte.
Su padre asintió y sonrió a su primogénita con una cálida y bonita sonrisa.
Un médico se acerco a ellos.
-¿Familia de Jonathan?
-Sí.-Asintió el señor poniéndose de pie.
-No podemos darles falsas esperanzas. Está muy grave.
El padre de la chica comenzó a llorar desesperadamente y se volvió a sentar en uno de los sillones de la sala, así que la chica preguntó.
-¿Podemos entrar a verle?
-No, lo siento. Les informaré cuando pase cualquier cosa. Ahora tengo que irme.
El médico se alejó de ellos y padre e hija volvieron a sentarse, en silencio. Un gran silencio sepulcral que parecía interminable...

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La pandilla de chicos llegó hacia un puerto turístico del río Sena. Allí había un pequeño barco que paseaba a los turistas y extranjeros que iban de visita.
En el río se podía ver el esplendor del sol que lo iluminaba,al igual que se veían las preciosas aguas cristalinas. Kesha se separó de sus amigos y comenzó a correr, haciendo que sus pasos retumbaran en las viejas tablas de madera que habían como muelle para llegar al navío.
La chica se paró en seco y respiró para coger un poco de aire de aquella naturaleza marina.
-Hola.-Saludó sonriente al capitán del barco. Un hombre de mediana edad, de ojos claros parecidos al color del mar, labios carnosos, tez blanca y, en su cabeza, reposaba el sombrero de capitán en los típicos colores azul y blanco, que escondían
su pelo canoso.
-Hola.-Le respondió él, sonriendo a medias, con un típico acento francés muy peculiar.-Bienvenida a bordo.
-Gracias.-La chica sonrió mientras pagaba su entrada y entraba en en el barquito
blanco. La guapa joven miró a su alrededor. Una pareja española se encontraba en un rinconcito mientras hablaban del bonito lugar. Una familia con dos niños pequeños, que a simple vista se podía reconocer a ciencia cierta que eran gemelos, bastante revoltosos, hablaban en un idioma que Kesha no entendía, pero que por su acento y su manera de hablar supuso que era sueco o algo parecido. Y al final del barco, había un hueco libre, en el que seguro que cabrían los diez.
Se sentó en un ladito en el que las vistas se divisaban mejor, y esperó pacientemente a sus amigos. Tras unos minutos se encontraban todos sentados y dispuestos a navegar.
El capitán zarpó, haciendo sonar una alarma de partida y el barco comenzó a moverse lentamente.
-Esto es precioso.-Asintió Kesha sonriendo ampliamente.
-La verdad es que sí. Es un sitio realmente increíble.-Afirmó Yuriko, quien se había sentado a su lado.
El camino comenzó y vieron gran parte de París. Respiraban la brisa marina y además, el bonito paisaje con la torre Eiffel y la naturaleza como signo característico, hacían de París un bello lugar lleno de encanto y armonía.

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Heather bajó a la cafetería del hospital para poder despejarse un rato.
-Un capuccino, por favor.-Pidió al camarero.
El hombre le mostró una cálida sonrisa y le sirvió lo que la chica había pedido.
Tras unos segundos lo trajo. Ella pagó y, cogiendo el vaso entre sus manos, se salió del establecimiento y se sentó en un banco a las a fueras del hospital.
Bebió un sorbo por la pajita del vaso y suspiró. Aunque por fuera mostrase calma y tranquilidad, en realidad, dentro de ella se sentía culpable.
Terminó de terminase su bebida, tiró el vaso de plástico en la papelera más cercana y volvió a entrar. Subió unas escaleras y caminó hacia la derecha.
En los bancos en los que antes se encontraba, no halló a su padre. Miró extrañada a su alrededor, pero nada. Anduvo hacia la puerta del gran pasillo por el cual no podía pasar (o más bien no debería). Empujó suavemente la puerta de color celeste y caminó con paso lento, mirando por las ventanas de las habitaciones.
Más o menos, a mitad de camino, se paró en seco. Se fijó mejor en el interior y... en efecto ése era su padre, y el que había en la cama, supuestamente dormido, supuso que era Jonathan. Agarró el pomo dorado de la puerta, también blanca como las paredes, y abrió.
-Hola papá.-Dijo con una voz suave, no muy típica de ella.
Su padre la miró con odio, y a la vez tristeza en la mirada. La chica se estremeció, sabiendo lo que había descubierto. Dio un par de pasos hacia atrás, hasta que chocó con alguien. Alguien le cogió las manos.
-Señorita Heather.-Dijo mientras la esposaba.-Queda detenida por intento de asesinato.


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Caminaron hacia un restaurante francés cercano a las vistas del río Sena. Los diez se sentaron en una bonita mesa y pidieron su comida.
-¡Harry! Estate quieto, por favor.-Pidió Kesha.
-¡Si no estoy haciendo nada!
-¿Cómo que no?-Se indignó Louis, quien estaba a su otro lado.-No paras de moverte de un lado para otro. Eres un incordio.
-¡Que no soy un incordio!-Protestó con una irritable voz aguda.-Me tratáis como un niño pequeño.
-A lo mejor lo eres.-Respondió Zayn.
El cantante de cabellera rizada lanzó una mirada que parecía lanzar llamas a su amigo, quien se encogió de hombros y sonrió en su denfensa.
-Ahora vengo.-Dijo de repente Abie mirando su plato con desagrado.-No tardo mucho.
La morena se levantó hábilmente de la mesa y se alejó de ella. Kesha miró a Yuriko con preocupación. ¿No iría a...?
-Yo también tengo que ir.-La pelirroja se levantó inesperadamente.-Ahora vuelvo.
Caminó hacia el interior del restaurante, donde no había nadie en las lujosas mesas con sillas de seda aterciopelada en color rojo.
Recorrió el lugar ovalado, mientras rozaba suavemente con sus dedos el bonito acuario que había en el centro del establecimiento.
Entró en el servicio de mujer. Vio una puerta cerrada, la abrió y allí encontró a su amiga, arrodillada frente al váter. Las lágrimas salían inevitablemente de sus ojos.
Kesha se puso de cuclillas a su lado, le dio la vuelta, viendo el gran sufrimiento en su rostro. La levantó y salieron de aquel cubículo.
-Refréscate un poco.-Le dijo severamente.
La morena abrió el grifo, se echó en la cara y después se secó con un poco de papel sus lágrimas mojadas.
Ambas salieron y Kesha le ordenó sentarse en una de las sillas del restaurante.
-¿Qué ha pasado?-Preguntó la pelirroja.-Nos prometiste que lo dejarías, que ibas a comer más y que no ibas a hacer... lo que estabas haciendo.
-Kesha no es eso. No lo he echo.-Asintió la morena, mientras las lágrimas se inundaban en la cuenca de sus ojos.-Ya... no lo controlo. Ayer en la fiesta me pasó igual y esta mañana... también. Después de las comidas me dan ganas de vomitar y por eso voy al baño, pero yo no hago nada.
-¿Desde cuándo llevas haciendo esto?
-Desde la semana pasada, más o menos... pero he parado esta semana cuando me di cuenta de que no servía para nada. Además, vosotras me habéis ayudado mucho.
-¿Se lo has contado a tu madre?
-No...
-Deberías contárselo e ir al médico, o esto puede empeorar. Además, no sé por qué lo hacías. ¡Estás genial! Y, aunque estuvieses un poco rellenita, ¡qué más da! Eres un encanto de persona, y una gran amiga, no puedes dejarte llevar por las modas y por las modelos. ¡No! Tienes que ser tú y punto. Pero ya te digo: No estás gorda. Ni mucho menos. Ahora, prométeme que irás al médica en cuanto nos vayamos mañana por la mañana.
-Te lo prometo.
-Un abrazo.-Pidió la pelirroja extendiendo las manos.
La morena sonrió y ambas se dieron un cálido abrazo.

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Heather miró al policía que tenía en frente.
-Te juro que eso no era mío.-Volvió a decir, por enésima vez.
-¿A no? Eras la única persona que había con él, incluso el chico nos lo ha confirmado cuando ha despertado de su coma. ¡Fuiste tú! Y quieres cargarle el muerto a él, ¿no es así?
-¡No!-Gritó la chica, desesperada.-Él quiso intoxicarme, pero me di cuenta de que había vertido algo en el vaso, y aprovechando de que se fue porque llamaron a la puerta los intercambié. Pero no sabía qué era hasta que usted no me lo ha dicho. ¿Para qué quiero yo esa cosa?
-Pues está claro. Esa "cosa" como tú dices es una de las pastillas con más efectos negativos, en los que están, entre otros, la muerte. Eso es lo que querías, matarlo para poder deshacerte de él.
La chica negó con la cabeza.
-¡No quise matarlo, simplemente salvar mi pellejo!
-No te creo.-Asintió severamente el policía.-Y te prometo, que mientras estés bajo este techo y bajo mi tutela, no volverás a ver la luz del sol. Eso que te quede claro.-El hombre se dio media vuelta y cerró con un portazo, dejando a Heather sola, en aquel lúgubre lugar.
La chica respiró hondo y cerró los ojos con fuerza mientras pensaba una y otra vez lo mismo:
-"¿Qué habría echo ella para merecerse eso?"
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Aquí el capítulo 38, como les prometí!!
Espero que les guste!!
Besitos :)

13 comentarios:

  1. Gran capitulo ;)
    Polis háganle caso Heather dice la verdad!!

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  2. OMG!!! Me encanto!!!
    Poli tienes que creerle a Heather!!!
    Y paris todo asdfghjkl
    Siguela ya!

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    1. Gracias :)
      Sí, tienen que creerla...
      Paris, Paris, Paris jejeje
      Besitos :)

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  3. WOW!!!! Este capitulo es super interesante.
    Me he quedado O.O cuando he visto que detenian a Heather.
    Tienes que subir el siguiente ya.
    Muakis

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    1. Jeje, me alegro de que te guste.
      Sí, ha sido algo un poco inesperado xD
      Está en marcha el siguiente, y tu historia, (que me he quedado en modo OFF con el final -.-)
      Besitos :)

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  4. Ya tienes tu mini-historia!
    pasate por qui para verla!
    http://makingoffyop.blogspot.com.es/2013/06/loca-de-amor-por-un-idiota-estiall.html

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    1. OMG!! Qué guay xD
      Muchas gracias!!
      En cuanto tenga un par de minutos me paso para leerla!! GRACIAS DE NUEVO :)
      Besitos :)

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  5. diooooos!!! está genial!!! que ganas de que subas ya el siguiente :P
    por cierto, avisas por twitter??
    un besito guapaa^^

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    1. Muchas gracias, de verdad! Me alegro mogollón de que te guste :)
      No, amor, no tengo twitter para el blog.
      Besitos :)

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  6. ¡QUE SUELTEN A HEATER! Se lo ordeno. De todas formas, tengo la esperanza de que no le pase nada... Al fin y al cabo es inocente.
    Ojalá Abbie solucione ya su problema...
    Un besito

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Holaa! Gracias por leer esta novela, sin vosotros no sería nada.
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