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Capítulo 4: Un gran susto


Kesha llegó a su casa jadeante. Vio un coche de policía frente su casa y entró. Llegó al salón, donde su padre y su hermana se encontraban sentados en el sofá hablando con un policía. La pelirroja se acercó hacia ellos.
-Papá.-La chica se abalanzó a él y le dio un gran abrazo mientras unas cuantas lágrimas salieron de sus ojos.
Kesha se separó y se quitó esas lágrimas que resbalaban por sus mejillas.
-¿La han encontrado?-Preguntó al policía.
El hombre simplemente negó con la cabeza.
-¿Y qué hace usted aquí, en vez de estar en el parque buscándola?-Preguntó de nuevo.
-Hay policías en el parque, pero yo tenía que venir a hacer unas cuantas preguntas a su padre.-Respondió el hombre.
Kesha solo movió la cabeza arriba y abajo, asintiendo, y se sentó monotonamente en el sofá, junto a su hermana.
-Algo podremos hacer.-Dijo Candy.-¿Por qué no vamos al parque a buscarla?
-No pueden.
-Hay una niña pequeña ahí fuera sin casa, sin su familia, sola y necesita nuestra ayuda, por favor déjenos ir. Se lo ruego.-Dijo Richard levantándose.
El policía hizo un ademán de mano para que se esperaran.
Salió del salón, donde se quedaron Richard, Candy y Kesha con los abrigos y chalecos puestos preparados para salir.
Tras unos minutos el policía entró.
-Pueden salir, pero deben ir conmigo en el coche patrulla.
Richard dibujó media sonrisa en su cara.
-Gracias.
Salieron, se metieron en el coche, y tras unos minutos llegaron.

Los tres familiares impacientes corrieron a toda prisa y se metieron en el parque.
Se repartieron y comenzaron la búsqueda.
Kesha le había tocado el parque infantil. Comenzó a buscarla rincón a rincón, pero no estaba. Desesperada empezó a buscar tras un árbol, un banco o cualquier cosa por insignificante o pequeña que fuera. De repente recordó esa pequeña laguna donde había ido más de una vez junto a su hermana. Corrió hacia ella, no veía nada. De repente un gran susto se apoderó de Kesha. Miró en las aguas cristalinas de la laguna. Para su sopresa, en un rincón estaba un abrigo. Pero no uno cualquiera, el abrigo de su hermana pequeña. Lo cogó rápidamente y comenzó a llorar, abrazándose a ese abriguito rosa.
-Hermana.-Sollozó.
De repente tiró el abrigo al suelo, llena de rabia y más decidida que nunca. Comenzó a buscarla, su hermana estaba cerca. Cerca de allí había una pequeña heladería.
-Perdona, ha visto una niña de unos cuatro años, rubia con el pelo ondulado y ojos negros.-Preguntó.
-No.-Dijo rápidamente la mujer.
Kesha suspiró abatida. Se dio la vuelta, pero escuchó una voz muy suave que gritaba. Era ella. Susi, era su voz. Se giró y vio que la heladera ya no estaba.
Rompió la puerta, entró y pudo ver, en ese pequeño cubículo, una puerta en el suelo, la abrió y entró. Allí estaba su hermana, llorando.
-Susi.-Gritó mientras se acercaba a ella, le desató las manos y los pies y le dio un abrazo.
-Suéltala.-Dijo una voz tras ella.
Kesha se dio la vuelta y vio a esa mujer de la heladería con un gran palo en mano.
-Ni lo sueñes.-Gritó la pelirroja. Con toda la fuerza que tenía sumado a su rabia, empujó a la mujer, cogió a su hermana, subió a toda prisa y le encerró la puerta del suelo.
-Salgamos de aquí.-Kesha cogió a su hermana y salieron de aquel sitio.
Llegaron al parque.
-Papá.-Gritó Susi.
Richard se dio la vuelta, junto con Candy y ambos sonrieron y corrieron, cogiendo a la pequeña.
Kesha sonrió, estaba muy cansada. Había sufrido mucho, pero ahora su hermana estaba en casa.
Corrió hacia su padre y sus hermanas y se unió a aquel abrazo familiar.
Tras una hora, todos se encontraban en casa y aquella mujer que había raptado a Susi ya estaba en la cárcel.
Susi ya se había recuperado un poco del susto, pero debería ir al médico por si tuviera alguna lesión física o psicológica.
Kesha se había duchado y cambiado, poniéndose cómoda. Tomaba un chocolate caliente cuando llamaron a la puerta.
-Voy yo.-Dijo.
Abrió y sonrió al ver a su amiga Yuriko, a quien abrazó con efusión. Pero su amiga no venía sola. Los cinco chicos estaban con ella.

-¿Qué tal estás?-Preguntó Louis mientras le daba un abrazo.
-Cansada.-Respondió la pelirroja.
-Normal.-Dijo Liam mientras le daba un abrazo.
Zayn también le dio un abrazo, luego Harry quien le dijo:
-Menos mal que mi roja está a salvo.
La chica sonrió.
-Me alegro de que estés ya en casa, ella y tú.-Niall la abrazó, y Kesha notó un leve escalofrío en su cuerpo.
-Pasad.-Dijo la chica.
-No queremos molestarte. Si quieres nos vamos.-Dijo Yuriko.
-No, no importa.-Sonrió la pelirroja.
Entraron al salón.
-Papá. Estos son mis amigos. Han venido para saber que estamos bien.
-Gracias chicos.-Sonrió Richard.
Kesha presentó a su padre los cinco chicos.
De repente Candy entró en el salón con un bote de chuches para Susi.
Abrió los ojos como platos, dejó caer el bote de chuches, saltó de alegría y dijo:
-One Direction.
Los chicos sonrieron.
-¿Eres directioner?-Preguntó Zayn.
Candy simplemente asintió muy emocionada.
-Son mis amigos.-Fanfarroneó Kesha.
Candy se quedó anodada.
-¡Qué fuerte! Esto tengo que contárselo a las chicas.
Y corrió escaleras arriba.
-Mi hermana y sus famosos. Tiene un mural lleno de fotos vuestras.-Kesha puso los ojos en blanco.
Los cinco chicos rieron.
-Hermana me coges el bote de chuches.-Preguntó Susi.
-Oh, claro.-La pelirroja sonrió, se agachó, cogió el pequeño bote y se lo tendió a su hermana conjuntado de un pequeño beso en la nariz.
-Papá. Salimos un momento, ¿vale?
-Claro.-El padre sonrió.-Pero tened cuidado.
La chica lo miró desafiante, sabía que se refería a los chicos.
-Sois cinco a dos.-Repuso el hombre.
La chica suspiró y salió del salón seguida de sus amigos.
Abrió la puerta y salieron.
-Entonces, ¿Estás bien?-Preguntó Yuriko, una vez fuera.
-Sí. Muchas gracias, de verdad.-Sonrió la pelirroja.
-No hay de qué roja.-Harry le dio un suave manotazo en la cabeza a Kesha.
-No era a ti ricitos.-Bromeó la chica sonriendo.
-Tonta.
-Idiota.
Ambos rieron.

-Bueno, me voy.-Dijo Yuriko.-Te veo mañana.. Y, por cierto. ¡Péinate nena! Tienes el pelo peor que cuando te levantas, y eso es casi imposible de superar.
Kesha puso los ojos en blanco.
-Vale. Adiós.
La japonesa se despidió de los chicos y se fue.
-Bueno, gracias de nuevo por venir.-Dijo la pelirroja poniéndose en pie.
-No nos volveremos a ver si no tenemos medios de comunicación-Dijo Niall.
La chica lo miró.
-Bueno.. Si quieres mi móvil.-Se acercó a él haciéndose la dura.-Tendrás que conseguirlo.-Alejó su rostro y sonrió pícaramente.-Adiós chicos.
Corrió hasta la puerta y entró, cerrándola tras de sí.
Niall sonrió, le gustaban los retos.
Los otros cuatros se miraron entre ellos. ¿Qué acababa de pasar entre esos dos?
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Aquí el capítulo 4!! Espero que os guste y comentéis!! Gracias a todas por leer, de verdad!! Saludoos!

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