Kesha
llegó a su casa jadeante. Vio un coche de policía frente su casa y
entró. Llegó al salón, donde su padre y su hermana se encontraban
sentados en el sofá hablando con un policía. La pelirroja se acercó
hacia ellos.
-Papá.-La
chica se abalanzó a él y le dio un gran abrazo mientras unas
cuantas lágrimas salieron de sus ojos.
Kesha
se separó y se quitó esas lágrimas que resbalaban por sus
mejillas.
-¿La
han encontrado?-Preguntó al policía.
El
hombre simplemente negó con la cabeza.
-¿Y
qué hace usted aquí, en vez de estar en el parque
buscándola?-Preguntó de nuevo.
-Hay
policías en el parque, pero yo tenía que venir a hacer unas cuantas
preguntas a su padre.-Respondió el hombre.
Kesha
solo movió la cabeza arriba y abajo, asintiendo, y se sentó
monotonamente en el sofá, junto a su hermana.
-Algo
podremos hacer.-Dijo Candy.-¿Por qué no vamos al parque a buscarla?
-No
pueden.
-Hay
una niña pequeña ahí fuera sin casa, sin su familia, sola y
necesita nuestra ayuda, por favor déjenos ir. Se lo ruego.-Dijo
Richard levantándose.
El
policía hizo un ademán de mano para que se esperaran.
Salió
del salón, donde se quedaron Richard, Candy y Kesha con los abrigos
y chalecos puestos preparados para salir.
Tras
unos minutos el policía entró.
-Pueden
salir, pero deben ir conmigo en el coche patrulla.
Richard
dibujó media sonrisa en su cara.
-Gracias.
Salieron,
se metieron en el coche, y tras unos minutos llegaron.
Los
tres familiares impacientes corrieron a toda prisa y se metieron en
el parque.
Se
repartieron y comenzaron la búsqueda.
Kesha
le había tocado el parque infantil. Comenzó a buscarla rincón a
rincón, pero no estaba. Desesperada empezó a buscar tras un árbol,
un banco o cualquier cosa por insignificante o pequeña que fuera. De
repente recordó esa pequeña laguna donde había ido más de una vez
junto a su hermana. Corrió hacia ella, no veía nada. De repente un
gran susto se apoderó de Kesha. Miró en las aguas cristalinas de la
laguna. Para su sopresa, en un rincón estaba un abrigo. Pero no uno
cualquiera, el abrigo de su hermana pequeña. Lo cogó rápidamente y
comenzó a llorar, abrazándose a ese abriguito rosa.
-Hermana.-Sollozó.
De
repente tiró el abrigo al suelo, llena de rabia y más decidida que
nunca. Comenzó a buscarla, su hermana estaba cerca. Cerca de allí
había una pequeña heladería.
-Perdona,
ha visto una niña de unos cuatro años, rubia con el pelo ondulado y
ojos negros.-Preguntó.
-No.-Dijo
rápidamente la mujer.
Kesha
suspiró abatida. Se dio la vuelta, pero escuchó una voz muy suave
que gritaba. Era ella. Susi, era su voz. Se giró y vio que la
heladera ya no estaba.
Rompió
la puerta, entró y pudo ver, en ese pequeño cubículo, una puerta
en el suelo, la abrió y entró. Allí estaba su hermana, llorando.
-Susi.-Gritó
mientras se acercaba a ella, le desató las manos y los pies y le dio
un abrazo.
-Suéltala.-Dijo
una voz tras ella.
Kesha
se dio la vuelta y vio a esa mujer de la heladería con un gran palo
en mano.
-Ni
lo sueñes.-Gritó la pelirroja. Con toda la fuerza que tenía sumado
a su rabia, empujó a la mujer, cogió a su hermana, subió a toda
prisa y le encerró la puerta del suelo.
-Salgamos
de aquí.-Kesha cogió a su hermana y salieron de aquel sitio.
Llegaron
al parque.
-Papá.-Gritó
Susi.
Richard
se dio la vuelta, junto con Candy y ambos sonrieron y corrieron,
cogiendo a la pequeña.
Kesha
sonrió, estaba muy cansada. Había sufrido mucho, pero ahora su
hermana estaba en casa.
Corrió
hacia su padre y sus hermanas y se unió a aquel abrazo familiar.
Tras
una hora, todos se encontraban en casa y aquella mujer que había
raptado a Susi ya estaba en la cárcel.
Susi
ya se había recuperado un poco del susto, pero debería ir al médico
por si tuviera alguna lesión física o psicológica.
Kesha
se había duchado y cambiado, poniéndose cómoda. Tomaba un
chocolate caliente cuando llamaron a la puerta.
-Voy
yo.-Dijo.
Abrió
y sonrió al ver a su amiga Yuriko, a quien abrazó con efusión.
Pero su amiga no venía sola. Los cinco chicos estaban con ella.
-¿Qué
tal estás?-Preguntó Louis mientras le daba un abrazo.
-Cansada.-Respondió
la pelirroja.
-Normal.-Dijo
Liam mientras le daba un abrazo.
Zayn
también le dio un abrazo, luego Harry quien le dijo:
-Menos
mal que mi roja está a salvo.
La
chica sonrió.
-Me
alegro de que estés ya en casa, ella y tú.-Niall la abrazó, y
Kesha notó un leve escalofrío en su cuerpo.
-Pasad.-Dijo
la chica.
-No
queremos molestarte. Si quieres nos vamos.-Dijo Yuriko.
-No,
no importa.-Sonrió la pelirroja.
Entraron
al salón.
-Papá.
Estos son mis amigos. Han venido para saber que estamos bien.
-Gracias
chicos.-Sonrió Richard.
Kesha
presentó a su padre los cinco chicos.
De
repente Candy entró en el salón con un bote de chuches para Susi.
Abrió
los ojos como platos, dejó caer el bote de chuches, saltó de
alegría y dijo:
-One
Direction.
Los
chicos sonrieron.
-¿Eres
directioner?-Preguntó Zayn.
Candy
simplemente asintió muy emocionada.
-Son
mis amigos.-Fanfarroneó Kesha.
Candy
se quedó anodada.
-¡Qué
fuerte! Esto tengo que contárselo a las chicas.
Y
corrió escaleras arriba.
-Mi
hermana y sus famosos. Tiene un mural lleno de fotos vuestras.-Kesha
puso los ojos en blanco.
Los
cinco chicos rieron.
-Hermana
me coges el bote de chuches.-Preguntó Susi.
-Oh,
claro.-La pelirroja sonrió, se agachó, cogió el pequeño bote y se
lo tendió a su hermana conjuntado de un pequeño beso en la nariz.
-Papá.
Salimos un momento, ¿vale?
-Claro.-El
padre sonrió.-Pero tened cuidado.
La
chica lo miró desafiante, sabía que se refería a los chicos.
-Sois
cinco a dos.-Repuso el hombre.
La
chica suspiró y salió del salón seguida de sus amigos.
Abrió
la puerta y salieron.
-Entonces,
¿Estás bien?-Preguntó Yuriko, una vez fuera.
-Sí.
Muchas gracias, de verdad.-Sonrió la pelirroja.
-No
hay de qué roja.-Harry le dio un suave manotazo en la cabeza a
Kesha.
-No
era a ti ricitos.-Bromeó la chica sonriendo.
-Tonta.
-Idiota.
Ambos
rieron.
-Bueno,
me voy.-Dijo Yuriko.-Te veo mañana.. Y, por cierto. ¡Péinate nena!
Tienes el pelo peor que cuando te levantas, y eso es casi imposible
de superar.
Kesha
puso los ojos en blanco.
-Vale.
Adiós.
La
japonesa se despidió de los chicos y se fue.
-Bueno,
gracias de nuevo por venir.-Dijo la pelirroja poniéndose en pie.
-No
nos volveremos a ver si no tenemos medios de comunicación-Dijo
Niall.
La
chica lo miró.
-Bueno..
Si quieres mi móvil.-Se acercó a él haciéndose la dura.-Tendrás
que conseguirlo.-Alejó su rostro y sonrió pícaramente.-Adiós
chicos.
Corrió
hasta la puerta y entró, cerrándola tras de sí.
Niall
sonrió, le gustaban los retos.
Los
otros cuatros se miraron entre ellos. ¿Qué acababa de pasar entre
esos dos?
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Aquí el capítulo 4!! Espero que os guste y comentéis!! Gracias a todas por leer, de verdad!! Saludoos!
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