Caminaba
cada vez más rápido bajo las luces de las farolas de la calle
abarrotada de gente. Lloviznaba levemente, y las gotitas caían en su
chaqueta de cuero negra. Miró de un lado a otro con disimulo y, en
un acto reflejo, entró en un estrecho callejón camuflándose entre
el gentío.
La
música resonaba en las paredes de un local unos pasos más adelante.
En
la puerta, un par de hombres se intercambiaban algo a escondidas, no
precisamente bueno.
Él
pasó de largo y se adentró en el lugar. Una luminosa luz roja
parecida a la de la discoteca le iluminó y una música ambiental
inundó sus oídos.
Se
abrió paso por la muchedumbre hasta llegar a la barra.
-Un
sex on the beach.-Pidió con una tenue sonrisa.
El
camarero asintió y no tardó en traerle la bebida pedida. Él bebió
un sorbo y el alcohol subió rápidamente a su cerebro.
Una
guapa joven se sentó a su lado. Sus grandes ojos azules como el
cielo y su pelo largo y negro le hacían resaltar. Pero sobretodo,
aquella escotada camiseta negra y esos pantalones ceñidos.
Pidió
un vodka con naranja y miró al chico.
-Anda
que te dignas a decirme hola.-Ironizó.
-Lo
siento, llevo un dia ajetreado.-Se disculpó él mientras bebía un
gran trago, dejando el vaso a la mitad.
-Estoy
harta de tener que ser siempre yo la que venga a ti.-Bajó la mirada,
entristecida, pero no tardó en alzar sus increíbles ojos azules
para mirarlo.
-Lo
siento. Será la última vez.-Se disculpó.
-Eso
espero. Porque la pró...-No pudo seguir hablando porque él la hizo
callar con un beso.
-Lo
siento, de verdad.
Aquella
bonita sonrisa hizo sacar una a la joven.
-Vayamos
a otro lado, ¿quieres?-Preguntó él.
Una
leve risita salió de los labios de la joven. Agarró la mano de su
acompañante y tiró de él hacia otro lugar de aquel pequeño pub
londinense.
~~~~~~~~~~~
Jade
suspiró mientras la música salía a todo volumen de sus cascos. En
ese momento era la única que la alejaba de su triste realidad.
Y,
aunque quería olvidarse de todo, su mente no le dejaba descansar.
Louis aparecía en todo momento. Una borrosa imagen apareció de
nuevo. "Te quiero". Esa era las palabras que surgían una y
otra vez en su memoria, junto a esos ojos azules y esa sonrisa
angelical.
Un
escalofrío recorrió su cuerpo al recordarlo y se apretujó aún más
a su bonita chaqueta negra, mientras seguía caminando bajo las
pequeñas gotitas que caían del cielo grisáceo.
-Jade.-Creyó
escuchar.
La
chica miró de un lado a otro y se quitó la música y auriculares
para oír mejor.
-Jade.
Dándose
cuenta de donde provenía aquella conocida voz masculina, se dio la
vuelta y vio a un guapo joven de bonitos ojos negros. Era Royal, un
genial y divertido amigo de la guardería donde trabajaba.
-Hola
Roy.-Saludó ella.
-¿Qué
haces por aquí tú sóla?
-Bueno...-La
chica se encogió de hombros.-Tenía ganas de pasear un rato.
-Si
quieres puedo acompañarte.
-No
importa, estoy bien. Nos vemos mañana.-Contestó aceleradamente,
dándose la vuelta y caminando a paso ligero. Tal vez había sido
demasiado brusca, pero en ese momento no necesitaba un acompañante,
más bien, quería estar sola.
Aún
así, tras unos segundos, sintió la presencia y respiración de
alguien a su lado. La chica miró de reojo y pudo ver a su amigo
mirándola con una sonrisa.
La
chica se paró y se quedó mirándolo.
-¿Qué
te pasa?-Preguntó él.
-Nada.
Simplemente, quiero continuar mi camino sola. Por favor.
Se
dio la vuelta y siguió caminando.
-Pues
estás muy rara.-Volvió a decir la voz de Roy, el cual le seguía
los talones.-No eres igual en la guardería.
Ella
se paró de nuevo y resopló.
-La
guardería es distinta. Estoy estresada, aunque me encanten los
niños...
-Y
estás sonriendo todo el tiempo. ¿Por qué no puedes sonreír en un
paseo?
Ahí
le había pillado. La chica pensó un poco su respuesta y al final
decidió contarle algo para poder deshacerse de él más fácilmente.
-Me
has pillado. Es por un chico.-Contestó, ladeando la cabeza.
Al
recordar a Louis en su memoria, volvió a sentir un escalofrío por
su columna vertebral, y tembló.
-¿Tienes
frío?-Preguntó él, al ver la reacción de la chica.
Le
cogió las manos con delicadeza.
-Tienes
las manos heladas.-Rió.
Jade
no dijo nada. Dejó que sus pequeñas y sensibles manos frías se
calentaran por las suyas, delicadas e increíblemente calientes a
pesar del frío de la tarde.
Fueron
unos segundos y ninguno de los dos habló.
-Gracias.-Dijo
ella retirando sus manos con un brusco movimiento, agachando la
cabeza y carraspeando.-Tengo que irme, Roy.
Se
dio la vuelta y ahora sí que nadie le seguía. Sus manos ya no
estaban blancas y pálidas del frío, si no que habían recuperado su
color rosado natural.
Y,
aunque, no había sentido ese cosquilleo que le entraba cuando Louis
la rozaba, el simple contacto con la piel de su amigo le habían
agradado más de lo que hubiese pensado.
~~~~~~~~~~~
Niall
se quitó una lágrima que descendía por su mejilla.
-¡Nemo!-Exclamó,
mientras daba pequeños sorbidos por la nariz.
Lidia
reprimió una risita, mordiéndose el labio inferior. Sacó un
paquete de pañuelitos de su bolsillo trasero del pantalón y se lo
tendió a su amigo.
-No
llores anda. Sabes que al final, Nemo encuentra a su padre y a Doris.
-Es
verdad.-Se secó las lágrimas y sonrió.
Terminaron
de ver la película y el irlandés aplaudió con euforia.
-¡Qué
bonito!-Gritó con entusiasmo.
Lidia
rió ante el comportamiento infantil del chico y rodó los ojos.
Aunque ya habían visto esa película miles de veces juntos, Niall
siempre lloraba.
-¡Venga,
vamos a por algo de comer!
-¡Sí!-Gritó
el irlandés de nuevo.
Se
levantaron del sofá y se dirigieron a la cocina. Allí sacaron unos
pequeños bollitos de leche y un bote de Nutella. Cada uno cogió
tres para prepararlo.
Niall
soltó una risita.
-¿De
qué te ríes?-Preguntó ella, dando un vuelta en el taburete en el
que estaba sentada.
-Me
acabo de acordar del otro día. Le hice el desayuno a Claris, preparé
de todo, desde tortitas con nutella.-Señaló el bote.-Hasta zumo de
naranja. Aún me acuerdo de la cara que puso y del tortazo que se
pegó por creer que iba tarde a clase.
Lidia
sonrió y siguió preparando el último bollito que le quedaba.
-La
quieres mucho, ¿verdad?
-Sí.-Respondió
al segundo.
-¿Más
que a mí?-Preguntó la chica. Y en ese momento se dio cuenta de que
no era una buena pregunta porque tal vez su respuesta no le gustaría.
-Ella
es mi novia.-Se limitó a responder el irlandés, tal vez para no
herir a la joven.-Son sentimientos distintos.
-Para
ti.-Murmuró la morena en voz baja. Por lo que él no la oyó.
-Bueno,
ya he terminado.
Dejaron
los bollitos en un plato y Niall los llevó al salón. Lidia apoyó
el codo en la mesa y su pómulo derecho en la palma de la mano.
Suspiró, justo al mismo tiempo que el rubio volvió a entrar en la
cocina.
-Ei,
¿qué te pasa?-Preguntó, sentándose a su lado.
-Nada.-Contestó
la morena girando su cabeza al lado contrario de donde estaba su
amigo para que no viese que sus ojos se habían cristalizado.
-Lidia...-Susurró
el chico, lejos de saber el motivo de triteza de la chica.
Fue
a acercarse un poco más para poder ver su rostro, cuando la morena
giró la cabeza.
Y,
aunque fue un simple y estúpido accidente, por menos de un segundo
los labios de Niall rozaron los de su amiga.
~~~~~~~~~~~
-Louis,
Louis.-Gritó Liam.
-¿Qué?-Preguntó
éste sin inmutarse del sofá, mientras seguía leyendo una de las
páginas que entrarían en el examen final del último trimestre.
-He
tenido una brillante idea.-Sonrió poniéndose frente a él.
-¿Cuál?-El
moreno alzó la vista a su amigo.
-Oh,
para tí no es.
Louis
bajó las cejas y puso morritos.
-Entonces
no me interesa.-Contestó haciéndose el molesto.
Liam
soltó una risita.
-Me
voy. Vuelvo más tarde.-Dijo apresuradamente, cogiendo una chaqueta y
saliendo con rapidez.
-¿A
dón...-No pudo terminar la frase, porque Liam ya había cerrado la
puerta.
El
chico se encogió de hombros y siguió estudiando.
~~~~~~~~~~~~
Kesha
miró a los cuatro chicos, creyendo que aquello era una especia de
broma.
-Es
un poco extraño.-Contestó levantándose. Cogió su mochila y se la
colgó a la
espalda.
-Tengo
que pensármelo.
Se
dirgió a la puerta y cuando abrió, una voz irrumpió sus
pensamientos.
-Espero
que no digas esto a nadie.
La
pelirroja se dio la vuelta. Los cinco chicos la miraban.
-¿Lo
has entendido?-Siguió la voz de Ben.
-No
lo haré.-Contestó la chica.
-Como
nos enteremos que se lo hayas dicho a cualquier persona, ya sea
padre, hermana, mejor amiga o novio, las consecuencias serían
desastrosas.-Dijo Marchel.
-Pero...
-Morirás.-Le
cortó George, tanjantemente.
Kesha
abrió mucho los ojos, sorprendida. Asintió un par de veces y salió
con rápidez de aquel lugar. Corrió lo más rápido que pudo sin
mirar atrás hacia su coche. Se metió en él, cerró la puerta y se
acomodó en el asiento. Cerró los ojos y respiró profundamente.
Se
quedó allí unos minutos procesando toda aquella información de
aquel extraño grupo. Y aunque era una idea un tanto rara, le atraía.
Sería una buena experiencia.
Esperó
el tiempo necesario para ver cómo salían los cinco chicos. Amy no
tardó en divisarla. Y, el grupo al completo se acercó hacia ella.
Kesha
salió de su descapotable rojo y se apoyó en la puerta delantera,
esperando a que hablaran.
La
rubia la abrazó con efusión.
-Lo
siento. Hemos sido muy duros.
-No
pasa nada.-Sonrió la pelirroja mientras le devolvía el abrazo a su
amiga. Sabía que ella era la que menos culpa tenía.
-Tienes
que unirte, por favor.-Pidió Marchel.
-Lo
haré.-Sonrió la chica convencida al fin.
-¿En
serio?-Preguntó Ben.
-Sí.
En serio.
Amy
soltó una risita nerviosa, mientras le daba un enorme abrazo.
-Genial.-Gritó.
Kesha
no pudo por más que contagiarse de aquella hermosa risa.
-Bueno,
mañana Amy te dará las normas del grupo.-Dijo Marchel. Le dio un
abrazo y le sonrió.-¡Bienvenida!
Ben
también la abrazó con efusión. George le revolvió el pelo y le
dio un abrazo.
-Me
alegro de que hayas aceptado.-Sonrió Brendon. Le tendió la mano.
-¡Ay,
hermano!-Se quejó la rubia.-Eres demasiado tímido. ¿Por qué no le
das un abrazo?
El
chico se ruborizó y bajó la vista, hacia sus botines negros.
-No
importa.-Sonrió Kesha, estrechándole la mano, cortésmente.-Muchas
gracias, Brendon.
Él
moreno sonrió y se acercó a sus tres amigos.
-¡Enhorabuena!
Gracias por aceptar, de verdad. Vamos a pasarlo genial.-Ambas se
dieron las manos y dieron un par de saltitos. Se abrazaron y se
despidieron.
Kesha
entró en su coche y pensó en lo que acababa de hacer. ¿Sería
bueno? ¿Estaría haciendo lo correcto?
Se
encogió de hombros y arrancó. La respuesta a esas preguntas solo
las podría dar el tiempo.
~~~~~~~~~~~~
Claris
se acomodó en el sofá.
-Pues...
verás... Quiero que me cubras.-Dijo la chica, inventándose una
teoría creíble.
-¿Cubrirte
de qué?
-Esta
noche me quedo a casa de Niall y mis padres no lo saben.-Mintió,
intentando que se le notase lo mínimo posible.
-¿En
serio?-Preguntó Aida, abriendo mucho sus preciosos ojos verdes.
-Sí...-Murmuró
su amiga, poco convencida.
-Es
genial, tía. ¡Vas a desobedecer a tus padres una vez por todas!
-Eh...
sí.-Sonrió la morena, siguiendo el rollo a su amiga.-Y mañana
tampoco voy porque estaré en casa con mi padre arreglando unas cosas
que me ha pedido. Así que solo hace falta que me cubras esta noche.
-Vale,
no te preocupes. Si llaman, yo te cubro.-Respondió la rubia con una
bonita sonrisa.
-Gracias,
en serio.
Ambas
se dieron un abrazo y Claris respiró tranquila. Lo que no sabía
Aida es que Claris se iría más lejos de lo que ella pensaba.
~~~~~~~~~~
La
noche hizo su aparición. El cielo se despejó y la luna se divisó
entre los altos edificios de Londres, aún así las estrellas apenas
se divisaban por la contaminación londinense.
La
lamparita del escritorio llevaba encendida más de una hora por la
oscuridad de aquella tarde. Perrie seguía repasando los últimos
apuntes para su examen de la última semana. Llevaba puesto ya el
pijama, ya que se había duchado y no iba a salir de casa, además de
que su pelo, ahora seco, se lo había recogido en un moño para estar
más comoda.
Abrió
su botella de agua y bebió un poco, entonces oyó un sonido
proveniente de la ventana de su dormitorio. Frunció el ceño y se
levantó a ver quién era el que molestaba a esas horas.
Lejos
de imaginárselo, Perrie vio a Liam, abrazándose a sí mismo por el
frío de la noche.
-¿Li?
¿Qué haces aquí?-Preguntó ella.
El
chico le sonrió y le hizo un gesto para que bajara.
-Pero
ya tengo puesto el pijama.
Él
se encogió de hombros.
-No
importa. Sólo coge una chaqueta o un abrigo.
Perrie
bajó corriendo las escaleras. Se quitó los zapatos de estar por
casa y se puso unas botas muy calentitas marrón clarito. Se puso,
encima de su encantadora camiseta de pijama blanca con un par de
perritos, su chaqueta marrón y, quitándose el moño, se dejó el
pelo suelto y se colocó su gorrito de lana beige.
Miró
al salón, donde su madre se había quedado dormida y sonrió. Por lo
menos, no había rastro de su padrastro por ahora.
Cogió
las llaves y salió corriendo.
-¿Qué
pasa?-Preguntó, cerrando la puerta tras de sí.
-Vamos,
quiero enseñarte una cosa.-Le agarró de la mano y comenzó a
correr.
Las
calles estaban menos abarrotada de gente que horas antes, pero aún
así seguía habiendo mucho tráfico, típico de un día corriente.
Liam
guió a su novia hacia el río Támesis. Llegaron a un lugar
apartado, apenas había tan siquiera luz. Sólo un farol dislumbraba
el camino.
-Vamos,
es por aquí.-Dijo Liam sonriendo.
Sin
entender nada, Perrie siguió a su novio, que bajó unas escaleras de
piedra hacia la orilla del río.
-Payne,
¿puedes decirme de qué va todo esto?-Preguntó la joven, cuando una
suave brisa despeinó su cabello. Frunció el ceño y se llevó un
mechoncito de pelo tras su oreja.
-Espera
y verás.-Contestó él, sin mirar atrás.
-Pues
como no me lo digas, el próximo día que comamos juntos te haré una
sopa y te obligaré a comer con cuchara.
Esta
vez el cantante si que se giró. Puso los brazos en jarras e hizo una
mueca.
-No
bromees con las cucharas.-Pidió con una sonrisa.-Y no vuelvas a
preguntar más, no puedo decirte nada.-Le dio un suave e infantil
toquecito en la nariz y siguieron
caminando.
Llegaron
hacia un pequeño cobijo, donde había una barquita de madera. Era de
color blanco, con un par de remos en rojo.
-¿Y
ésto?-Preguntó ella.
-Espera
y verás.-Contestó él, pacientemente, por segunda vez en aquella
noche.
Liam
dirigió la barca hacia el agua y llamó a su novia. La cogió, para
que no se mojara las botas y la puso en el interior de la barca. Él
también se sentó, frente a ella. Cogió los remos y comenzó a
remar.
La
barquita se movía lentamente por las aguas cristalinas.
Perrie
fue a hablar, cuando él la paró.
-¿Has
visto la película de "Enredados"?
La
morena frunció el ceño.
-Sí.
La de la chica con el pelo muy largo rubio, ¿no?
-Ésa.-Sonrió
el guapo cantante.
-¿Te
acuerdas de aquella escena, en la que ambos estaban en una barca, con
millones de luces a su alrededor?
-Sí...
-Bien.
Liam
paró la barquita, bajo un bonito puente. Se levantó y silbó
fuertemente.
En
ese momento, alguien desde arriba tiró cientos de globo iluminados
por una pequeña lucecita desde dentro. En todos ellos había puesto
lo mismo:
-TE
QUIERO PERRIE.
La
tinta roja se veía un poco más oscura, casi granate, por la
iluminación dorada de los globos, pero aún así, se podía
contemplar perfectamente las letras.
-¡Es
precioso!-Exclamó la chica, levantándose feliz. Cogió uno de
ellos, en color amarillo y lo abrazó, aunque no lo suficiente para
que se explotara.-¿Cómo se te ha ocurrido esta idea?
Liam
se encogió de hombros.
-Simplemente...
se me ocurrió.-Sonrió.
-Eres
el mejor novio del mundo.
Intercambio
de sonrisas y un beso, bajo aquel cielo grisáceo y esos globos que
iluminaban la belleza de aquellas aguas cristalinas.
~~~~~~~~~~~
Niall
se abrazó con fuerza las rodillas y dejó su cara en ellas, mientras
contemplaba la noche por la ventana de la habitación. Ya llevaba un
pijama rojo puesto, aún así sabía que tardaría en dormir. Su
flequillo rubio se movía lentamente por el fresco de la noche, pero
ni siquiera eso le importaba.
-¿Niall?-Preguntó
una voz.
El
rubio miró a la puerta. Louis, ya atabiado con un pijama y con un
vaso de leche en su mano, entró en la habitación.
-¿Estás
bien?
El
irlandés agachó la cabeza.
-Soy
una mala persona.-Respondió.
El
moreno frunció el ceño sin saber muy bien de qué estaba hablando.
-No
lo eres.-Negó.
-Eso
es porque no sabes lo que he hecho.
-¿Y
qué has hecho?
Niall
alzó sus bonitos ojos azules hacia su amigo.
-Algo
muy malo Louis.
-Puedes
contármelo, somos amigos.
-¿Me
prometes no enfadarte?
Louis
miró de un lado para otro, intentado averiguar que era aquello que
le pasaba.
-Sí,
claro.
-He
besado a Lidia.
-Oh.-Louis
se quedó pasmado, no sabía que decir. Sus labios se quedaron
formando aquella "o" de la última palabra que había
dicho.
-¿Ves?
Ya has cambiado tu opinión sobre mí.
-Para
nada.-Sonrió el chico.-Eres una persona genial. Pero, ¿por qué ha
sido?
Niall
le explicó lo que pasó en la cocina de su casa horas antes.
-Después
de eso, me separé y seguimos merendando, pero estuvimos casi todo el
tiempo callados y con esos silencios incómodos que no son típicos
de nosotros.
-Pues
si es así no creo que pase nada, tú mismo has dicho que fue un
accidente.
-Pero
la he besado Louis. ¿Cómo se lo digo a Claris? Ella nunca me haría
algo así...-Bufó.-Soy el peor novio del mundo.
-No
se lo digas.
-Así
sin más ¿no?
-¡Claro!
Sabes que fue un accidente, si se lo dices las cosas empeorarán
porque ella pensará que estás intentando suavizar el golpe. ¿Me
entiendes?
-Sí..
pero...
-Pero
nada. Además, tu conciencia debe estar tranquila. Fue un simple
accidente ¿no?
-Sí...
-Pues
entonces ya está. No le des más vueltas.-El moreno sonrió y
despeinó el cabello rubio de su amigo.
Éste
soltó una media sonrisa adorable.
-Y
duérmete temprano Ni, mañana hay clases.-Dijo Louis, como si fuera
un padre que está riñendo a un hijo, mientras salía del cuarto,
bebiendo un poco de su vasito de leche, ahora no tan calentita.
Niall
cerró la ventana y se tumbó en su cama. Cogió el móvil y, al
encenderlo, una imagen de él y Claris salió como fondo de pantalla.
Ambos la eligieron como fondo en ambos móviles, pues era el
prototipo de imagen perfecta. Él, casi tumbado boca arriba, apoyando
los codos y dejando el torso levantado. Estaba de perfil, por lo que
solo se le veía la mitad de su sonrisa, sus ojos mirándola a ella,
su pelo desañilado bajo una gorra verde de "Vans", su
sudadera blanca y sus pantalones vaqueros. Ella, detrás de él, con
las piernas cruzadas. Sólo se veían un poco sus preciosos ojos
azules mirándole y su moño algo despeinado. Le besaba la mejilla al
rubio, y por eso éste sonreía. Además, llevaba una sudadera rosa y
unos pantalones pitillos vaqueros.
El
rubio suspiró y abrió la agenda. Pasó directamente a los contactos
de la letra C y allí vio su nombre. Respiró hondo y abrió su
contacto, saliendo el número. Le dio a la tecla verde y se abrió la
llamada, junto a una foto de la chica. En ella sacaba la lengua y
ponía, con su mano derecha, el signo dos, como el de "La Voz",
un poco ladeado.
Sonrió
al verla y se llevó el móvil a la oreja, en espera de que alguien
lo cogiera.
~~~~~~~~~~~
Claris
se acurrucó aún más en el asiento de aquel vagón del tren. Se
arropó a la mantita y miró por la ventanilla vieja y mugrienta.
Estaban cruzando una gran oleada de casas y campo a toda velocidad, o
esa era lo que se veía en la noche.
Pasó
su dedo por el alfeizar de la ventana y una mota de polvo se agalopó
en su dedo índice. Puso una mueca de desagrado y, al ver que no
tenía pañuelos, se lo limpió con la tela del mullido sillón.
Cerró
los ojos, cuando el sonido de su móvil comenzó a sonar. Lo cogió
con rápidez y al ver la imagen de Niall de fondo, sonrió.
Al
tercer pitido, contestó.
-Hola.-Saludó.
-Hola
Claris. ¿Te he despertado?
La
morena siguió divisando aquel paisaje y se acordó de repente de lo
hablado con Aida horas antes.
-No,
no te preocupes.
-Ah,
bien.
-¿Qué
querías?
-Nada
en especial.-Mintió el chico, culpándose a sí mismo de ser tan
cobarde ante algunas cosas.-Sólo quería escuchar tu voz.
La
morena sonrió y cerró los ojos. No estaba haciendo algo demasiado
correcto, pero él no podía enterarse de aquello.
-Es
muy bonito por tu parte.-Se sorprendió a sí misma diciendo aquello,
pues rara vez
había
dicho algo tan sumamente bonito y cursi.
-Gracias.-Agradeció
el irlandés.
-Bueno
Niall, me voy a dormir, es tarde, ¿qué tal si hablamos en otro
momento?
-Sí,
mañana nos vemos...
-No.-Negó
la chica con rápidez y nerviosismo.
-¿Y
eso?-Preguntó él.
-Mi
padre... que quiere que arregle unas cosas, nada
importante.-Respondió, calmándose un poco.
-Vale,
entonces otro día.
-Te
quiero Niall.
-Y
yo.-De nuevo una punzada de culpabilidad, sintiendo los cálidos
labios de Lidia contra los suyos.
-Buenas
noches.
-Buenas
noches.
Ella
fue la que colgó primero. Suspiró y apretó el móvil contra su
pecho sintiéndose mal consigo misma. Él que lo había dado todo por
ella, y ella había hecho aquello tan horrible...
Niall,
en cambio se culpaba a sí mismo de no haber sido capaz de contarle
la verdad. Una verdad que tal vez haría que su relación no fuese la
misma.
~~~~~~~~~~
Lidia
se quitó con el puño las lágrimas que resbalaban por su mejilla.
Su madre llamó a la puerta y entró.
-¿Estás
bien?-Preguntó sentándose en la cama, junto a su hija.
-No.-Negó
la chica con voz entrecortada, mientras un nudo se le hacía en la
garganta.
La
mujer la abrazó contra su pecho y la joven siguió lloriqueando unos
minutos más.
-Verás.-Respiró
hondo y se calmó.-¿Te acuerdas de Niall?
-Sí.-Contestó
ladeando la cabeza con una sonrisa.
-Hoy
le he besado, sin querer.
-¿Y
eso es malo?-Preguntó Natalie frunciendo el ceño.
-Sí.-Afirmó
la chica agachando la cabeza.-Él tiene novia.
-Oh.-Su
madre puso una mueca.
-Pero
fue sin querer. Yo giré la cabeza y me lo encontré. Ni siquiera me
di cuenta.
-¿Pero
tú le quieres?
La
joven miró a su madre y con un gran dolor y culpabilidad asintió.
-Pero
eso es lo malo mamá.-Sollozó.-Yo quiero muchísimo a ese chico,
pero tiene a su novia. Yo solo soy....-Se le entrecortó la voz por
el llanto.-...su...mejor...amiga. Y no quiero que corten por mi
culpa.
Natalie
abrazó aún más a su hija. Sabía qué era el amor no
correspondido.
-Intenta
hablar con él y hacerle ver que todo fue un accidente, pero si le
quieres de verdad, lucha por él.
Lidia
negó con la cabeza.
-Eso
sería arruinar su relación y nuestra amistad. Y no puedo permitirme
eso.
La
mujer limpió las últimas lágrimas del rostro de su hija.
-Pues
entonces sonríe porque eres preciosa y habrá muchos chicos detrás
de ti. ¿Vale?
Ella
asintió y simuló una sonrisa.
-Así
me gusta.-Natalie le dio un sonoro beso en la frente y se levantó
hacia la puerta.-Y recuerda, hay más chicos que Niall Horan.
La
morena volvió a asintir y su madre le dedicó una sonrisa, apagó la
luz de la habitación dando lugar a la penumbra y salió, cerrando la
puerta tras de sí.
La
chica se acurrucó entre las sábanas y se tapó hasta el cuello con
ellas, de nuevo las lágrimas asomaron por sus bonitos ojos oscuros.
-Habrá
más chicos, pero como él ninguno.-Susurró volviendo a un llanto,
ahora a solas en su habitación, tragándose su dolor.
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Holaaa!!! Este es el último capítulo del año!!!! Sí, porque ya es lunes, 30 de Diciembre y solo queda mañana y....¡BUM! Entramos en 2014!! Qué ganas ;). Feliz AÑO A TODOS!!
Por cierto, antes que nada quería deciros a las 3 chicas que quieren aparecer en la novela (junto a las otras 6 chicas que ya están) que MIL GRACIAS! Al final seréis las tres, porque ya digo, por una más no va a pasar nada ;)
Así que Raquella, Clau y Malia podréis participar!!!!
Sólo tenéis que ponerme en el coment:
-Rasgos físicos, o mejor: Personaje que os interpretará.
-Rasgos psicológicos//personalidad//
-Hobbies y aficiones....
-Cómo quieres conocer a los chicos o a alguien en particular (esto es voluntario)
-La relación que deseas tener con los personajes más o menos. (No hace falta ponerlos todos ni mucho menos xD)
Y ya!! No hay prisas, pero para daros un margen de tiempo hasta el lunes que viene. (Si lo veis demasiado pronto, avisadme, que no muerdo ¿eh? xD)
Y eso es todo!! Disfrutad del capítuloo!!
Besitoooos :)