Corrió por los
pasillos blancos del establecimiento. Miró de una lado para otro y
encontró a su padre, sentado, enterrando su cabeza entre sus brazos.
Cuando llegó a su
lado, lo miró y vio el sufrimiento en sus ojos, al igual que las
lágrimas a punto de salir. Su padre no sabía nada de lo mal que lo
había pasado Heather cuando estuvo con él. En todo el tiempo que
Jonathan y Heather habían sido pareja, aquellas charlas que
tuvieron, hicieron que entre ambos hombres hubiese surgido una gran
amistad.
Se sentó a su lado
y le acarició suavemente la espalda.
-S..seguro que se
pone bien.-Dijo lo menos nerviosa posible.-Es... una persona muy
fuerte.
Su padre asintió y
sonrió a su primogénita con una cálida y bonita sonrisa.
Un médico se
acerco a ellos.
-¿Familia de
Jonathan?
-Sí.-Asintió el
señor poniéndose de pie.
-No podemos darles
falsas esperanzas. Está muy grave.
El padre de la
chica comenzó a llorar desesperadamente y se volvió a sentar en uno
de los sillones de la sala, así que la chica preguntó.
-¿Podemos entrar a
verle?
-No, lo siento. Les
informaré cuando pase cualquier cosa. Ahora tengo que irme.
El médico se alejó
de ellos y padre e hija volvieron a sentarse, en silencio. Un gran
silencio sepulcral que parecía interminable...
~~~~~~~~~~
La pandilla de
chicos llegó hacia un puerto turístico del río Sena. Allí había
un pequeño barco que paseaba a los turistas y extranjeros que iban
de visita.
En el río se podía
ver el esplendor del sol que lo iluminaba,al igual que se veían las
preciosas aguas cristalinas. Kesha se separó de sus amigos y comenzó
a correr, haciendo que sus pasos retumbaran en las viejas tablas de
madera que habían como muelle para llegar al navío.
La chica se paró
en seco y respiró para coger un poco de aire de aquella naturaleza
marina.
-Hola.-Saludó
sonriente al capitán del barco. Un hombre de mediana edad, de ojos
claros parecidos al color del mar, labios carnosos, tez blanca y, en
su cabeza, reposaba el sombrero de capitán en los típicos colores
azul y blanco, que escondían
su pelo canoso.
-Hola.-Le respondió
él, sonriendo a medias, con un típico acento francés muy
peculiar.-Bienvenida a bordo.
-Gracias.-La chica
sonrió mientras pagaba su entrada y entraba en en el barquito
blanco. La guapa
joven miró a su alrededor. Una pareja española se encontraba en un
rinconcito mientras hablaban del bonito lugar. Una familia con dos
niños pequeños, que a simple vista se podía reconocer a ciencia
cierta que eran gemelos, bastante revoltosos, hablaban en un idioma
que Kesha no entendía, pero que por su acento y su manera de hablar
supuso que era sueco o algo parecido. Y al final del barco, había un
hueco libre, en el que seguro que cabrían los diez.
Se sentó en un
ladito en el que las vistas se divisaban mejor, y esperó
pacientemente a sus amigos. Tras unos minutos se encontraban todos
sentados y dispuestos a navegar.
El capitán zarpó,
haciendo sonar una alarma de partida y el barco comenzó a moverse
lentamente.
-Esto es
precioso.-Asintió Kesha sonriendo ampliamente.
-La verdad es que
sí. Es un sitio realmente increíble.-Afirmó Yuriko, quien se había
sentado a su lado.
El camino comenzó
y vieron gran parte de París. Respiraban la brisa marina y además,
el bonito paisaje con la torre Eiffel y la naturaleza como signo
característico, hacían de París un bello lugar lleno de encanto y
armonía.
~~~~~~~~~~~
Heather bajó a la
cafetería del hospital para poder despejarse un rato.
-Un capuccino, por
favor.-Pidió al camarero.
El hombre le mostró
una cálida sonrisa y le sirvió lo que la chica había pedido.
Tras unos segundos
lo trajo. Ella pagó y, cogiendo el vaso entre sus manos, se salió
del establecimiento y se sentó en un banco a las a fueras del
hospital.
Bebió un sorbo por
la pajita del vaso y suspiró. Aunque por fuera mostrase calma y
tranquilidad, en realidad, dentro de ella se sentía culpable.
Terminó de
terminase su bebida, tiró el vaso de plástico en la papelera más
cercana y volvió a entrar. Subió unas escaleras y caminó hacia la
derecha.
En los bancos en
los que antes se encontraba, no halló a su padre. Miró extrañada a
su alrededor, pero nada. Anduvo hacia la puerta del gran pasillo por
el cual no podía pasar (o más bien no debería). Empujó suavemente
la puerta de color celeste y caminó con paso lento, mirando por las
ventanas de las habitaciones.
Más o menos, a
mitad de camino, se paró en seco. Se fijó mejor en el interior y...
en efecto ése era su padre, y el que había en la cama,
supuestamente dormido, supuso que era Jonathan. Agarró el pomo
dorado de la puerta, también blanca como las paredes, y abrió.
-Hola papá.-Dijo
con una voz suave, no muy típica de ella.
Su padre la miró
con odio, y a la vez tristeza en la mirada. La chica se estremeció,
sabiendo lo que había descubierto. Dio un par de pasos hacia atrás,
hasta que chocó con alguien. Alguien le cogió las manos.
-Señorita
Heather.-Dijo mientras la esposaba.-Queda detenida por intento de
asesinato.
~~~~~~~~~~~~~
Caminaron hacia un
restaurante francés cercano a las vistas del río Sena. Los diez se
sentaron en una bonita mesa y pidieron su comida.
-¡Harry! Estate
quieto, por favor.-Pidió Kesha.
-¡Si no estoy
haciendo nada!
-¿Cómo que no?-Se
indignó Louis, quien estaba a su otro lado.-No paras de moverte de
un lado para otro. Eres un incordio.
-¡Que no soy un
incordio!-Protestó con una irritable voz aguda.-Me tratáis como un
niño pequeño.
-A lo mejor lo
eres.-Respondió Zayn.
El cantante de
cabellera rizada lanzó una mirada que parecía lanzar llamas a su
amigo, quien se encogió de hombros y sonrió en su denfensa.
-Ahora vengo.-Dijo
de repente Abie mirando su plato con desagrado.-No tardo mucho.
La morena se
levantó hábilmente de la mesa y se alejó de ella. Kesha miró a
Yuriko con preocupación. ¿No iría a...?
-Yo también tengo
que ir.-La pelirroja se levantó inesperadamente.-Ahora vuelvo.
Caminó hacia el
interior del restaurante, donde no había nadie en las lujosas mesas
con sillas de seda aterciopelada en color rojo.
Recorrió el lugar
ovalado, mientras rozaba suavemente con sus dedos el bonito acuario
que había en el centro del establecimiento.
Entró en el
servicio de mujer. Vio una puerta cerrada, la abrió y allí encontró
a su amiga, arrodillada frente al váter. Las lágrimas salían
inevitablemente de sus ojos.
Kesha se puso de
cuclillas a su lado, le dio la vuelta, viendo el gran sufrimiento en
su rostro. La levantó y salieron de aquel cubículo.
-Refréscate un
poco.-Le dijo severamente.
La morena abrió el
grifo, se echó en la cara y después se secó con un poco de papel
sus lágrimas mojadas.
Ambas salieron y
Kesha le ordenó sentarse en una de las sillas del restaurante.
-¿Qué ha
pasado?-Preguntó la pelirroja.-Nos prometiste que lo dejarías, que
ibas a comer más y que no ibas a hacer... lo que estabas haciendo.
-Kesha no es eso.
No lo he echo.-Asintió la morena, mientras las lágrimas se
inundaban en la cuenca de sus ojos.-Ya... no lo controlo. Ayer en la
fiesta me pasó igual y esta mañana... también. Después de las
comidas me dan ganas de vomitar y por eso voy al baño, pero yo no
hago nada.
-¿Desde cuándo
llevas haciendo esto?
-Desde la semana
pasada, más o menos... pero he parado esta semana cuando me di
cuenta de que no servía para nada. Además, vosotras me habéis
ayudado mucho.
-¿Se lo has
contado a tu madre?
-No...
-Deberías
contárselo e ir al médico, o esto puede empeorar. Además, no sé
por qué lo hacías. ¡Estás genial! Y, aunque estuvieses un poco
rellenita, ¡qué más da! Eres un encanto de persona, y una gran
amiga, no puedes dejarte llevar por las modas y por las modelos. ¡No!
Tienes que ser tú y punto. Pero ya te digo: No estás gorda. Ni
mucho menos. Ahora, prométeme que irás al médica en cuanto nos
vayamos mañana por la mañana.
-Te lo prometo.
-Un abrazo.-Pidió la pelirroja extendiendo las manos.
La morena sonrió y
ambas se dieron un cálido abrazo.
~~~~~~~~~~~
Heather miró al
policía que tenía en frente.
-Te juro que eso no
era mío.-Volvió a decir, por enésima vez.
-¿A no? Eras la
única persona que había con él, incluso el chico nos lo ha
confirmado cuando ha despertado de su coma. ¡Fuiste tú! Y quieres
cargarle el muerto a él, ¿no es así?
-¡No!-Gritó la
chica, desesperada.-Él quiso intoxicarme, pero me di cuenta de que
había vertido algo en el vaso, y aprovechando de que se fue porque
llamaron a la puerta los intercambié. Pero no sabía qué era hasta
que usted no me lo ha dicho. ¿Para qué quiero yo esa cosa?
-Pues está claro.
Esa "cosa" como tú dices es una de las pastillas con más
efectos negativos, en los que están, entre otros, la muerte. Eso es
lo que querías, matarlo para poder deshacerte de él.
La chica negó con
la cabeza.
-¡No quise
matarlo, simplemente salvar mi pellejo!
-No te
creo.-Asintió severamente el policía.-Y te prometo, que mientras
estés bajo este techo y bajo mi tutela, no volverás a ver la luz
del sol. Eso que te quede claro.-El hombre se dio media vuelta y
cerró con un portazo, dejando a Heather sola, en aquel lúgubre
lugar.
La chica respiró
hondo y cerró los ojos con fuerza mientras pensaba una y otra vez lo
mismo:
-"¿Qué
habría echo ella para merecerse eso?"
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Aquí el capítulo 38, como les prometí!!
Espero que les guste!!
Besitos :)