Gracias por la visita. No olvides dejar un comentario tu opinión es muy importante!! Y si te gusta, ¡¡hazte segui!!

Capítulo 38: Sucesos horripilantes.


Corrió por los pasillos blancos del establecimiento. Miró de una lado para otro y encontró a su padre, sentado, enterrando su cabeza entre sus brazos.
Cuando llegó a su lado, lo miró y vio el sufrimiento en sus ojos, al igual que las lágrimas a punto de salir. Su padre no sabía nada de lo mal que lo había pasado Heather cuando estuvo con él. En todo el tiempo que Jonathan y Heather habían sido pareja, aquellas charlas que tuvieron, hicieron que entre ambos hombres hubiese surgido una gran amistad.
Se sentó a su lado y le acarició suavemente la espalda.
-S..seguro que se pone bien.-Dijo lo menos nerviosa posible.-Es... una persona muy fuerte.
Su padre asintió y sonrió a su primogénita con una cálida y bonita sonrisa.
Un médico se acerco a ellos.
-¿Familia de Jonathan?
-Sí.-Asintió el señor poniéndose de pie.
-No podemos darles falsas esperanzas. Está muy grave.
El padre de la chica comenzó a llorar desesperadamente y se volvió a sentar en uno de los sillones de la sala, así que la chica preguntó.
-¿Podemos entrar a verle?
-No, lo siento. Les informaré cuando pase cualquier cosa. Ahora tengo que irme.
El médico se alejó de ellos y padre e hija volvieron a sentarse, en silencio. Un gran silencio sepulcral que parecía interminable...

                                                         ~~~~~~~~~~

La pandilla de chicos llegó hacia un puerto turístico del río Sena. Allí había un pequeño barco que paseaba a los turistas y extranjeros que iban de visita.
En el río se podía ver el esplendor del sol que lo iluminaba,al igual que se veían las preciosas aguas cristalinas. Kesha se separó de sus amigos y comenzó a correr, haciendo que sus pasos retumbaran en las viejas tablas de madera que habían como muelle para llegar al navío.
La chica se paró en seco y respiró para coger un poco de aire de aquella naturaleza marina.
-Hola.-Saludó sonriente al capitán del barco. Un hombre de mediana edad, de ojos claros parecidos al color del mar, labios carnosos, tez blanca y, en su cabeza, reposaba el sombrero de capitán en los típicos colores azul y blanco, que escondían
su pelo canoso.
-Hola.-Le respondió él, sonriendo a medias, con un típico acento francés muy peculiar.-Bienvenida a bordo.
-Gracias.-La chica sonrió mientras pagaba su entrada y entraba en en el barquito
blanco. La guapa joven miró a su alrededor. Una pareja española se encontraba en un rinconcito mientras hablaban del bonito lugar. Una familia con dos niños pequeños, que a simple vista se podía reconocer a ciencia cierta que eran gemelos, bastante revoltosos, hablaban en un idioma que Kesha no entendía, pero que por su acento y su manera de hablar supuso que era sueco o algo parecido. Y al final del barco, había un hueco libre, en el que seguro que cabrían los diez.
Se sentó en un ladito en el que las vistas se divisaban mejor, y esperó pacientemente a sus amigos. Tras unos minutos se encontraban todos sentados y dispuestos a navegar.
El capitán zarpó, haciendo sonar una alarma de partida y el barco comenzó a moverse lentamente.
-Esto es precioso.-Asintió Kesha sonriendo ampliamente.
-La verdad es que sí. Es un sitio realmente increíble.-Afirmó Yuriko, quien se había sentado a su lado.
El camino comenzó y vieron gran parte de París. Respiraban la brisa marina y además, el bonito paisaje con la torre Eiffel y la naturaleza como signo característico, hacían de París un bello lugar lleno de encanto y armonía.

                                                 ~~~~~~~~~~~

Heather bajó a la cafetería del hospital para poder despejarse un rato.
-Un capuccino, por favor.-Pidió al camarero.
El hombre le mostró una cálida sonrisa y le sirvió lo que la chica había pedido.
Tras unos segundos lo trajo. Ella pagó y, cogiendo el vaso entre sus manos, se salió del establecimiento y se sentó en un banco a las a fueras del hospital.
Bebió un sorbo por la pajita del vaso y suspiró. Aunque por fuera mostrase calma y tranquilidad, en realidad, dentro de ella se sentía culpable.
Terminó de terminase su bebida, tiró el vaso de plástico en la papelera más cercana y volvió a entrar. Subió unas escaleras y caminó hacia la derecha.
En los bancos en los que antes se encontraba, no halló a su padre. Miró extrañada a su alrededor, pero nada. Anduvo hacia la puerta del gran pasillo por el cual no podía pasar (o más bien no debería). Empujó suavemente la puerta de color celeste y caminó con paso lento, mirando por las ventanas de las habitaciones.
Más o menos, a mitad de camino, se paró en seco. Se fijó mejor en el interior y... en efecto ése era su padre, y el que había en la cama, supuestamente dormido, supuso que era Jonathan. Agarró el pomo dorado de la puerta, también blanca como las paredes, y abrió.
-Hola papá.-Dijo con una voz suave, no muy típica de ella.
Su padre la miró con odio, y a la vez tristeza en la mirada. La chica se estremeció, sabiendo lo que había descubierto. Dio un par de pasos hacia atrás, hasta que chocó con alguien. Alguien le cogió las manos.
-Señorita Heather.-Dijo mientras la esposaba.-Queda detenida por intento de asesinato.


                                               ~~~~~~~~~~~~~

Caminaron hacia un restaurante francés cercano a las vistas del río Sena. Los diez se sentaron en una bonita mesa y pidieron su comida.
-¡Harry! Estate quieto, por favor.-Pidió Kesha.
-¡Si no estoy haciendo nada!
-¿Cómo que no?-Se indignó Louis, quien estaba a su otro lado.-No paras de moverte de un lado para otro. Eres un incordio.
-¡Que no soy un incordio!-Protestó con una irritable voz aguda.-Me tratáis como un niño pequeño.
-A lo mejor lo eres.-Respondió Zayn.
El cantante de cabellera rizada lanzó una mirada que parecía lanzar llamas a su amigo, quien se encogió de hombros y sonrió en su denfensa.
-Ahora vengo.-Dijo de repente Abie mirando su plato con desagrado.-No tardo mucho.
La morena se levantó hábilmente de la mesa y se alejó de ella. Kesha miró a Yuriko con preocupación. ¿No iría a...?
-Yo también tengo que ir.-La pelirroja se levantó inesperadamente.-Ahora vuelvo.
Caminó hacia el interior del restaurante, donde no había nadie en las lujosas mesas con sillas de seda aterciopelada en color rojo.
Recorrió el lugar ovalado, mientras rozaba suavemente con sus dedos el bonito acuario que había en el centro del establecimiento.
Entró en el servicio de mujer. Vio una puerta cerrada, la abrió y allí encontró a su amiga, arrodillada frente al váter. Las lágrimas salían inevitablemente de sus ojos.
Kesha se puso de cuclillas a su lado, le dio la vuelta, viendo el gran sufrimiento en su rostro. La levantó y salieron de aquel cubículo.
-Refréscate un poco.-Le dijo severamente.
La morena abrió el grifo, se echó en la cara y después se secó con un poco de papel sus lágrimas mojadas.
Ambas salieron y Kesha le ordenó sentarse en una de las sillas del restaurante.
-¿Qué ha pasado?-Preguntó la pelirroja.-Nos prometiste que lo dejarías, que ibas a comer más y que no ibas a hacer... lo que estabas haciendo.
-Kesha no es eso. No lo he echo.-Asintió la morena, mientras las lágrimas se inundaban en la cuenca de sus ojos.-Ya... no lo controlo. Ayer en la fiesta me pasó igual y esta mañana... también. Después de las comidas me dan ganas de vomitar y por eso voy al baño, pero yo no hago nada.
-¿Desde cuándo llevas haciendo esto?
-Desde la semana pasada, más o menos... pero he parado esta semana cuando me di cuenta de que no servía para nada. Además, vosotras me habéis ayudado mucho.
-¿Se lo has contado a tu madre?
-No...
-Deberías contárselo e ir al médico, o esto puede empeorar. Además, no sé por qué lo hacías. ¡Estás genial! Y, aunque estuvieses un poco rellenita, ¡qué más da! Eres un encanto de persona, y una gran amiga, no puedes dejarte llevar por las modas y por las modelos. ¡No! Tienes que ser tú y punto. Pero ya te digo: No estás gorda. Ni mucho menos. Ahora, prométeme que irás al médica en cuanto nos vayamos mañana por la mañana.
-Te lo prometo.
-Un abrazo.-Pidió la pelirroja extendiendo las manos.
La morena sonrió y ambas se dieron un cálido abrazo.

                                                  ~~~~~~~~~~~

Heather miró al policía que tenía en frente.
-Te juro que eso no era mío.-Volvió a decir, por enésima vez.
-¿A no? Eras la única persona que había con él, incluso el chico nos lo ha confirmado cuando ha despertado de su coma. ¡Fuiste tú! Y quieres cargarle el muerto a él, ¿no es así?
-¡No!-Gritó la chica, desesperada.-Él quiso intoxicarme, pero me di cuenta de que había vertido algo en el vaso, y aprovechando de que se fue porque llamaron a la puerta los intercambié. Pero no sabía qué era hasta que usted no me lo ha dicho. ¿Para qué quiero yo esa cosa?
-Pues está claro. Esa "cosa" como tú dices es una de las pastillas con más efectos negativos, en los que están, entre otros, la muerte. Eso es lo que querías, matarlo para poder deshacerte de él.
La chica negó con la cabeza.
-¡No quise matarlo, simplemente salvar mi pellejo!
-No te creo.-Asintió severamente el policía.-Y te prometo, que mientras estés bajo este techo y bajo mi tutela, no volverás a ver la luz del sol. Eso que te quede claro.-El hombre se dio media vuelta y cerró con un portazo, dejando a Heather sola, en aquel lúgubre lugar.
La chica respiró hondo y cerró los ojos con fuerza mientras pensaba una y otra vez lo mismo:
-"¿Qué habría echo ella para merecerse eso?"
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Aquí el capítulo 38, como les prometí!!
Espero que les guste!!
Besitos :)

IMPORTANTE!

Venía para perdonaros todo este tiempo que llevo sin publicar. Lo siento, de verdad!
De todas maneras, os prometo un capítulo muuy largo y emocionante para esta tarde o mañana como muuy tarde.
También voy a cambiar el fondo, supongo. Aunque aún estoy indecisa, por lo que no es seguro 100%.
Y por último darles las GRACIAS a TODOS LOS QUE LEÉIS ESTA NOVELA O COMENTÁIS! Porque lo que empezó siendo una idea que pensé que nunca nadie leería, ahora me doy cuenta de que hay gente que le gusta como escribo y la lee y eso me llena de satisfacción!!
Gracias de nuevo a todos!!
Besitos :)

Capítulo 37: Hacia el río Sena


Niall y Kesha salieron del hotel. En el horizonte se divisaba el luminoso sol, radiante. Brillaba intensamente, y, por la temperatura, se podía reconocer a ciencia cierta, que hacía mucho más calor que los otros días.
Kesha se pasó su mano por la frente, cansadamente y se reunió con sus amigos. Niall, le seguía desde atrás.
-¿Ya habéis terminado de hablar?-Preguntó Louis.
-Sí.-Contestó Kesha, acompañando su afirmación con un leve suspiro casi inperceptible.
-Hemos llamado a Lou y Clare para que nos sea más fácil merodear por aquí.-Avisó Zayn.
-Vienen para acá ahora.-Añadió Liam.
Tras unos minutos, efectivamente, ambas chicas llegaron. Salieron, cada uno de su coche y caminaron hacia los demás.
-Hola.-Saludaron con su típico acento francés.
Las tres chicas miraron a las otras dos incrédulas.
-¿No crees que van un poquítito provocativas?-Preguntó Yuriko a Kesha en el oído.
-¿Un poquito solo?-Le respondió la pelirroja y ambas, momentáneamente miraron hacia las dos chicas, atónitas de nuevo.
Clare, llevaba un top celeste, muy escotado y ajustado al cuerpo, unos vaqueros cortitos y unas vans, así como el pelo con una coleta alta, Lou por el contrario, llevaba una camiseta de tirantas, en color blanco, con unas letras de grafiti en azul en la que ponía: Je t'aime (Te quiero), unos vaqueros muy cortos, parecidos a los de su amiga y unas sneakers.
Ambas chicas se miraron cómplices, todos estaban mirandolas.
-Por cierto, ¿Y Heather?-Preguntó Clare.
-Se fue a Londres.-Respondió Louis, sin dar más importancia al asunto.
-¡Ah! ¿Y qué tal en la fiesta?
Todos se quedaron callados, y comenzaron a silbar y mirar hacia otro lado.
-Bueno, vosotros dos no os podéis quejar.-Insistió Lou señalando a Zayn y Yuriko.-Os quedáisteis en el baño juntos.
-¿En serio?-Preguntó Louis, soltando una sonora carcajada.
-Sí. Pero no por nuestra propia voluntad.-Aclaró la oriental.-Sino porque estaban persiguiéndole unas fans locas y algo pasaditas de alcohol y lo primero que se le ocurrió fue meterse en el baño de las chicas, tirarme de la mano y pedirme los tacones para poder quedarse de pie sin que descubrieran que era un chico. Pero el pestillo se rompió y le salió mal el plan.
-¿Y no era más fácil salir hacia el hotel para alejarte, Zayn?-Preguntó Liam.
-Euh...-El moreno se rascó la nuca.-Pues no se me ocurrió. Je, je... ¡Qué despiste!
Todos rieron ante su respuesta, y Harry, quien estaba a su lado, le dio una suave collejita en la nuca a modo de: "¡Qué torpe eres, tío!"
-Anda, ¡vámonos!-Exclamó Kesha sonriente.-Vamos andando, ¿no?
-Claro que sí. No seas floja.-Respondió Harry.
-Yo no soy floja.-Afirmó ella rotundamente.-Soy... acomodada.
-Acomodada es lo mismo que floja, cariño.-Bromeó Niall sonriente.
Lou abrió mucho los ojos en ese momento. ¿Había escuchado bien? ¿Le había dicho "cariño"?
-¿Qué pijería es esa?-Preguntó Kesha, con una mueca de disgusto.-¿Cariño?
-Es una palabra muy bonita.-Dijo Abie, con su bella voz melosa.
-Y ridícula.-Afirmó la joven pelirroja.
-Tú sí que eres ridícula. Entre novios en normal que se digan "pijerías" porque más que nada ambos están atontados el uno con el otro.-Explicó Liam.
-Pues yo no estoy atontada por Niall, aunque sea mi novio.
Lou en ese momento le dio un suave codazo a su amiga Clare y, ésta le tranquilizó con una cálida y bonita sonrisa.
-¿Desde cuándo estáis juntos?-Preguntó la rubia aparentemente sorpredida.
-Desde ayer.-Respondió él.
-Pero ya se querían desde hace tiempo.-Añadió Zayn con una pícara sonrisa.
-ME quería.-Rectificó Kesha, picando al rubio.
-¿Yo? ¡Pero si eras tú la que estaba loquita por mí!
-Já. Eso no te lo crees ni tú, irlandés.
-Que no, dice...
-Tú me quisiste antes.
-No. Tú antes.
-¿Qué te apuestas?-Preguntó la pelirroja, alzando la mano a modo de pacto, ya seria ante la situación.
-Si yo gano tienes que hacer una prueba, y si tú ganas, entonces yo la haré.
-Hecho.-La pelirroja fue a darle la mano, cuando recordó algó. Chupó la palma de su mano derecha y después chocó la de Niall.
-¡Qué asco!-Exclamó Niall, con clara muestra de repugnancia.
-Las cosas se hacen bien, o no se hacen.-Se defendió la chica encongiéndose de hombros.
-Bueno, comprobemos.-Dijo Niall impaciente.-¿Quién se enamoró antes?
-Niall.-Dijeron los cinco chicos de la banda, a la vez.
-Kesha.-Rectificaron Abie, Yuriko y Bryan.
La pareja miró a Clare y Lou.
-Nosotras votamos en blanco. No os conocíamos entonces...
Kesha aplaudió un par de veces.
-¡He ganado! ¡He ganado! Tú me querías antes.
-Vaaale. Una apuesta es una apuesta. ¿Qué quieres que haga?
-Náh... No sé. Por ahora te libras. Ya me encontraré algo que mandarte. Jijijiji.
El irlandés se resignó, había perdido, y era lo que le tocaba.
                                                               
                                                                    ~~~~~~~~~

Heather se terminó de un trago, todo el batido que quedaba en el vaso.
Jonathan la miraba perplejo. Parecía como si la pastilla no hubiesa dado reacción. De repente, se le ocurrió un plan.
-¿Quieres más?
-Sí... ¿por?
-Trae el vaso, yo te sirvo.
-Gracias y si quieres, tráete tú también uno y así me acompañas.-Respondió Heather, dulcemente, entregándole su vaso.
El muchacho le devolvió la sonrisa mientras asentía y fue hacia la cocina. Enjuagó el vaso, lo limpió un poco, sirvió el batido e introdució la pastilla, después se sirvió otro vaso (exactamente igual que el anterior) para él y puso a ambos en una pequeña bandeja redonda.
Lo llevó al jardín y lo colocó en la mesa, le entregó el vaso a la chica y fue a sentarse cuando llamaron al timbre de la puerta.
-Es tu padre. Ya voy yo.-Respondió el chico amablemente.
La chica le sonrió y, en cuanto él salió del jardín, metió una cuchara en el vaso y, cuando la sacó, comprobó que había una pastilla en su interior.
-Será idiota...-Murmuró.
Con el anterior vaso había hecho lo mismo, suerte que se había dado cuenta y, con su excusa de ir al baño, había podido sacarla antes de poder tomársela. Escuchó unos pasos, y, rápidamente, metió la pastilla en el vaso, retiró la cuchara, dejándola en la mesa y cambió el vaso que tenía entre sus manos con el otro que se encontraba en la bandeja. Bebió un trago de su nuevo vaso (sin la pastilla) e intentó parecer natural y tranquila.
Jonathan y su padre llegaron hablando juntos. Entraron en el jardín y la chica se levantó, a recibir a su padre con dos besos.
-¿Nos acompañas con un café?-Preguntó el chico con gran amabilidad.
-Me encantaría.-Respondió el hombre, sonriente.
-Siéntate a mi lado, papá. Jonathan, ahí tienes tu vaso de batido.
El joven se alertó al escuchar eso y se dio cuenta de que la chica ya había comenzado a beber un poco del suyo. Sonrió como si nada y fue hacia la cocina a preparar el café.
Cuando terminó se acercó a la bonita mesa del jardín, se sentó en la silla y participó en la conversación mientras miraba de vez en cuando a Heather y bebía un poco de su
batido de chocolate. Tras unos minutos, algo le sentó mal y comenzó a toser, con el ruido de fondo de las carcajadas de los otros dos, que pararon de inmediato. Jonathan se levantó, pero cayó de momento al suelo, tosió un par de veces y se desmayó.
El padre de la chica se tiró a su lado y le zarandeó.
-Jonathan, Jonathan. ¡Despierta! ¿Qué le pasa, Heather?
La chica tragó saliva, sin poder moverse, casi hipnotizada. ¡¿Qué había hecho?!
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Aquí el capítulo 37! Siento el retraso, de verdad! Pero aquí está ya :)
Espero que lo disfruten muchísimo y que les guste y comenten, que eso me alegra mogollón y me ayuda a seguir escribiendo!!
Besitos :)

Lidia y Niall (Liall)


El despertador me despierta como cada mañana. Me remuevo entre mis sábanas y meto mi cabeza bajo la almohada, pero el odioso “ring” del despertador aún sigue sonando. Gruño y le pego un fuerte manotazo haciendo que se calle. Miro la hora y abro los ojos como platos. ¡Son las ocho menos cuarto! Solo me queda un cuarto de hora para llegar a clase. Maldigo por lo bajo y comienzo a vestirme a toda prisa. Una camiseta, unos vaqueros cortos y unas vans. Cuelgo mi mochila en un hombro y bajo las escaleras a toda prisa. Cojo una manzana de la nevera, y le pego un fuerte mordisco. Mi hermana menor, me mira incrédula y me dice:
-¿Por qué corres?
-Voy a llegar tarde al instituto, enana.
Me mira con desdén por el insulto, pero luego suelta una carcajada.
-Es domingo. ¿Recuerdas?
Me paro en seco.
-¿En serio?
Asiente con la cabeza, mientras sonríe. Camino hacia el jardín y veo a mi madre regandos las flores.
-Mamá. ¿Hoy es domingo?
-Claro. ¿No te acuerdas? Venía una amiga mía de Irlanda con su hijo, te lo dije ayer, cariño.
Resoplo y comienzo a recordar todo. Hay visita, y mi madre quiere que esté perfecta para la ocasión.
-Vete vistiendo, vienen en media hora.-Me avisa mi madre.
Asiento con la cabeza y vuelvo a la cocina. Cojo un par de galletas de chocolate y,
dándole una colleja a mi hermana en la nuca, subo hacia mi cuarto. Dejo la maleta del instituto a un lado y abro mi armario. Me decanto por un vestido de flores bastante veraniego y unas bailarinas. Me aliso mi pelo rojizo y me pongo unas pulseras en mi mano derecha. Ayudo a mi madre un poco con los preparativos y el timbre me anuncia que los invitados han llegado.
-Ya voy yo.-Le digo a mi madre.
Corro hacia la puerta y, al abrirla, me encuentro con un chico alto, bastante atractivo, de rostro algo aniñado en el que se encuentran dos perlas preciosas de color azul, parecido al color del mar y su cabello es rubio.
-¿La señora Villa?-Pregunta en un acento irlandés.
-¿No cree que soy un poco joven?-Le digo sonriente, en tono irónico.
Suelta una suave risa y asiente.
-Un poco, sí.
-Soy Lidia Villa, su hija.
-Encantado de conocerla.
Se acerca a mí y me da dos besos como saludo.
-Pasa.-Le invito.-¿Y tu madre?
-Ahora viene. Estaba encontrando aparcamiento.
-Oh.. bien.
Mi madre se acerca a nosotros.
-¡Vaya! Estás guapísimo Niall. Hace tanto tiempo que no te veo.-Se dan un abrazo y dos besos.-¿Y tu madre?
-Ahora viene, estaba encontrando aparcamiento.
-Perfecto. Lidia, cariño, ¿por qué no le preparas algo a este guapísimo irlandés?
-Está bien.-Respondo, y me reprimo en decir: “Lo de guapísimo sobra, mamá”.
Comienzo a caminar hacia la cocina.
-Siéntate donde quieras.-Le digo al chico.
-Gracias.
-¿Qué quieres?
-Me da igual, me gusta todo.
-Hemos hecho limonada. ¿Te sirvo un poco?
-Vale.
Pongo en dos vasos un poco de limonada y le entrego uno de ellos a Niall.
-¿Cuántos años tienes?-Me atrevo a preguntar.
-Diecinueve. ¿Y tú?
-Diecisiete.
-Solo son dos años.
Lo miro con el ceño fruncido para después sonreír.
-Ni que fuéramos a salir juntos.-Bromeo.
-Quién sabe...
Me llevo mi bebida a los labios y bebo un poco, algo azorada por su respuesta. El irlandés se ríe.
-¿Qué te hace tanta gracia?-Pregunto poniéndome seca, de pronto.
-Que te has quedado callada cuando te he dado una indirecta como si fuéramos 
salir.
-¿Y?
-Eso significa que se te han subido los colores o que te lo has planteado.
-No.-Miento, defendiendo mi orgullo.
-Sí.
-Que no. Y deja ya el tema, solo eres un desconocido.-Digo elevando un poco la voz.
Comienzo a caminar hacia el exterior con mi vaso de limonada.
-Estás evitando el tema, porque es verdad lo que he dicho.
-¡Déjalo ya!-Le aviso severamente.
-¡Te has puesto colorada!
-No.
-Entonces te lo has planteado.
Me doy la vuelta, cansada de sus estupideces, y le tiro la limonada en toda la cara. Me quedo anonadada y sin querer, dejo caer el vaso, que se rompe en mil pedazos cuando estrella con el suelo.
-Lo.. lo siento.-Le digo titubeante.
Mis padres y su madre vienen corriendo.
-¡Pero que has hecho!-Me grita mi madre.-¡A tu cuarto, castigada!
-Pero yo...
-¡Ahora!-Me interrumpe.
Comienzo a llorar desconsoladamente mientras subo las escaleras. Abro la puerta de mi habitación y me tiro en la cama para seguir llorando, cada vez más y más fuerte.
Unos pasos se acercan a mí. Me limpio las lágrimas con las sábanas de mi cama y digo severamente:
-Vete hermana. Ahora no estoy para que me digas tonterías.
-No soy tu hermana.-Me dice una voz.
Doy media vuelta y lo veo, ahora manchado de limonada por mi culpa.
-Vete.-Le digo seca, reprimiendo las ganas de llorar.
Se agacha y me agarra las manos. Me pide que me siente en la cama y así lo hago, él lo hace a mi lado.
-No estoy enfadado contigo. Es más, me he divertido y todo.-Me dice con la más bonita de las sonrisas. Pasa su mano por mi pelo, y después saca un bonito pañuelo de su chaqueta, es de color beige, y con unas letras bordadas en dorado, con las iniciales de el chico.-Toma, tú lo necesitas más que yo.
Lo cojo entre mis manos y le sonrío, agradeciéndoselo. Tras unas charlas, ambos bajamos y seguimos disfrutando de la fiesta.

                                                            ~~~~~~~~~

Llaman a la puerta y corro a abrirla.
-¿Quién es?-Pregunto.
-Soy yo.
Sonrío alegremente y abro la puerta, viéndolo de nuevo, como todos y cada uno de los días que nos hemos visto durante este último mes desde que lo conocí.
-Buenos días.-Me dice besándome.
-¿Qué traes ahí?-Pregunto señalando una bolsa que lleva.
-Churros. Y ahora te voy a hacer chocolate. ¿Qué te parece?
-Genial.
Ambos caminamos hacia la cocina.
-Siéntate y no te muevas.-Me ordena sonriente.
Asiento,me siento en uno de los banquitos de la cocina, cruzo las piernas y lo veo moverse de un lado para otro. Coge las tazas, prepara el chocolate y lo sirve.
Se sienta a mi lado y me sonríe.
-¿Aún tienes ese pañuelo que te regalé?
Le miro extrañada, pero asiento.
-Claro.
-¿Dónde está?
-En... mi habitación.
-Ahora vengo.
Me da un fugaz beso en los labios y lo veo desaparecer. Tras unos segundos vuelve con el pañuelo.
-Juguemos a un juego. Ponte esta venda en los ojos.
-¿Un juego?
-Sí.
-¿Y para qué me tengo que tapar los ojos?
Resopla y me dice:
-¿Te lo pones o no?
Lo miro a esos ojos azules, mientras sonríe pícaramente:
-Vaaale.-Me rindo, al fin.
Me pongo la venda en los ojos y me explica el juego, mientras asiento de vez en cuando, dando mi aprobación.
Niall moja el churro en chocolate, lo pasa por mi mejilla. Pego un gritito por lo caliente que está el chocolate, después pasa su boca, dándome pequeños besitos. Después vuelve a coger su churro, mojándome los labios y me besa. Nos quedamos así un rato. Mientras disfruto mezclando el sabor del chocolate, con el dulce de sus labios.
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Aquí está la siguiente mini-historia, de Lidia Villa!!! Espero que te guste! Ahora voy a intentar hacerlas más largas, y por esto, esta es más larga que la anterior, ya que creo que la primera me quedó un poquito corta... Aunque me alegro de que le gustara a Silvia, eso fue lo más importante :)
Bueno, eso es todo!!
Besitos :)

Capítulo 36: El ex, charlas y preocupaciones


Heather se despertó cuando los rayos del sol asomaron por su ventana. Se desperezó un poco y bajó a la cocina a desayunar. Abrió los ojos como platos al ver a Jonathan tomando unas tostadas con su padre y hablando como si fueran amigos de toda la vida.
-Buenos días.-Saludó secamente.
-¡Hola, Heather! Tu amigo Jonathan ha venido a verte. ¿No es estupendo?
El chico se acercó a ella y le dio dos besos en la mejilla.
-Sí, claro.-Ironizó la morena por lo bajo.
-Bueno, desayunad juntos, yo voy a salir un momento.
El padre se despidió de ellos y salió de la estancia.
-¿Qué haces aquí?-Preguntó ella con desdén mientras se servía un poco de batido de chocolate en un vaso.
-Verte.
-¿Para?
Jonathan suspiró, se rascó la nuca y dijo:
-Mira, seamos claros, en el pasado hice mal y no te traté bien, pero quiero volver a intentarlo contigo. ¿Qué me dices?
-No.-Jactó la morena severamente.
-Todo el mundo tiene derecho a una segunda oportunidad.
-Tú no.
-¿Por qué?
-Porque lo digo yo.
-¿Y quién eres tú?
-La que te va a hechar a patadas de mi casa como sigas con el tema.
-No es tu casa, es de tus padres.
La chica dejó el vaso de batido en la encimera y se cruzó de brazos.
-¿Me estás vacilando?
Él se acercó hacia donde ella estaba, la retuvo en la pared unos segundos y, sin que ella se diera cuenta, virtió una pastilla en el vaso de batido que la chica bebía.
-¡Déjame en paz!-Gritó ella, empujándolo.
El chico se alejó, alzó las manos y sonrió.
-¡Lo siento!
-¡Me das asco!-Vociferó. Cogió su vaso, bebió un sorbo y se fue al jardín. Jonathan la seguía de cerca, si sus cálculos no eran erróneos, pronto estaría dormida.

                                                                   ~~~~~~~~~~

Kesha se miró al espejo. Llevaba unos vaqueros y una camiseta negra de Nirvana. Se peinó un poco su pelo pelirrojo y salió de la habitación.
Llamó con los nudillos a la puerta de Abie y Yuriko, y tras unos segundos, fue la morena quien le abrió.
-Hola Ab.-Saludó Kesha.
-¿Ab?
-Sí... Es guay, ¿eh?
-Mmm.. no.
-Lo sé. Pero me ha salido espontáneamente.-Sonrió la chica.-¿Y Yuriko?
La morena le hizo un gesto para que fuese hacia ella.
-Ahí.-Señaló al suelo, donde la oriental estaba dormida enterrada entre las sábanas blancas de su cama.
-¿Qué hace en el suelo?-Preguntó Kesha.
-No sé. Cuando me me he despertado la he visto así.
La pelirroja soltó una risita, sacó su móvil, le hizo unas cuantas fotos y después se le ocurrió una idea.
Corrió hacia el baño, cogió uno de los vasos que había en el lavabo y los llenó de agua. Cerró los ojos recordando la broma que le hizo su hermana menor y rió para sí misma. Caminó hacia su amiga y vertiendo el agua en la cabeza de su amiga gritó:
-¡Despierta, dormilona!
La oriental se removió y preguntó adormecida:
-¿Qué, qué?-Abrió los ojos y contempló a Abie y su mejor amiga riendo. Frunció el ceño y dijo.-Sois unas amigas muy malas.
-Si en verdad te queremos.-Exclamó Kesha tirándose encima de ella y a hacer sonoros besos en el aire.-¡Guapa!
-Quítate, loca.-Le espetó su amiga riendo.
La pelirroja se tumbó en el suelo y comenzó a reír, mientras hacía la croqueta y movía los pies energéticamente.
Tras unos minutos de locura, pararon. Yuriko se cambió y las tres amigas salieron de la habitación.
-Oye.. ¿y Heather?-Preguntó la oriental.
-Se fue a Londres.-Respondió Kesha.
-¿Por qué?
-Decía que necesitaba pensar.
-¿Es por lo de Louis?-Preguntó Abie, cautelosamente.
-¿Qué es lo de Louis?-Dijo Yuriko, quien no estaba al tanto.
-Besó a Heather en la fiesta.
-Dono kurai tsuyoi!-Exclamó la japonesa abriendo mucho los ojos y poniéndose la mano en la boca en señal de sorpresa.
-¿Qué significa eso?-Preguntó Abie.
-Algo de fuerte o cosa asi.-Respondió la pelirroja encogiéndose de hombros.
-¡Qué fuerte!-Le corrigió la oriental dándole en la nuca.
Llegaron a la planta baja, allí los chicos, exceptuando a Harry, les esperaban.
-Hola.-Saludó la pelirroja.
-Hola.-Le respondió Niall.
Ambos se miraron timidamente, y se besaron unas décimas de segundos.
-¡¿Qué ha sido eso!?-Gritó Bryan levantándose del sofá con un brinco.
-¡Os habéis besado!-Vociferó la oriental pegando pequeños saltitos de emoción.
Zayn, Liam y Abie los miraban sin parpadear y Louis se divertía con la escena (ya que él sabía la noticia).
-Estamos saliendo.-Dijo Niall en voz baja y muy rápido.
Todos comenzaron a abrazarlos y a darles la enhorabuena.
Bryan fue el último en acercarse a la pelirroja. Le dio un achuchón y le dijo:
-Sabía que acabaríais juntos.
-No lo sabías...
-Lo intuía...
-Eso es diferente.
-Lo sé... Pero hacéis muy buena pareja. Me alegro de que por fin seas feliz.
-Tú también encontrarás a alguien, ya lo verás.
Bryan sonrió tristemente.
-No seguirás con ese sentimiento, ¿verdad?-Preguntó la chica.
-¡No! Claro que no. Eso desapareció cuando me fui y te dejé de ver.
La pelirroja tragó saliva.
-Éramos los mejores amigos... nuestra relación no iba funcionar.
-¿Cómo que éramos? ¡Somos mejores amigos!
-Sí. Lo sé. Pero ya me entiendes.
-No sigas con eso. No te preocupes más. Seremos amigos por siempre jamás y pase lo que pase y solo eso.
-Sí.
Volvieron a abrazarse y se unieron a una conversación con los demás.
-Nena, ¡qué bien!-Dio unas cuantas palmadas y siguió.-Si te gustaba desde hacía unas semanas ya. Y que me decías: "¿Y si no me quiere? ¡Oh, qué desgraciada voy ser!"-Decía la oriental gesticulando con las manos.
-Emm... Yuriko. Estás exagerando.-Le dijo Kesha, algo colorada por la actuación de su amiga.
-Sí. Un poco.-Admitió con una risita mientras sacaba la lenga, provocando las risas de los demás.
-¿Y Harry?-Preguntó Abie con su vocecita, siempre observadora.
-Eso...¿y Heather?-Volvió a preguntar Liam.
Louis miró hacia otro lado, Niall, Yuriko y Abie miraron a Kesha y ésta última sintió la presión de que debía contar lo sucedido.
-Pues... Harry estará arriba y Heather... se ha ido a Londres.
-¿Por qué?-Preguntó Zayn.
La pelirroja comentó la historia de nuevo y cuando terminó Bryan, Zayn y Liam miraron momentaneamente a Louis.
-¿Desde cuándo te gusta?-Preguntó Zayn.
-Desde que la conocí, supongo. Pero lo que hice no estuvo bien...
-No. Para nada.-Contestó Liam rotundamente, quién parecía algo molesto.-Es que eso que has hecho está muy feo, tío. Porque Harry y tú sois mejores amigos, pero yo no sé si te hubiera perdonado.
Las miradas se centraron en el chico moreno que estaba hablando, con una voz tan fría como el hielo.
-Liam.-Le dijo Abie.-Todos hemos cometidos errores, incluso más graves, y no hay que enfadarse con los demás por un error que han tenido.
-Tú seguro que no has cometidos muchos errores graves. Eres muy buena.-Le dijo Yuriko, cariñosamente.
La morena sonrió tristemente.
-No soy tan buena como todos pensáis...
-¿Por qué lo dices?-Preguntó Bryan echándose hacia delante para poder escuchar mejor.
-Algún día os lo contaré... Pero ahora no.-Respondió ella sonriendo.
-Me tienes con la intriga. Espero que no lo cuentes muy tarde.-Sonrió Louis, el más cotilla e impaciente del grupo.
Tras unos minutos, el chico de cabellera rizada llegó hacia ellos.
-Hola.-Saludó.
-Holi.-Le respondió la pelirroja.
-¿Holi?
-Es mi manera de decir: "Hola" pero a modo guay. ¿Te gusta?
-Francamente no.
-Idiota.-Se quejó la chica dándole levemente con el puño en el hombro.
-Bueno, ¿qué tal si vamos a desayunar?-Preguntó Louis.
-Genial.-Respondió Niall corriendo hacia la puerta.
Cada uno escogió la que quería y se sentaron en la mesa que habían estado cogiendo
durante las últimas comidas. Harry miró con melancolía el sitio que quedaba libre y después miró a Louis. Apartó la vista rápidamente y se centró en su comida.
-"Si no fuera por él, nada de esto habría pasado. Es mi mejor amigo y lo quiero mucho, pero esto tiene que pagarlo de alguna manera..."-Reflexionó para sí.
-¿Porque los desayunos se llaman "desayunos"?-Preguntó Yuriko de repente, metiéndose un trozo de tortita en la boca.
Todos la miraron extrañados ante la pregunta.
-Porque ayuno significa no comer, y des es un prefijo que se utiliza para el contrario de algo. Por ejemplo: Atar: Desatar... Y por ello de ayunar, desayunar. Porque pasas de no comer a hacerlo.-Explicó Liam.
-Pero... ¿a qué viene eso ahora?-Preguntó Kesha, algo aturdida.
-No sé.-Sonrió la oriental.-Se me ocurrió.. Y gracias Liam, eres muy listo.
-De nada...Y tampoco lo soy tanto.
-¿En serio? Si un poquito más y te sabes el diccionario completa, chaval.-Le recriminó Harry.
-Pues mejor que sepa mucho a que tenga el cerebro lleno de serrín, como otros.-Dijo Kesha como si nada.
-¿Cómo tu novio?-Preguntó Harry, remolón.
-Eh. Conmigo nada.-Dijo el irlandés.-No me metáis en vuestras peleas.
-Anda tonto, no te enfades.-Pidió Kesha dándole pequeños toquecitos en la cabeza.
-Bueno, ¿hoy qué hacemos?-Preguntó Zayn.
-Había pensado que podríamos ir a dar un paseo por el río Sena, y después ir a comer a algún sitio al aire libre.-Propuso Louis.
-A mí me parece bien.-Respondió Liam.
Todos le dieron el visto bueno y salieron del comedor.
-Chicos, seguid vosotros, ahora vamos.-Dijo Niall, agarrando la mano de Kesha.
-No tardad mucho.-Les pidió Zayn.
-Descuida.
La pareja se sentó en unos silloncitos blancos que había en recepción.
-¿Qué pasa?-preguntó la pelirroja, con aire preocupado.
-Verás.. ayer se me vino a la cabeza, que tal vez...-Se quedó en silencio y, tras respirar profundamente, volvió a hablar.-No me quieras.
La chica se zafó con delicadeza de la mano del irlandés y lo miró algo molesta.
-¿En serio lo crees?
-No es que no crea que me quieres, sino que tengo dudas sobre nuestra relación.
-¿Y me lo dices ahora?
-Kesha. Sé que te quiero, pero no sé lo que tú sientes y me da miedo que tal vez venga otro y yo me quede en un segundo plano.
La chica se levantó y lo miró con desdén.
-¿Piensas que soy de esas? ¿Crees que cuando estoy con una persona, no la quiero de verdad?
-No. No es eso. Pero simplemente tengo dudas. Son pequeñas y sin importancia, pero quería hablarlas contigo porque creo que necesitas saberlas.
-Sí. Tienes razón. Ha sido lo mejor. Pero de todas maneras es una tontería lo que estás
pensando. Más tendría que preocuparme yo. Hay millones de chicas tras de ti. Tal vez se te acerque una y entonces te olvidas de mí. ¿No crees que es lo mismo?
-Sí. Siento haber dudado.
-No pasa nada, Niall.
-No. Sí que pasa, he puesto en juego nuestra confianza.
-Da igual. Déjalo.-Dijo con firmeza.
-Vale. Lo siento.
-No importa.
El irlandés volvió a entrelazar la mano de ella con la suya y le sonrió. Kesha le devolvió la sonrisa, pero algo, dentro de ella, le decía que todo no estaba arreglado aún.
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Aquí el capítulo 36!! Siento la tardanza, pero ya está aquí! Espero que os guste y que comentéis!
Besitos :)