Sí. Capítulo 70 pero antes de que empecéis a leerlo quiero . ¿Por qué? Sé que os dije que iba a seguir publicando más a menudo, pero cómo veis, no estoy cumpliendo mi promesa y me frustra. Me frustra muchísimo. El saber que estáis esperando un capítulo y que éste no llega. No voy a dejar la novela, pero quiero terminarla muy pronto, no por nada, sino porque todo tiene fin y éste proyecto que empecé hace cerca de tres años se está alargando demasiado sabiendo el final que ansío desde hace muchísimo tiempo. Quiero acabarla, quedarme contenta con ella y por fin cerrar las incógnitas que lleváis preguntándoos tanto tiempo.
Pero éso no es todo. One Direction ha cambiado. ¿Me gustan? Por supuesto. Los escucho, sigo sabiendo de ellos y de corazón que los sigo amando porque realmente me han gustado desde sus inicios, pero la marcha de Zayn me ha puesto muy triste. Eran un grupo de cinco y ahora son cuatro, y da pena, sobretodo si lo sigues desde el principio. La novela seguirá con Zayn, como si One Direction siguieran siendo cinco, normal como hasta ahora lo he hecho y, nada, que espero que os guste el capítulo. Allá vá.
(Ah, antes de nada, perdón por no poner fotografías, poco a poco las pondré, pero en este simplemente lo hice escribiéndolo sin pensar en ninguna fotografía en especial y no he sabido qué podía poner, por tanto lo he dejado así, para el próximo tendréis para que no sea sólo letras, sino que se complemente con algo de color).
-¿Estás bien?-Preguntó Helen.
-Estoy bien.-Mintió Claris con un pequeño nudo en la
garganta. No, no estaba bien. Estaba nerviosa, histérica, irrascible...
-Todo saldrá a las mis maravillas Clara.
-Ojalá sea cierto.
-No le des más vueltas. Son tus amigos, te querrán.
-¿Incluso después de todo lo que les he hecho?
-Tú no fuiste, fue papá, ya lo sabes.-Contestó la mayor,
aparcando en un hueco libre.-Estamos aquí.-Suspiró y relajó los hombros tras el
largo trayecto.
La morena de ojos azules tembló en su interior. Salió
despacio del coche y cerró con sumo cuidado.
-No hay vuelta atrás, ¿verdad?-Preguntó en un murmuro casi
inaudible.
-No, no la hay.-Dijo su hermana sentada aún en el asiento
del copiloto.-Yo me quedo aquí. Suerte Clara, todo irá bien ya verás.
La menor asintió un par de veces aturdida y caminó hacia la
casa.
Esperó unos segundos para tranquilizarse y llamó al timbre
timbre. Un "ya voy" de voz masculina no tardó en oírse.
-Harry.-Murmuró mientras sus ojos se anegaban en lágrimas.
Los había echado tanto de menos durante aquel tiempo.
En cuanto la puerta se abrió, la sorpresa fue inevitable.
-Claris...-No llegó ni una sonrisa, ni un ápice de alegría.
La joven sintió que el nudo de su garganta aumentaba.
-Hola.-Ni siquiera el sonido llegó a su garganta. Tragó
saliva, se frotó los ojos y carraspeó.-Hola.-Esta vez si se oyó su voz. Igual
de dulce que siempre, pero menos divertida que de costumbre.
-¿Qué haces aquí?
-He venido a veros, para hablar...
-Yo creo que ya está todo hablado Clara.
-Lo siento. Ha sido una estupidez.-Se frotó la mejilla, en
la que ya había algunas lágrimas.-Lo siento.
Se dio la vuelta y caminó con rapidez. Lo estaba pasando
realmente mal. Se quedó quieta y se cubrió la cara con las manos. Reprimió un
sollozo mientras sus mejillas seguían humedeciéndose.
-Perdóname.-De nuevo esa voz masculina.-Sabemos que tú no
fuiste y que fue tu padre, pero te fuiste de repente y te alejaste de
nosotros.-Harry recordaba esa historia. Kesha había hecho lo mismo y en ese
momento estaba a punto de morir. Tal vez dejar un rato de lado el orgullo sería
la mejor para recuperar a alguien que fue importante. Si hubieran hecho lo mismo
con Kesha tal vez no estaría como estaba, postrada en la cama de un insípido y
lúgubre lugar, el hospital.
La joven se dio la vuelta, ya había dejado de llorar.
-Lo siento mucho Harry, de verdad que lo siento, nunca
quise separarme de vosotros.
-Lo sé, lo sé.-Se acercó y la abrazó con fuerza.-Vamos
dentro. Sé de alguien que se alegrará al verte.
Entraron en la casa. Allí, una guapa joven morena
acariciaba un pequeño gatito.
-Hola.-Saludó Clara con cortesía, incluso sonrió un poco.
-Hola.
-Ésta es Clara, es una antigua amiga nuestra.-Presentó el
chico.
-Encantada.-Sonrió la morena de ojos oscuros.-Yo soy
Claudia, una amiga también.
-Deberías subir a ver a Niall, seguro que se alegrará de tu
llegada.
-Sí, haber si lo animas. Está muy triste, no nos gusta verlo
así.-Se entristeció Claudia.
-¿Está triste? ¿Por qué?-Preguntó Clara visiblemente
preocupada.
-¿Recuerdas a Kesha?
-Poco.-Aunque se acordaba perfectamente de que era su
ex-novia y cuando ella rompió con él lo dejó muy dolido, así que no le tenía
mucha estima.
-Está ingresada en el hospital en estado crítico.
-Madre mía.-De inmediato se sintió una persona horrible por
haber pensado tan mal de ella, aunque no le tuviera tanta estima nadie se
merecía estar en ese estado y en el hospital.-Normal que esté tan mal.
-Bueno, pues sube. Supongo que recordarás su
habitación.-Una pequeña sonrisa pillina asomó de sus labios y la chica no pudo
evitar sonrojarse.
-Sí, aún conservo en mi memoria ésta casa
completa.-Contestó desviando el comentario.
Caminó escaleras arriba y se quedó parada frente a la
puerta de la habitación de Niall en aquella casa. Llamó un par de veces y
esperó que se oyera la voz del chico, pero fue casi imperceptible. Agarró el
pomo y, nerviosa, lo giró para abrirla.
-Ahora no Harry.-Pidió Niall bajo las sábanas.
Clara caminó un poco más.
-No... no soy Harry.-Tragó saliva nerviosa y sonrió.-Soy
Claris...o Clara.-Se tensó un poco, no le gustaba decir aquel nombre que tanto
había usado su padre cuando le reñía.-En fin... Claris Hollister.
No hubo ningún ruido durante unos segundos, pero entonces,
el chico se incorporó de
su cama y la miró. La sorpresa se notaba en sus ojos rojos
y en sus labios formando una especie de "o" sin sonido.
-No... no puede ser.-Se levantó de la cama y se acercó a
ella. Sonrió y la abrazó muy fuerte. Clara correspondió al abrazo con alegría y
se quedaron así varios mimutos, hasta que por fin él se separó.-Estoy tan
contento de verte. Pensé que te habías ido y no volverías. ¿Qué has hecho para
que tu padre te deje venir?
-Me fui de casa al poco tiempo de haber dejado de veros.-Se
encogió de hombros con las lágrimas a punto.-Y me fui a vivir con mi hermana
Helen. Ella es la que me ha traído.
-¿No has vuelto a ver a tus padres en todo este tiempo?
-No.-Tragó saliva. Miró hacia abajo y luego volvió a
levantar la mirada.-Pero no hablemos de mí, ¿qué hay de ti? He oído lo de Kesha
y siento mucho lo que estás pasando Ni.-Rápidamente se dio cuenta del nombre
que había dicho. El mismo que cuando eran pareja.-Eh... Ni...Niall.
Él no pudo evitar soltar una pequeña risita. Incluso en
aquella situación en la que tan mal lo estaba pasando ella volvía a hacerle
reír. Era oficialmente la chica que siempre le devolvía la sonrisa por muy mal
que estuviera.
-Gracias Clara.-Dijo, con corazón, agarrando muy fuerte la
mano de la chica.
Ella, simplemente, sonrió.
~~~~~~~~~~
-¿Por qué estás tan callado Harry?-Preguntó Claudia
mientras ambos caminaban camino a su casa. Estaba a tan sólo treinta minutos
andando, por lo que habían preferido ir los dos juntos sin transportes, para
hablar un poco más y disfrutar del sol londinense de verano.
-Lo siento Clau, es que no tengo muchos ánimos.
La joven hizo una mueca. No quería que ninguno de sus
amigos lo pasara mal y estaba muy triste por ello.
-No sé qué decir ante estas situaciones.-Se encogió de
hombros aunque su acompañante no lo vio.-Siempre que intento apoyar a alguien
acabo diciendo algo que les entristece más y no quiero que esto ocurra contigo.
Sólo te diré que cuentes mi apoyo para lo que te haga falta, y que, aunque no
sea adivina, tengo el presentimiento de que todo va a ir bien. Mi padre decía
que cuando deseabas algo con mucha fuerza se cumplía y era verdad. Sólo que hay
que desear que Kesha se ponga bien y pasará.
Harry sonrió con gratitud y la miró.
-No sé que haría sin ti.
-Hablarías con Stanley.-Bromeó la morena mientras sus
mejillas se oscurecían.
-Ya lo hago, créeme.
Esta vez, ambos sonrieron, cómplices.
-Por cierto, ¿qué libro decías que estabas leyendo?
La joven frunció el ceño.
-Uno de un escritor español, Blue Jeans es su pseudónimo...
El libro se titula Quiero Soñar contigo. Es el tercero de una triología
y ya estoy acabándolo...
-¿Y está bien?
La joven se paró.
-¿Por qué te interesa tanto?
-Para leerlo, para qué si no.-Sonrió, remarcando sus
hoyuelos. Aunque su tono de voz era medio en broma, medio en serio.
-Es una novela romántica, no creo que te
interese.-Siguieron caminando.-Además...-Se paró y se mordió el labio inferior,
soltando una risita.
-¿Además qué?
-No creo que tú leas demasiado.
-¿En serio lo piensas? ¿Pero te has oído?-El joven se hizo
el ofendido y se cruzó de brazos. Ella no pudo evitar soltar una risita,
mientras se tapaba la mano para ocultarla.
-Sí, lo pienso.
-Pues apostemos.-Se paró y ella frente a él.-Yo me leo tres
libros en una semana.
-Hecho.-La joven alargó la mano, algo azorada, pero
convencida.
-¿Y tú qué me das a cambio?
-Un aplauso.-Bromeó.
-Un beso.
-En la mejilla, por supuesto.
-No. En la boca.
Entonces la joven quitó la mano y se quedó seria.
-No quiero un beso en la boca.
-¿No?
-No.
Se notaba que mentía, sus pómulos ardientes y rojizos la
delataban. Se miraron unos segundos. Él sonriendo, ella más seria.
-Entonces tienes que darme la razón y admitir que leo
mucho.
Claudia miró hacia un lado y luego al otro. En menudo
problema se había metido, su pequeño orgullo no le permitía decir aquello,
aunque fuera verdad. No iba a dar la razón a Harry Styles tan rápidamente.
Suspiró y volvió a alargar la mano.
-Tres días, uno para cada libro.-Sabía que eso era más
difícil y podía ganar ella la apuesta.
-Cinco.
-Cuatro. O no hay trato.
Harry por fin le estrechó la mano a la chica.
-Voy a ganar Clau.-Sonrió al fin ampliamente, aunque se
notó un deje de competitividad en su voz.
-Eso ya lo veremos Harold.-Respondió ella de la misma
forma.
~~~~~~~~~~
-Hola Brendon.-Louis se sentó al lado del chico moreno.
Portaba en la mano una bolsa ecológica de color marrón.-He traído algunos
sándwiches. No me digas que no quieres uno porque no aceptaré un no por
respuesta.
Brendon sonrió un poco y miró a su nuevo amigo.
-Gracias.
-¿Coca-cola o Fanta?-Preguntó sosteniendo en cada mano una
lata de cada.
-Fanta.
-Me alegro, yo quería la Coca-cola.-Sacó de nuevo dos
mitades de sándwich.-Ésto es aleatorio, el que te toque. Así que, ¿derecha o
izquierda?
-Izquierda.
-Pues toma, la derecha. Así sabré si tienes suerte.
Brendon sonrió mientras abría su sándwich secreto. Era
vegetal y tenía muy buena pinta.
-El mío es de...¿pollo chamuscado?-Louis hizo una mueca de
desagrado.-Espero que esté bueno, al menos.
-Gracias por darme el tuyo.-No pudo evitar sonreír y darle
un buen mordisco a su bonito y apetitoso sándwich.
-No pienso volver a coger algo que tú hayas elegido, te lo
prometo.
Rieron los dos y luego se quedaron en silencio hasta que
hubieron terminado por completo.
-¿Sabes algo más?-Ahora sí que se habían puesto serios.
Louis se cruzó de brazos y se recostó en la silla.
-No. Lo mismo que siempre. Pero gracias por intentar
animarme y venir a verme Louis.
-Estoy aquí, y recuerda que Kesha también es mi amiga.
-Lo sé.-Se quedó un rato en silencio, pero tuvo la
necesidad de preguntar.-¿Y Daisy y Maine?
-Ambas bien.-Louis sonrió, emocionado y feliz.-Espero que
todo siga así hasta que le den el alta.
-Seguro que sí...
-Brendon.-Se calló y volvió a abrir la boca, pero la cerró
de nuevo.
-Si es sobre Kesha, no importa, es más, me gusta hablar de
ella. Me recuerda que sigue viva aunque sea por un instante más.
-Bien.-Louis asintió y sonrió un poco.-¿Cómo comenzásteis a
salir?
-Oh.-Las mejillas del moreno se colorearon de un gran e
inteso color rojo.-Pues...
Louis soltó una risita.
-No importa. Perdona la pregunta, demasiado íntima. ¿No?
-Siempre me pongo rojo. Es... casi automático.
-Es bonito encontrar a alguien tan tímido. Las personas
tímidas me resultan adorables, como Niall.
-Supongo que a Kesha le encantan los tímidos.-Seguía
colorado y con sus mejillas ardiendo.
-Supongo que sí...-Louis sonrió con nostalgia y no pudo
evitar pensar qué hubiera pasado si Kesha hubiera seguido con Niall. Tal vez
nunca hubiera conocido a
Brendon y no hubiera estado en el hospital en ese instante.
Pero lo hecho, hecho estaba. Y aunque la idea de que su amiga hubiera seguido
con Niall le encantaba, aquel chico moreno, tímido e inteligente, le caía bien.
-Está bien.-Brendon lo sacó de sus pensamientos.-Te lo
contaré...
"El calor reciente del último mes de clase. Aquel día
de junio sacaba todos su esplendor con aquel sol radiante. Muchos disfrutaban
del día maravilloso en el parque, otros en alguna piscina incluso, pero no era
el caso de Kesha y Brendon.
Ambos, se encontraban dislumbrando cuadernos llenos de
números y libros repletos de ejercicios.
-Creo que ya.-Kesha hizo una última cuenta en la
calculadora.-¿Tres?
-Cinco.-Respondió él sonriendo.
-¿Cinco?-La joven suspiró y frunció el ceño, preocupada.-No
puede ser, no he podido
confundirme otra vez. No voy a aprobar, Brendon.
-Es sólo un pequeño fallo.
-Cuando tú fallas no dices lo mismo.-Ladeó la cabeza y se
acercó a su amigo. Entonces sonrió.
-Porque soy muy exigente conmigo mismo.-Sus mejillas
volvieron a encenderse al verla tan cerca y bajó la vista a su cuaderno. Con el
lápiz comenzó a colorear una esquina de la hoja cuadriculada.
-Bueno.-Volvió a alejarse y mirar su cuenta mal
realizada-La voy a volver a hacer, pero antes tengo que ir al baño.
-¿Para qué?-Y acto seguido se arrepintió de haber hecho
aquella pregunta tan estúpida.-Es que... bueno...
Ella simplemente se rió interrumpiéndole.
-Lo entiendo. Estoy en esos días del mes en los que sólo
pueden estar las chicas.-Guiñó un ojo y volvió a reír cuando vio a Brendon aún
más azorado.-Eres adorable.
-Deja de tomarme el pelo.-Se quejó el chico, pensando que
en cualquier momento iba a explotar de la vergüenza.
Ella volvió a reír, pero entonces el chico se acercó mucho
a su cara. Casi a centímetros. Esta vez, era la chica la azorada.
-¿Y ahora quién está roja?
-Tú, por supuesto.-Se alejó y se levantó rápidamente. Sus
mejillas no podían ocultar sus sentimientos.-Ahora vengo, no tardo.
En cuanto salió el joven sonrió instintivamente. Cogió un
folio que había escrito hacía unos días y lo leyó. Una declaración de amor. No
se atrevía a dárselo, seguro que pensaba que era ridículo. Además de romántico,
aquella carta también servía para que su timidez no le jugara una mala pasada.
Se entretuvo haciendo un avión de papel y comenzó a tirarlo de un lado a otro
de la habitación. En una vez que lo tiró, la puerta se abrió y la chica no pudo
evitar mirar aquel avioncito que había caído cerca de ella.
-Qué bonito.-Lo cogió y lo cogió lista para tirárselo de
nuevo a él.
-Pasámelo, que es mío.
-Pero si es una carta.-Abrió por completo el folio para
desvelar aquellas letras escritas.
-Kesha dámela, no quiero que la leas.-Su voz era
autoritario, aunque más que enfadado parecía nervioso.
Pero la joven ya había empezado a leerla y entendía de qué
iba.
-Es una carta de amor...-Sus ojos se clavaron en su amigo y
entonces lo apartó. ¿Otra vez le gustaba aquella chica? Seguro que era para
Naira, con el daño que le había hecho.-Es para ella, ¿no?
-Dámela... por favor.-Volvió a pedir el chico.
La pelirroja frunció el ceño y se la entregó. En cuanto se
tocaron sintió de nuevo aquellas naúseas. Las mismas que cuando lo veía besar a
Naira.
-No creo que sea buena idea. Te hizo mucho daño.
-No quiero hablar de ello.-Y de repente se sintió cobarde y
estúpido. Estaba afirmando aquella falsa teoría cuando en realidad la receptora
principal de aquella muestra de amor era ella.
-Me voy.-Recogió sus libros y demás materiales y los metió
en la mochila.-Nos vemos mañana.-Su voz denotaba tristeza y cansancio. Quería
llegar a su casa y tumbarse en la cama hasta el día siguiente.
-Aún no hemos terminado la clase.-Fue lo único que pudo
decir y sintió que cada vez que hablaba, lo empeoraba todo.
-Terminaremos otro día.-Se limitó a contestar.-Gracias por
la ayuda.
La joven salió de la habitación y bajó las escaleras a toda
prisa.
-Kesha espera.-La voz de Brendon hizo que parara justo
cuando iba a salir de la casa.
-Brendon.-Se dio la vuelta y miró al chico, que bajaba por
las escaleras.-Siento haberme portado así pero sinceramente no creo que debas
volver con ella. Soy tu amiga y lo que hizo no...
-Kesha para. Déjame...
-¡No Brendon!-Le interrumpió ella alzando la voz.-Déjame
terminar. Lo que quiero decir es que aunque sea tu amiga tampoco tengo derecho
a decidir si quieres volver con ella. Es tu decisión, solamente quiero que no
te haga daño otra vez.
-Kesha, esta carta no es para Naira.
La joven frunció el ceño confundida.
-¿Pero entonces...?-Se cruzó de brazos y luego volvió a
descruzarlos.-No entiendo nada... ¿Para quién es sino?
El joven miró hacia otro lado. Nervioso, azorado y
emocionado. Era su momento. Se giró hacia ella y sonrió. Sus ojos estaban
brillantes de la emoción. Tenía que vencer su timidez por un segundo.
-Tú...-Murmuró.
-¿Yo?
-Sí tú... Kesha, me gustas mucho y no sabía cómo
decírtelo.-Soltó una risita nerviosa y se rascó la nuca.-Ya sabes que no soy
muy expresivo ni me gusta mucho hablar, así que decidí hacerte una carta. Pero
no me atrevía a dártela por miedo a que pensaras que soy muy cursi o
simplemente no te gustara.
-Eres muy cursi.-Contestó seria.
El chico se quedó también serio al verla así, pero entonces
ella sonrió.
-Pero, ¿sabes? Es muy bonito, y me gustas Brendon. No
necesito una carta para confirmártelo.
-¿De verdad? ¿No es una broma?
-No, para nada. Me gustas mucho.
Ella volvió a sonreír, se acercó a él y acarició su cuello
con dulzura.
-Me haces cosquillas.-Susurró el joven mientras sus ojos se
centraban en ella, su piel se erizaba poco a poco, y sus mejillas se cernían de
su típico color rosado. Pero no se apartó. Se quedó quieto, esperando el
siguiente paso.
Los labios de la joven se posaron con una increíble
delicadeza en los suyos. Brendon cerró los ojos de inmediato. Ella se alejó y
sonrió antes de que él pudiera verle."
-------------------------
Zayn se sentó en el banco, bajo el fulgor amarillento de la
farola. Encendió y apagó su mechero repetidamente antes de dar vida al
cigarrillo que estaba entre sus labios.
Dio un par de caladas y después se quedó pensativo. Estaba
cansado, agotado. Aquello le superaba en todos los aspectos y se notaba en las
grandes ojeras bajo sus preciosos ojos
oscuros.
-Zayn.-El joven salió de su ensimismamiento. Una guapa
joven de aspecto aniñado se acercaba a él lentamente. Llevaba un bonito abrigo
rojo, a juego con el gorrito que portaba su cabellera anaranjada.
-Estás aquí.-El joven no pudo más que sonreír y tirar el
cigarrillo al suelo al instante. Se puso en pie y se colocó frente a ella,
acariciándole la mejilla para comprobar que era cierto.
-Claro que estoy aquí.-Kesha rió y una gran alegría inundó
el corazón de él.-¿Por qué no has venido a verme al hospital?
-Lo siento. He estado lamentando todo lo que hice.
-No es tu culpa Zayn.-La pelirroja ladeó la cabeza y se
acercó para darle un beso en la mejilla. Cuando se separó, dio un paso atrás y
se dispuso a irse.
-Espera.-La agarró del brazo.-No te vayas.
-Debo hacerlo.-Su voz era tranquila y pausada.
-Por favor...-Cogió su suave y pequeña mano, entrelazó sus
dedos con los de ella y se quedó así un lento minuto, sintiéndola cerca y
disfrutando de su compañía.
-¿Zayn?-Y entonces todo desapareció. Kesha se desvaneció
como si fuera un fantasma. El joven miró a la chica que había llegado. Era
Abie. Todo había sido fruto de su imaginación. Su desbocada imaginación. Cerró
los ojos unos segundos intentando recordarla de nuevo, volver a recordar cómo
era su esencia, su sonrisa...
La rubia frunció el ceño.
-¿Estás bien? Te he oído hablar pero.-Miró a un lado y a
otro.-...por aqui no hay nadie.
-Kesha...-Susurró el chico con melancolía. Se frotó los ojos
y miró a Abie.-Lo siento, estaba, hablando sólo.-Se dejó caer en el banco y
suspiró, intentando no llorar.
La chica se sentó a su lado con delicadeza y le acarició la
pierna con suavidad para transmitirle compañía.
-La echo de menos, Abie.
-Yo también.-Se acercó a él y le dio un beso en la mejilla.
Luego se abrazaron y se quedaron así un buen rato, intentando darse compañía
mutuamente. Él fue el primero en apartarse.
-Bueno.-Tragó saliva.-¿Qué haces por aquí?
-He discutido con Liam.-Le contó todo lo que había pasado
minutos antes.
-Creo que estaba dolido, pero no por ello piensa así. Es
imposible que hayas sido tú, eres la persona más encantadora y dulce que he
conocido.
La joven sonrió con gratitud.
-Gracias, aunque he de decir que he cambiado mucho desde
los Adventures Warriors. A veces pienso que Liam y yo en realidad no
funcionamos como parejas. Se piensa que soy la misma y no lo soy. Ya no soy una
cría Zayn. Bebo y salgo de fiesta como muchos adolescentes. No entiendo ese
afán de seguir en casa todo el día leyendo libros, antes lo hacía, y a veces me
gusta seguir haciéndolo, pero sólo de vez en cuando. Quiero salir y divertirme
y estar con alguien que me aporte aventura, no aburrimiento y seguridad. No
necesito una niñera, sé cuidarme por mí misma.-Sus palabras, llenas de
entusiasmo sorprendieron a Zayn.
-Nunca pensé que te oiría decir algo así, aunque también yo
he cambiado mucho, así que no te culpo.-Sonrió.-Hemos atravesado muchas
situaciones difíciles, es normal que cambiemos.
-Sí, supongo...
-Y tú más que nadie. Tal vez no tanto por Bryan sino, por
saber cómo es Abigal y creo que si mi hermana estuviera haciéndonos esto,
tendría dos sentimientos: Uno de tristeza y enfado por lo que le está
ocurriendo, y otro sentimiento de añoranza, por saber que la persona a la que
quise cuando éramos más pequeños y mi primera mejor amiga, que creo que es lo
que tú sentías por tu hermana, ya no es la misma.
-Así es.-La se pasó por detrás de la oreja un mechón de su
pelo rubio teñido.-Pero ahora mismo me preocupa Kesha. Estoy tan triste, Zayn.
Liam está obsesionado averiguando quién es el culpable y no tengo casi ningún
apoyo. El de mi amigo Evans y un par de personas que me están ayudando, pero ya
está. Y si mi novio en estos momentos no me da la ayuda que necesito prefiero
estar sola. Necesito olvidarla, no puedo recordarla cada minuto del día. No
puedo. Es superior a mí. Me gusta recordarla a veces, pero otras, simplemente,
no puedo.
-Te entiendo. Los chicos me dicen que soy un insensible,
pero me pasa lo mismo que a ti. No quiero recordarla cada segundo ni amargarle
a los demás con mis tristezas. Prefiero quedarme a solas y pensar en ella y
cuando estoy con los demás disfrutar de su compañía porque no sé si les pasará
algo parecido en poco tiempo.
Abie sonrió.
-Así es como yo lo pienso. Me alegra saber que no soy la
única. Me has quitado un peso de encima Zayn.
-Tú a mí también, te lo aseguro.
La joven se abrazó a él y susurró unas palabras de
agradecimiento antes de cerrar los ojos.
--------------------
-Necesitas descansar Brendon. Tienes unas ojeras
increíbles.
-No, de verdad, estoy bien.-Mintió el joven, mientras se
metía en la boca otra cucharada de yogur de limón. Estaba agotado y se le veía
en las ojeras que le habían salido bajo sus ojos, pero quería estar en el
hospital, para enterarse de todo lo que los médicos le dijeran sobre Kesha.
-No voy a dejar que te vayas.-Se negó la rubia. Esta noche
me quedo yo en el hospital y tú te quedas aquí. Y no hay más que hablar.
-Eres muy pesada Amy.-Su hermano frunció los labios,
reprimiéndose las ganas de decir que él era igual que ella.
-Lo sé, es una de mis virtudes.-Contestó la rubia, con
sorna.-Y ahora vete a la cama.
En ese momento llamaron al timbre de la puerta. Amy resopló
y fue a abrir. Eran Marchel, Ben y George.
-Hola preciosa.-Ben le dio un beso en la frente y
sonrió.-Hemos venido a llevarte al hospital. Nos quedaremos esta noche allí.
-¡Estupendo!-Exclamó Brendon mientras se acercaba hacia sus
amigos.-Vámonos.
-Eh, eh, eh. Para el carro jovencito.- Marchel paró a su
amigo poniéndole una mano en el pecho.-Tú no vas. Esta noche te toca descansar.
Te obligaré a ello.
-Necesito estar con ella.-Comenzó a decir con voz
suplicante.-Por favor, tengo que estar allí cuando despierte. Necesito...-Cerró
los ojos y un par de lágrimas se cayeron por sus mejillas.-Necesito verla.
Amy suspiró, angustiada por lo mal que lo estaba pasando su
hermano y lo abrazó con fuerza. Acto seguido se le unió Ben y George. Marchel
fue el último, pero también lo hizo.
-Lo harás, pero antes tienes que descansar. Te prometo que
si duermes unas horas, te llevo al hospital aunque sean las tres y media de la
mañana.
---------------------
-Yuri.-Heather abrazó a su amiga y ambas se sentaron en el
sofá de la casa de la japonesa.
-Yuriko.-Pidió la joven rodando los ojos.-No sé para qué
insisto si todos al final acabaréis acortando mi nombre. Pero me llamo Yuriko.
-Lo siento.-La morena soltó una risita.
-Vaya, vaya. Veo que han cambiado las cosas mucho. Hace
tiempo, verte reírte era como un regalo de Papá Noel. Se daba una vez al año.
-Las cosas han cambiado mucho, y por eso he querido venir a
verte, porque necesitaba estar con alguien que entendiera lo que estoy
sufriendo por dentro. A Jonathan no le duele pero sé que a ti sí.
-Mucho.-Afirmó la joven con voz nerviosa.
-Tú eras su mejor amiga y la de Bryan. Y perder a dos
pilares importantes en tu vida tiene que ser doloroso. Por eso quiero que sepas
que estoy aquí, Yuriko. Sé que tú eras más de Abie porque eras más afines, pero
a veces puedo ser adorable cuando me lo propongo.
-Lo dudo mucho.-Respondió la japonesa para intentar
sonreír.
-Yo también lo dudo.-Bromeó la morena.
Ambas soltaron una risita.
-Gracias Gray. Y, por cierto, ¿quieres un té? Mi madre
acaba de preparar un té verde delicioso y a mí me encantan. Estoy deseando
tomar un poco, ¿qué te parece?
-Una idea fantástica.
-Genial.
---------------------
-Liam, Harry, ¿os han mandando un mensaje la
policía?-Preguntó Niall, que acababa de bajar las escaleras. Había estado toda
la tarde en su cuarto, triste y solo. Aunque por la mañana se había animado
gracias a Claris.
-¿La policía?-Preguntó el de cabellera rizada, mientras
dejaba el mando de la televisión en la mesita.-Espera que mire.
Los dos chicos abrieron su móvil y tal y como había dicho
Niall, había un mensaje de la policía.
-Así es.-Respondió Harry.-Quieren vernos.
-Esto no pinta nada bien, chicos.-Se preocupó Liam
arrugando la frente.-Deberíamos irnos ya.
Así lo hicieron. Se arreglaron un poco antes de salir y, en
un coche, fueron al hospital. Entraron a la sala de espera donde estaban
Richard y Candy.
-Hola.-Saludó la joven.
El siguiente en llegar fue Louis, que había bajado desde la
planta de maternidad. Más tarde Yuriko y Heather, que iban juntas.
-Faltan Abie y Zayn.
-A saber dónde está Zayn...-Murmuró Louis a modo de
reproche. Últimamente su amigo estaba muy disperso.
Pero entonces llegaron ambos. Abie y Zayn juntos.
-Sentimos el retraso. Estábamos un poco lejos de
aquí.-Explicó la chica.
A todos les sorprendió el hecho de que estuvieran juntos,
pero sobretodo a Liam que negó con la cabeza y, levantándose de su silla,
caminó hacia la pared más cercana
para apoyarse, un poco alejado de los demás.
-Me han dicho que están en la sala de interrogatorios y que
cuando estuviéramos listos que bajáramos allí.-Dijo Richard.
-Entonces, bajemos ya.-Contestó Louis.
En unos minutos estuvieron todos en la sala. Un policía les
explicó que habían analizado las notas y habían encontrado en una de ellas una
huella que no coincidía con Abigal.
-Por tanto, hemos analizado las huellas que el otro día en
comisaría os tomamos después del fracaso del polígrafo. Y...-se quedó callado
pensando las palabras adecuadas para ello.-Hemos encontrado coincidencias con
una de las pruebas.
-No puede ser.-Louis miró a sus amigos. No podía ser. Ellos
no habían sido. Estaba seguro de ello. Miró a Niall que reflejaba horror en su
mirada y luego a Yuriko, que se había tapado la cara para llorar. Abie estaba
confusa. Liam algo ausente. Zayn se limitaba a mover con nerviosismo su pierna.
Heather cerraba los ojos en un intento de relajarse y Harry simplemente
reprimía las ganas de llorar.
-¿Quién...?-Richard. Louis se fijó en aquel padre
desamparado en busca de respuestas a sus inevitables preguntas.-¿Quién ha sido,
por favor?
-Heather Gray.
Casi automático la joven dejó de respirar por un segundo.
Miró a sus compañeros que poco a poco la iban mirando. Vio a Richard con una
mirada de odio en la mirada y a Candy llorando como una niña pequeña. Se
levantó para ver a sus amigos. Todos ellos, menos Yuriko que seguía llorando,
mirándola con acritud, con odio.
-¿Cómo has podido hacer ésto?-Preguntó Louis. Su vista se
nubló un poco antes de poder contestar.
-No he sido yo.-Susurró. Su mirada se dirigió al policía, y
no pudo evitar gritar.-¡Lo juro! ¡No he sido yo! ¡Es una trampa!
-Señorita Gray, relájese, por favor.
-¡ES UNA TRAMPA!-Gritó a pleno pulmón, antes de caer al suelo
a llorar desconsoladamente.
--------------------------------------------------
Y, también comentaros, que ahora, tras terminar un capítulo voy a poner una pregunta para responder. Si queréis hacerme preguntas (sólo sobre la novela) las contestaré encantada en un capítulo. Y también pondré curiosidades de vez en cuando. Hoy empezaré con una curiosidad.
Bryan Harrison, el mejor amigo de Kesha, en realidad no iba a morir, fue una amiga mía que me dio una idea mientras hablábamos de una película. Ella me dijo que en la película hubo la muerte de un personaje que no tenía un gran protagonismo, pero que tras eso se le echaba de menos. Y en mi historia quería que eso pasara con Bryan. Se le daba mucha importancia a One Direction (cosa lógica...) y Bryan, que era un personaje al que tenía mucho estima (ya os contaré en otra entrada por qué) estaba siempre en segundo lugar. Así que, para cerrar la primera "fase" (digámoslo así) de la historia decidí que él muriera.
Pero en realidad, mis planes para él eran emparejarlo con Yuriko, ya que sabéis que ella lo amaba. Incluso tengo escrito un pequeño fragmento como si Yuriko y él fueran pareja.
Otro día os lo enseñaré.
Un saludo y hasta la próxima.